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Juegos
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Plataformas
Género/s: MMORPG
PC:
También en: PS5
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Square Enix
Producción: Square Enix
Jugadores: Multijugador masivo
Textos: Inglés
Voces: Inglés
Online: Sí
ANÁLISIS

Impresiones Final Fantasy XIV Online

Exploramos Eorzea y te contamos nuestros primeros pasos en Final Fantasy XIV.
Versión PC. También disponible en PlayStation 5.

Square Enix volverá a abordar el género de los MMORPG y lo hará con su saga más emblemática, Final Fantasy. Su primer intento con Final Fantasy XI ha gozado de un éxito notable, pese a que la distribución en Europa en su versión PlayStation 2 no existió, desde 2002 se ha mantenido al pie del cañón con constantes actualizaciones, y adaptaciones, además de la vieja consola de Sony y PC, en Xbox 360 en 2006. Aunque aún hoy día sigue siendo un juego bastante popular, es evidente que la compañía piensa dar un nuevo aire fresco con Final Fantasy XIV, sucesor en muchos aspectos de XI pero también con personalidad propia. Cambiar para que nada cambie.

Final Fantasy XIV se encuentra actualmente en fase alfa cerrada en su versión PC, y más tarde llegará una versión de prueba para PlayStation 3. Las dos plataformas recibirán el juego en 2010, si no existen retrasos. La fase alfa hace referencia a uno de los estados de desarrollo de un videojuego, en la que el código es jugable y ya tiene "forma", aunque es posible encontrar muchos errores, inestabilidad y elementos gráficos provisionales -como texturas, modelados simples o ausencia de algunos efectos gráficos-.

Esta fase es en la que hemos podido jugar, y es cierto que hemos sufrido algunos problemas de conexión con los servidores en diversos momentos por el gran tráfico de las pruebas, el juego apunta muy alto y va mostrando algunos de sus detalles más interesantes.

En primer lugar, debemos crear a nuestro personaje y su apariencia. Las razas que encontramos en Final Fantasy XIV son muy similares en apariencia a las de Final Fantasy XI, algo que creemos que facilitará mucho el salto de un juego a otro para continuar con el mismo avatar virtual. Por un lado tenemos a los Elezen -los Elvaan en FF XI-, que vienen a ser los elfos de muchas mitologías. Una raza originaria de Eorzea, el mundo del juego. Son orgullosos, de aspecto noble, y como el resto de razas, están divididos en dos grupos, Wildwood y Duskwight. Comentar en este sentido que Final Fantasy XIV parece que estará -salvo sorpresa-, al igual que FF XI, subtitulado a varios idiomas, entre los que no se encuentra el castellano.

Otra de las razas principales son los Hyur, los Hume de FF XI, que simbolizan a los humanos, y que pueden pertenecer a los Highlanders o a los Midlanders. Como su aspecto físico no es tan fuerte como otras razas, suelen acompañarse de tecnología y armamento especial.

También encontramos a los Lalafell, similares a la raza Tarutaru de FF XI. Compensan su tamaño y fragilidad con la inteligencia y agilidad, y están divididos en Plainsfolk y Dunesfolk.

Otra raza que regresa son los Galka, en este caso llamados Roegadyn. A diferencia de las razas anteriormente citadas, en las que se puede elegir el sexo del personaje, los Roegadyn están compuestos exclusivamente por varones, cuyas características son su gran tamaño y fuerza física, y la gran cantidad de vello facial que los convierten en la raza más imponente. Existen los Seewolf y los Hellsguard.

Como en Final Fanatsy XI con las Mithra, en Final Fantasy XIV encontramos la contrapartida a los Roegadyn, las Miqo’te. Una raza exclusivamente femenina con rasgos felinos, de personalidad reservada y con dos grupos: Seekers of the Sun y Keepers of the Moon. Esta raza era la única que no estaba disponible en la versión alfa, aunque eso no impidió ver a varias Miqo’te en forma de personajes no controlables -los famosos NPC o `non-player character´- tanto en secuencias de la historia como habitantes de los lugares que visitamos.

