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También en: PC XSX PS5 Switch XBOne PS4
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Ubisoft Montpellier
Producción: Ubisoft
Distribución: Steam
Precio: 39.99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: Español
Online: -
ANÁLISIS

Impresiones Prince of Persia: The Lost Crown, ¿la primera gran sorpresa de 2024?

Jugamos las primeras tres horas del que promete ser el regreso triunfal de una saga mítica que vuelve a reinventarse con gran acierto.
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Actualizado: 18:05 13/12/2023
Versiones PC, Xbox Series X/S, PS5, Switch, Xbox One, PS4. También disponible en Xbox One, Xbox Series X/S, PlayStation 5, Nintendo Switch y PlayStation 4.

Resulta llamativo que una saga tan icónica e importante como Prince of Persia lleve 13 años completamente desaparecida. Sí, entendemos que el reinicio de 2008 dividió a los fans y se quedó lejos de ser el éxito que se esperaba (aunque si nos lo preguntáis, creemos que es un juego muy digno y especial con el que nos lo pasamos realmente bien, a pesar de sus errores) y que el intento que hubo de retomar el estilo de la trilogía de las Arenas del Tiempo en 2010 con The Forgotten Sands acabó resultando en una aventura entretenida, pero sin alma, dos batacazos que acabaron desembocando en que Ubisoft no haya querido dar luz verde a ningún proyecto relacionado con la saga desde entonces.

Por suerte, eso va a cambiar muy pronto y en los próximos meses vamos a tener ración doble gracias a Prince of Persia: The Lost Crown y al largamente retrasado remake de Prince of Persia: The Sands of Time. Y lo mejor de todo es que el primero apunta a ser una auténtica maravilla que se estrenará en apenas un mes.

Los misterios del Monte Qaf

Así pues, nos encontramos ante un nuevo reinicio tanto en lo jugable como en lo argumental que nos narra cómo el príncipe Ghassan es secuestrado y llevado al Monte Qaf, un lugar misterioso, extraño y repleto de peligros en el que el tiempo no parece funcionar con normalidad. En vez de encarnar al príncipe titular como viene siendo lo habitual en la serie, aquí nos pondremos en la piel de Sargon, el miembro más joven de los Inmortales, un grupo de expertos guerreros famoso en toda Persia que es enviado en una misión de rescate.

La puesta en escena del juego desprende muchísima energía.

Por lo poco que hemos podido ver de la historia en las tres horas que hemos jugado, cuenta con unos personajes carismáticos y una trama que nos ha parecido lo suficientemente interesante como para animarnos a seguir jugando con tal de descubrir qué es lo que está pasando realmente y qué verdades esconde la montaña, algo que se ve reforzado por las cuidadas secuencias de vídeo que aparecen en las partes más importantes e intensas. Los giros que hemos visto nos han resultado muy predecibles y obvios, pero a cambio nos ha sabido compensar con momentos que son toda una delicia por la forma tan ingeniosa en la que usan el concepto del tiempo para retorcerlo, desconcertarnos y crear nuevas situaciones jugables.

La importancia de los controles y el movimiento

Hablando de jugabilidad, esta vez no estamos ante una aventura de acción y plataformas 3D, sino ante un metroidvania 2D que sigue muy de cerca los cánones del género. De este modo, tendremos que explorar un gigantesco mapa interconectado en el que deberemos obtener poderes para llegar a lugares previamente inaccesibles, luchar contra poderosos jefes, abrir atajos, encontrar todo tipo de secretos y mejoras para nuestro personaje y lidiar con numerosos enemigos a la vez que superamos elaboradas secciones de plataformas.

Podremos escoger entre dos modos distintos: Guiado y Exploración. El primero nos marcará siempre nuestro próximo objetivo en el mapa y otros elementos, mientras que el segundo no.

