X
Juegos
Foro
Plataformas
Género/s: Acción / Hack and Slash
Fecha de lanzamiento:
PC:
Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Sand Door Studio
Producción: Spotlight by Quantic Dream
Distribución: Steam
Precio: 24.99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: -
ANÁLISIS

Impresiones Lysfanga: The Time Shift Warrior - Ingenio en una mezcla de hack and slash y combates tácticos

El primer juego del estudio francés Sand Door, que llega de la mano de Quantic Dream, es una propuesta original, divertida y sorprendente.
Versiones PC, Switch. También disponible en Nintendo Switch.

En Summer Game Fest - Play Days hubo muchos AAA de renombre de los que ya os hemos contado nuestras impresiones, pero también varios indies que destacaban por la originalidad de su propuesta. Ese el caso del juego que editan los creadores de Heavy Rain y Detroit: Become Human con su sello de publicación Spotlight by Quantic Dream. Lysfanga: The Time Shift Warrior, la ópera prima de Sand Door, un equipo formado por estudiantes ganador del Best Student Video Game en el Pégases Awards 2021 entregado por la Academia de las Artes y las Técnicas del Videojuego francés, es una mezcla de hack and slash y combate táctico en perspectiva cenital con una premisa tan interesante y divertida como difícil de explicar sin jugarla: superar batallas sincronizando nuestros movimientos y ataques con los de las copias que hemos manejado un momento antes.

Una aventura de acción, exploración y táctica a través de antiguas ciudades

Lysfanga nos lleva al mundo de Antala, un lugar en el que tras medio milenio de paz en el que las antiguas grandes ciudades han estado atrapadas en el tiempo.

En la piel de Imë, la Lysfanga que da nombre al juego y que ha recibido un poder de la diosa del tiempo que le permite luchar de nuevo junto a sus yo del pasado, recorremos esas urbes que vuelven a ser libres, encontrándonos por el camino varios escenarios de combate donde debemos territorio al mal que pone en riesgo la paz del Nuevo Reino: unos monstruos llamados Raxes.

La demo de una versión preliminar de la que pudimos disfrutar durante media hora dejaba de lado toda la narrativa (que según una representante del estudio tendrá bastante peso) y la exploración: muchos de los caminos estaban cerrados, y otros nos llevaban a altas terrazas donde presumiblemente habrá alguna recompensa en el juego final. Los desarrolladores querían que nos empapáramos del sistema de combate por lo que la build se trataba de un escenario lineal con enfrentamientos de dificultad creciente que no tienen porqué aparecer en el mismo orden ni en la misma fase, aún carente de vida, que jugamos.

En las batallas más largas parece que controlemos a todo un batallón.

Un ejército de Lysfangas

Es entendible. El concepto es difícil de explicar y durante los primeros minutos también de comprender, pero no tardamos en conectar con él y apreciar que es una idea genial. En lo básico recuerda a Hades: Imë tiene un ataque débil y otro fuerte, además de un impulso muy satisfactorio que sirve para salvar obstáculos, desplazarse más rápido, colocarse detrás de los enemigos y esquivar ataques. De momento, no es tan gustoso como el excelente roguelike de Supergiant Games, pero aunque no consigan pulir el gamefeel hasta ese punto en los meses de desarrollo que tienen por delante, es suficiente porque su virtud es otra.

Las batallas están separadas en arenas de combate que encontramos al avanzar por la fase y cuyo objetivo es acabar con todos los monstruos. En ese momento, el juego se pausa y nos permite estudiar el escenario: los tipos de enemigos y su colocación, los caminos y la manera de acceder a ellos, y los recursos que tenemos para completar el desafío. Una vez comenzamos la batalla nos movemos con libertad atacando y esquivando, pero Imë muere con tan solo dos toques y, además, vuelve al punto de inicio de la arena pasado cierto tiempo; es imposible derrotar a todos los adversarios a la primera.

El diseño de los enemigos saca mucho partido a la premisa del juego.

Por suerte, contamos con el poder de la diosa del tiempo. Cuando volvemos al punto de inicio no somos la misma Imë, sino que toda la batalla se reinicia (los enemigos muertos reviven, los que han sido golpeados recuperan su salud, etc.) y controlamos a una copia de la protagonista a la vez que otra versión de la misma hace las mismas acciones que habíamos realizado nosotros unos segundos antes.

Así, los combates se resuelven con un puñado, o decenas de Imë, moviéndose simultáneamente por el campo de batalla, cada una repitiendo las acciones que hicimos con esa copia, lo que luce bastante espectacular. Es el diseño de niveles y de enemigos el que nos obliga a aprovechar este curioso poder que, por cierto, está limitado: en cada fase disponemos de un número máximo de copias (que hacen las veces de vidas). También podemos reiniciar, es decir, terminar una acción y controlar a una nueva copia, en cualquier momento.

Entre los obstáculos de las fases hay muros que debemos romper para que las siguientes copias puedan pasar.

Un diseño de niveles y enemigos que obliga a juguetear con el tiempo

Hay enemigos sencillos, como algunos que caen de unos pocos golpes y otros que aparecen a montones pero que son muy débiles, pero también los hay que nos obligarán a estrujarnos la cabeza para acabar con ellos. Los gemelos, que suelen estar muy separados en la arena, requieren que los matemos a la vez. Los que explotan se pueden lanzar y acabar con otro adversario que no podamos alcanzar. Y los gigantes con escudo obligan a que una copia les pegue por delante en la parte protegida y otra por detrás. Como veis, usar las copias con cabeza es imprescindible.

A esto se suma el diseño de niveles, que se va complejizando hasta parecerse más a un puzle que a una arena de un hack and slash. Hay, por supuesto, distintos caminos y desniveles que impiden que con una sola copia podamos recorrer todo el escenario. Pero también hay botones que abren caminos bloqueados, y velos de colores: al pasar por uno, se bloquean los del color contrario. Todo esto hace que Lysfanga sea a la vez un juego de habilidad a los mandos en el combate, pero también de estrategia, un rompecabezas que nos incita a tirar de ingenio y a estudiar atentamente el escenario para superar los enfrentamientos.

En la demo no había nada de narrativa, pero promete una historia repleta de mitología y dioses.

Además, cada una de las batallas es rejugable porque tienen un desafío basado en completarla en un tiempo concreto, y aunque no hemos podido acceder a estas opciones, habrá ajustes de dificultad y modificadores de combate para desbloquear nuevas recompensas. Incluso batallaremos jefes finales, que con las mecánicas que tenemos a nuestra disposición pueden resultar en enfrentamientos memorables y muy distintos a los vistos en cualquier otro juego de acción.

Sale en PC este mismo año

La premisa de Lysfanga: The Time Swift Warrior nos ha cautivado: es original, divertido, llega a ser muy vistoso cuando la pantalla se llena de copias y pide al jugador habilidad e ingenio. Apenas hemos rascado la superficie de lo que puede ofrecer la ópera prima de Sand Door, pero solo con esta demo lo tenemos apuntado en la lista de indies prometedores de 2023, cuando llegará a PC a través de Steam y Epic Games Store.

Hemos realizado estas impresiones tras probar una versión para PC preliminar y modificada en Summer Game Fest - Play Days.