Tras valorar cada una de las razas, decidimos escoger a un Roegadyn y su perfil como Seewolf -lobo de mar- para pasar a la configuración de aspecto, limitada en opciones debido a su estado inacabado, pero ya con bastantes opciones para modificar el pelo -forma y color- y el color de piel -que puede ir de negra a verde-, así como la altura, voz, rasgos faciales, color de ojo... En teoría hay tantas combinaciones -unas veinte variantes por cada aspecto a configurar- que será difícil encontrar a otro jugador idéntico, más si elegimos estridentes apariencias como el pelo verde o azul fosforito, que dudamos que tengan mucha demanda entre el los jugadores.

Tras las configuración básica del avatar tenemos que elegir la clase del personaje, como discípulo de guerra -son maestros en armas-, de magia, de la tierra -conocen bien los minerales y plantas-, de la mano -son habilidosos con las herramientas-. Profundizando en el discípulo de guerra encontramos al gladiador -experto en espadas-, al lancero, al púgil -le bastan sus puños-, arquero... Nos inclinamos por la magia y comenzamos nuestra historia en la tierra salvaje de Eorzea seleccionando el único de los tres destinos disponibles en esta versión: Limsa Lominsa. Los otros dos serán Gridania y Ul´dah.

Las diferentes regiones de Final Fantasy XIV son bastante belicosas y en este momento de la historia, nos encontramos ante una guerra fría de tensión en la que los guerreros y mercenarios no están en activo, por lo que la mayoría pasarán a ser conocidos como aventureros, buscando tesoros o luchando contra las bestias salvajes de Eorzea, que según Square Enix, recuperarán diseños clásicos de la saga.

Nuestro personaje, a bordo de un barco en dirección a Limsa Lominsa, se muestra inquieto en una noche de tormenta y decide ir a la cubierta, cuando descubre que la marea está consiguiendo zozobrar la embarcación y los marineros se afanan tanto por conseguir estabilizar las velas como por hacer frente a una oleada de medusas. Pese a que nos invitan a volver a nuestra habitación con el resto de personajes, decidimos hacer frente a una de estas medusas, una primera toma de contacto del sistema de lucha contra un enemigo extremadamente sencillo de batir, con apenas un par de conjuros mágicos de fuego. Exploramos las funciones del menú de ataque y la posición ofensiva, y tras este primer combate, el juego quiere dejar claro que lo que hemos visto es apenas un tutorial, lanzando por encima del barco una enorme serpiente marina que en este momento del juego apenas íbamos a poder arañar. Esta situación sin duda nos deja con muchas ganas de jugar a la versión final y enfrentarnos algún día a monstruos descomunales como éste.

Nuestra llegada a Limsa Lominsa es nocturna. El juego cuenta con un ciclo de horas en el que una hora real equivale a un día del juego, así que al poco tiempo comprobamos cómo la luz del amanecer va asomando poco a poco, mientras diversos grupos de jugadores `chatean´ y otros corren de un lado a otro. Tras hablar con un NPC abandonamos el puerto y entramos en la fortaleza de Limsa Lominsa, que es un hormiguero de jugadores en los que todos están más interesados en ver los lugares de la versión alfa que en tomarse en serio la historia principal. La extensión es tan grande que recorrer los extremos de la ciudad lleva minutos, pero además, cuenta con multitud de torres y diversas alturas que visitar, así que fácilmente perdemos una hora explorando los gremios y armerías del lugar.

La primera sensación es que Final Fantasy XIV recupera plenamente el espíritu y ambientación que muchos jugadores de FF XIII han echado en falta. No se trata sólo de estar ante un MMORPG con mapa libre, sin ataduras de un camino prefijado, es la sensación de estar ante una historia épica ambientada en un interesante mundo de leyenda fantástica. En Limsa Lominsa encontramos varios lugares como una sala de pruebas de arqueros, una sala con una pecera, cocinas, lugares de reunión como tabernas, y también un punto para encontrar misiones de cacería, que al menos las disponibles en este momento, no parecían extremadamente complicadas -algunos de los monstruos que debíamos hacer frente eran simples murciélagos-.