Lo primero que destaca aquí son, sin duda, sus controles. No solo hablamos de que Sargon responda con una precisión incomparable a todas nuestras órdenes, sino también de que su forma de moverse por los escenarios es simple y llanamente perfecta. Gran parte de la culpa de esto la tienen sus animaciones, ya que hace gala de una enorme cantidad de ellas, son brutalmente fluidas y las transiciones que se producen entre una y otra, independientemente de la postura en la que nos encontremos, consiguen que el simple hecho de mover al personaje resulte en una de las experiencias más gratificantes que hemos tenido con un videojuego. Sumadle unas físicas de salto espectaculares, un control aéreo magnífico que nos da mucho margen para rectificar y calcular la potencia y altura de nuestros brincos y que nuestro héroe es tremendamente ágil y puede realizar todo tipo de acrobacias, y podréis empezar a haceros una ligera idea de lo que Ubisoft Montpellier ha conseguido con esta producción, dejando bien patente toda la experiencia adquirida en estas lides tras desarrollar los imprescindibles Rayman Origins y Rayman Legends.

Es algo muy díficil de explicar sin el mando en las manos, pero creednos cuando os decimos que solo títulos de la talla de los mencionados Rayman, Super Mario Bros. Wonder, Donkey Kong Country: Tropical Freeze o las dos entregas de Ori podrían competir con los controles y la sensación de movimiento de The Lost Crown.

Funcionará a 60 fps estables en todas las plataformas, incluyendo Switch, un requisito indispensable para que su fluida y frenética jugabilidad no se resienta.

Todo esto es algo que el diseño de niveles usa en su favor para crear unas secciones de plataformas espectaculares, desafiantes y muy gratificantes que por la forma en la que están planteadas nos han recordado mucho a los mejores momentos de la saga, algo que se pueden permitir, precisamente, por lo bien que responde a los mandos y por las múltiples habilidades de Sargon. Pocas cosas hay más satisfactorias que empezar a encadenar una acrobacia tras otra mientras utilizamos el entorno en nuestro favor, evitamos letales trampas y jugamos con los mecanismos que nos vamos encontrando para calcular nuestras maniobras y realizar con tino la acción adecuada en cada momento. Y ojo, ya que esto puede implicar que estemos un buen rato sin pisar el suelo mientras demostramos nuestra habilidad con el mando para llegar a nuestro destino.

Así explicado puede parecer que estamos hablando de un juego muy difícil, pero lo cierto es que jugando en remoto, con el ligero input lag que ello implica, hemos sido capaces de superar la mayoría de estas secciones a la primera, ya que el control que tenemos sobre nuestro personaje es total. Sí, es un título muy desafiante y con momentos exigentes, especialmente en las partes opcionales y secretas, pero los controles son tan rematadamente buenos que convierten en algo muy asequible y gratificante lo que en otros títulos probablemente nos habría llevado varios intentos y quizá alguna que otra frustración.

En algún momento de nuestro viaje conseguiremos poderes relacionados con la manipulación del tiempo, aunque en estas primeras horas no hemos obtenido ninguno.

Si tenemos en cuenta que lo que hemos visto pertenece a las tres primeras horas de la aventura y que apenas hemos conseguido unas pocas habilidades en ese tiempo, no podemos ni imaginarnos las auténticas locuras que nos pueden esperar en los compases más avanzados, cuando el repertorio de movimientos de nuestro protagonista sea mucho más amplio, empiecen a obligarnos a sacarle partido a todos ellos y se introduzcan nuevas mecánicas, algo que los tráilers ya nos han dejado entrever. De hecho, en nuestra sesión de juego no hemos conseguido ni uno solo de los poderes que habrá para manipular el tiempo, así que la sensación que nos ha quedado es la de no haber visto nada todavía.

Un combate aparentemente sencillo, pero con muchísima profundidad

Otro aspecto que nos ha sorprendido muy positivamente lo tenemos en la acción como tal. A grandes rasgos, sus bases se construyen con un combo de golpes ligeros, un ataque cargado perfecto para romper defensas, la clásica acción de esquivar y una parada perfecta algo arriesgada pero con un timing muy generoso que, si la acertamos, nos abrirá las puertas a un contraataque.

Existe un personaje que nos propondrá unos desafíos de combate a modo de tutorial para enseñarnos las cosas que podemos hacer en combate y los usos que podemos darle a nuestros poderes al combatir.

Partiendo de aquí, empezamos a darnos cuenta de que podemos hacer la zancadilla al enemigo para mantenerlo en el aire e impedir que se pueda defender, lanzarlo hacia arriba para castigarlo con elaborados combos aéreos e introducir golpes cargados en cualquier momento para ejecutar diversos finalizadores. La cosa se complica al descubrir que podemos jugar con los rebotes contra las paredes, que podemos realizar incluso fintas para interrumpir momentáneamente un combo con una esquiva y retomarlo justo donde lo dejamos y que los poderes y habilidades que obtenemos durante la partida se pueden usar tanto para explorar como para luchar, abriéndonos nuevas y creativas formas de alargar la secuencia ofensiva.

Para cuando queramos ser conscientes, estaremos disfrutando de unas batallas frenéticas y muy ágiles que nos dan muchísima libertad para expresarnos e idear nuevas combinaciones con las que castigar y sorprender al contrario. O dicho de otro modo: combatir es una experiencia divertidísima y accesible que puede ser todo lo profunda que queramos según las ganas que tengamos de explorar sus muchas posibilidades.

Sus virtudes no acaban aquí, ya que en nuestro periplo no hemos parado de encontrarnos con nuevos tipos de enemigos que nos han obligado a aprendernos sus rutinas y a cambiar nuestras estrategias constantemente, y todo lo que hemos comentado anteriormente sobre la precisión de los controles también se aplica a la hora de repartir espadazos, al igual que lo gratificante que resulta la sensación de impacto de nuestros golpes mientras vemos a nuestro personaje arrasando con todo en pantalla.

Por supuesto, también existe una barra de energía que rellenamos al realizar diversas acciones mientras peleamos y gracias a ella podemos poner en práctica algunos movimientos realmente devastadores o útiles, como un poderoso golpe que destroza a todo lo que tengamos delante o colocar una zona curativa.

También queremos destacar que muchos enemigos suelen contar con un ataque especial que si conseguimos bloquear activará una breve y espectacular secuencia de vídeo en la que Sargon contraatacará para ejecutarlo o hacerle muchísimo daño, algo que resulta increíblemente satisfactorio de hacer, tanto por la propia animación con la que nos recompensan (es completamente única para cada tipo de adversario) como por la forma en la que se realiza la transición entre la parada y el contraataque. Eso sí, hacer esto conlleva un riesgo, ya que fallar la maniobra implicará perder una gran porción de nuestra barra de vida.

Un detalle que nos ha llamado la atención es que se trata de un juego exigente y desafiante no solo en el plataformeo, sino también en el combate, ya que perdona pocos errores durante las primeras horas. Empezamos con un máximo de tres porciones en nuestro indicador de salud y con tan solo una poción que podemos recargar en los puntos de control, y tras el prólogo que sirve de tutorial no tardamos en toparnos con enemigos capaces de quitarnos dos porciones de un solo guantazo. Y eso jugando en Normal. Tampoco es que sea muy difícil lidiar con ellos, ya que telegrafían de forma muy visible sus acciones, pero sí que es cierto que con esto consiguen que tengamos que estar muy atentos en todo momento y no nos podamos despistar ni un solo segundo. Además, suelen ser bastante agresivos y no van a esperar su turno para intentar rebanarnos el pescuezo, por lo que la sensación de peligro y tensión ha sido constante, especialmente cuando nuestros rivales aparecen en lugares donde también tenemos que plataformear.

Además de existir varios niveles de dificultad, también podemos personalizar el nivel de reto configurando parámetros específicos.

Por supuesto, el plato fuerte lo tenemos en los jefes (aunque ya os avisamos que también hay un buen puñado de minijefes con unos enfrentamientos muy interesantes), unos rivales muy poderosos y con varias fases que nos han deleitado con unas batallas espectaculares, variadas, retantes y muy divertidas con las que nos lo hemos pasado genial, lo que resulta especialmente cierto en el duelo final de esta versión de prueba que hemos jugado, donde no hemos podido parar quietos ni un solo segundo y el intercambio de golpes, esquivas y bloqueos se producía a una velocidad vertiginosa. Eso, sumado a una puesta en escena de primer nivel, termina de redondear lo que apunta a ser los momentos cumbre de la aventura.