El lugar da sensación de estar muy completo, pero debido a las características de esta fase alfa, de tiempo limitado, decidimos que sería mejor explorar este lugar más adelante o en próximos periodos de prueba. Armados simplemente con un báculo de mago, nos dirigimos al Este del mapa de la ciudad, no sin dar muchas vueltas por los puentes suspendidos que unen cada torre, para cruzar la puerta al mundo exterior, en el que diversos grupos de jugadores se disponían a patear los parajes de montaña verde. Nosotros decidimos ir por nuestra cuenta y encontrar lugares como alguna pequeña aldea con una hoguera aún algo humeante, o una cueva oculta perdida entre la roca, en la que desgraciadamente no encontramos a ningún murciélago. Más tarde combatimos con alguna criatura junto con otros personajes, aunque la palabra "desorden" era la mejor forma de describir la estrategia a seguir; estamos seguros que con la versión final y equipos equilibrados de personajes se podrá sacar más partido a las diferencias entre los diferentes roles.

La zona de exploración es muy extensa y detallada, hay que admitir que tras los numerosos pasillos y zonas cerradas de Final Fantasy XIII la sensación de libertad es enorme, no esperábamos menos de una secuela espiritual de Final Fantasy XI. El mapeado tiene muchos detalles ya en esta fase del desarrollo, hay árboles, restos de vallas o caminos creados de manera natural que ayudan como referencia para no perderse -aunque siempre tenemos los mapas a mano-.

En este momento de desarrollo es atrevido hacer referencia al apartado gráfico. Hay muchas cosas que nos gustan, como el estilo de la arquitectura -en el caso de la fortaleza que hemos visitado, con muchas torres estilizadas- o los entornos naturales -mucho más atractivos que Paals en Final Fantasy XIII-. Algunos elementos son irregulares y demuestran que aún hay texturas que no están en alta resolución, pero en general el juego apunta con muy buenas maneras. La versión actual corre con buena fluidez en la mayoría de momentos, sólo se ve comprometida en grandes reuniones, pero son el tipo de fallos que se conseguirán mejorar a medida que el juego se encuentre en fechas cercanas a su lanzamiento. Lo que está claro es que la ausencia de elementos de ciencia ficción y futuristas va a ser muy bien recibido por una parte de seguidores de la serie que es partidario de este tipo de historias de rol más tradicionales.

Una ambientación de estilo medieval que se completa con una banda sonora compuesta por Nobuo Uematsu, con algunas nuevas versiones de temas conocidos por todos, que mezclan orquesta, sonidos sintetizados y algún guitarreo. No hemos oído más que la pequeña muestra de las zonas y situaciones de la alfa, pero el tema principal, una canción con voz femenina y coros, nos ha parecido uno de los mejores trabajos de este prolífico compositor en sus últimos años. Final Fantasy XI tuvo una banda sonora de altura con Nobuo Uematsu, Naoshi Mizuta, y especialmente Kumi Tanioka, así que esperamos que FF XIV alcance una calidad similar.

Todo un mundo que explorar

Final Fantasy XIV Online va a conseguir, por una parte, gustar a los usuarios de XI que deseen comenzar una nueva historia de nuevo manteniendo muchos elementos reconocibles del anterior MMORPG de Square Enix. Pero también, estamos seguros, atraerá a jugadores que por una razón u otra, no pudieron disfrutar de XI hasta ahora. FF XIV se promete como algo más que una actualización gráfica, y aunque tampoco su intención es la de convertirse en un referente técnico, la estética y ambiente que hemos visto en esta versión inacabada pueden ser una disculpa más para entrar en Eorzea.

Será interesante comprobar la evolución de Final Fantasy XIV en los próximos meses, tanto de la versión PC como de prevista para PlayStation 3, porque si Square Enix consigue su propósito, tomará la delantera -como ya hizo en 2002- a Blizzard en cuestión de juegos masivos online en consola, un mercado aún sin explotar y que puede convertirse en uno de los géneros más populares de los próximos años.