Un diseño de niveles excepcional con muy buenas ideas

Pero esto es, ante todo un metroidvania, por lo que todo lo que os hemos comentado se vería muy deslucido si la exploración, el backtracking y el diseño de niveles no acompañase. Por suerte, Ubisoft Montpellier también ha estado a la altura aquí y nos regala un mapa exquisitamente diseñado. Los atajos están colocados de formas muy ingeniosas y aunque los primeros compases son un tanto lineales ante la falta de habilidades, este no tarda en empezar a abrirse, mostrándonos montones de posibles caminos y rutas, muchas de las cuales no son viables al principio.

Existen varias misiones secundarias con sus correspondientes recompensas. Algunas nos marcarán el objetivo en el mapa, pero con otras tendremos que buscarnos la vida. Además, las hay que están relativamente escondidas.

Es una auténtica pasada ver cómo se va ramificando mientras descubrimos innumerables secretos donde suelen esperarnos jugosas recompensas, así cómo lo bien planteado que está el backtracking para que nunca se haga pesado y siempre haya algo nuevo esperándonos tras obtener alguna habilidad nueva. Además, entre los poderes que conseguiremos y la manera en la que se conectan unas zonas con otras, desplazarse por el mapa para ir de un lado a otro acaba siendo una experiencia muy ágil que, de momento, pocas veces nos ha hecho usar los escasos puntos de teletransporte que hemos encontrado. Es puro diseño metroidvania del bueno.

Adicionalmente, nos toca aplaudir el sistema de marcadores personalizados que usa el juego por lo útil y cómodo que resulta. En vez de tener que abrir el mapa y colocar iconos manualmente desde ahí como hacen muchos otros juegos del género, en The Lost Crown nos basta con pulsar la cruceta hacia abajo para que se genere una foto en el punto del mapa en el que nos encontremos. De este modo, al pasar el cursor por encima podremos ver la imagen y consultar rápidamente qué es lo que vimos en ese punto y si ya tenemos la habilidad necesaria para alcanzar esa ruta, cofre o secreto que nos llamó la atención. Gracias a esto, la aventura fluye mucho mejor, hay menos interrupciones con los menús y nos evitamos dar más de una vuelta innecesaria.

Aquí tampoco podemos olvidarnos de mencionar lo diferentes y variadas que son cada una de las regiones que visitaremos, algo que no afecta solo a la estética, sino también a la jugabilidad, pues suelen esconder nuevos mecanismos y trampas que van cambiando nuestra forma de interactuar con el entorno y movernos por ellos. Por ejemplo, uno de los últimos lugares que visitamos estaba protegido por una siniestra criatura inmortal a la que teníamos que evitar manteniéndonos fuera de su radio de escucha, ya que si nos detectaba y nos atrapaba nos mandaba a una prisión, una zona completamente nueva de la que debíamos escapar, introduciendo así un ligerísimo componente de sigilo muy bien implementado.

Sus desarrolladores aseguran que es un juego bastante grande y estiman que tendrá una duración de aproximadamente 20 horas.

Y si sois amantes de los puzles podéis estar tranquilos, ya que además de plataformear, explorar y repartir mandobles también deberemos usar nuestras neuronas para resolver algunos rompecabezas que nos han gustado mucho por lo bien planteados que están, con soluciones que no son siempre demasiado obvias y que requieren que, además de pensar, afinemos nuestras habilidades plataformeras y saquemos partido a nuestros poderes.

Un sistema de progresión bien medido

Por otra parte, también queremos destacar lo estudiado que está su sistema de progresión, ya que la "economía" del juego está genialmente equilibrada. La moneda que recibiremos al explorar y eliminar enemigos la vamos a necesitar para un montón de cosas, ya sea para comprar mejoras permanentes como aumentar el número de pociones que podemos llevar o la efectividad de las mismas, hasta adquirir nuevos amuletos o mejorar nuestras espadas y nuestro arco, algo que a veces también nos requerirá que demos con unos ítems que están muy bien escondidos, dándonos así un motivo más para que exploremos y peinemos bien el mapa. Todo suele ser bastante caro, así que rara vez podremos invertir nuestras ganancias en más de una o dos cosas a la vez, convirtiendo nuestro progreso en una toma de decisiones constantes según nuestras preferencias y prioridades.

El sistema de amuletos funciona exactamente igual que el de amuletos de Hollow Knight.

Ya que hemos mencionado los amuletos, conviene señalar que el juego cuenta con un sistema clavado al de los broches de Hollow Knight. De este modo, a medida que juguemos iremos encontrando una serie de amuletos que podremos equiparnos y que nos dan todo tipo de ventajas, como una mayor protección contra el veneno, aumentar el número de golpes de nuestro combo básico y ralentizar el tiempo a nuestro alrededor al realizar una parada perfecta. Por supuesto, tenemos un número de huecos limitados para equiparlos (ampliable, claro) y hay broches que ocupan varios, obligándonos a decidir qué combinaciones queremos utilizar según nuestras preferencias y nuestro estilo de juego. Es un sistema sencillísimo y muy poco original, pero que funciona de lujo y tiene una buena sinergia con el resto de elementos de la aventura. Además, casi todos los amuletos que hemos encontrado nos han parecido interesantes y útiles en mayor o menor grado, lo que ha acabado provocando que nos haya costado mucho decidirnos por unos y descartar otros.

Una nueva dirección de arte que acaba convenciendo

A nivel gráfico, esta nueva entrega de la saga dista de ser de los títulos más punteros del mercado, ya que aquí no vais a ver texturas de última generación ni modelados complejísimos, escenarios atiborrados de detalles o efectos especialmente exigentes, pero, a su vez, es un juego cuidadísimo en lo visual. Los fondos son bonitos, variados y tienen una dirección de arte fantástica que evita que puedan distraernos de lo que ocurre en primer plano, los personajes y enemigos, tal y como os hemos comentado, tienen unas animaciones que nos han dejado con la boca abierta y los modelos cumplen de sobra con los nuevos diseños por los que se ha apostado, los cuales huyen del realismo y tienen un toque de cómic que nos ha acabado gustando bastante. Tiene una estética muy diferente a la de anteriores Prince of Persia y esto puede causar cierta división de opiniones, pero una vez estamos jugando y vemos cómo se conjugan todos sus elementos gráficos en pantalla, el resultado es bastante satisfactorio.

El diseño de Sargon ha dividido en los fans por lo rupturista que resulta, pero una vez acostumbrados a él nos ha acabado gustando. Además, apunta a ser un personaje muy interesante.

El sonido también nos ha pillado con la guardia baja, ya que la banda sonora es una auténtica maravilla, con temas realmente potentes y muy épicos que han ambientado de lujo nuestras batallas, aunque también sabe ser ambiental, relajante y evocadora cuando toca. Los efectos también son fantásticos y el doblaje español es realmente bueno, con voces genialmente escogidas y unas interpretaciones muy conseguidas que terminan de ponerle la guinda al pastel.

Un retorno que apunta a lo más alto

Suponíamos que Prince of Persia: The Lost Crown nos acabaría convenciendo, ya que pintaba bien y Ubisoft Montpellier es un estudio que tiene toda nuestra confianza, pero lo que no esperábamos es que nos fuese a gustar tantísimo. Es un juego que hace casi todo de forma magistral y al que cuesta muchísimo ponerle pega alguna y las pocas que hemos encontrado no dejan de ser diversas tonterías, como algunos tutoriales que aparecen más tarde de lo que deberían o ciertas encerronas algo anodinas en las que nos obligan a limpiar una sala de enemigos para que nos dejen avanzar, pequeñeces que no empañan lo más mínimo el que apunta a ser la primera gran sorpresa de 2024 y con casi toda seguridad uno de los mejores juegos del año que viene.

Evidentemente, nos queda todavía muchísimo por jugar y por ver, pero si estas primeras tres horas son mínimamente representativas de la calidad del resto de la aventura, no descartaríamos que se acabe convirtiendo en uno de los nuevos referentes de un género muy competido y repleto de auténticas joyas. ¿Lo conseguirá? Por suerte, no tardaremos en descubrirlo.

Hemos realizado estas impresiones tras jugar durante 3 horas a una versión todavía en desarrollo para PC jugando en remoto gracias a una invitación de Ubisoft.

Redactor