Análisis Fear the Spotlight, un Silent Hill en miniatura (Xbox Series X/S, PC, Switch, PS4, PS5, Xbox One)
Blumhouse Productions, la productora especializada en cine de terror, como la saga Paranormal Activity, anunció no hace demasiado que también añadiría a su repertorio videojuegos a través de Blumhouse Games, incluyendo el nuevo juego de terror de Sam Barlow, director de Silent Hill: Origins y Silent Hill: Shattered Memories. El primero de sus lanzamientos, eso sí, es el hoy nos ocupa: Fear the Spotlight.
El instituto, más terrorífico de lo que lo recuerdas
Fear the Spotlight es un juego de terror e infiltración en tercera persona que, creemos, se puede definir como una mezcla de Silent Hill 2 y Gylt. Por una parte, la influencia del juego de Konami es clara en lo narrativo, en lo visual y en el desarrollo centrado en los puzles. Por otra parte, toma la jugabilidad del juego de Tequila, sin combate y enfocado en la infiltración como método principal para enfrentarnos (o evitar) a los enemigos.
Es un juego muy sencillito, y aunque algunos usuarios prefieran algo más complejo, nos ha parecido todo un acierto. Nunca te hace dar demasiadas vueltas para encontrar un objeto, los encuentros con los enemigos nunca se alargan demasiado, la historia está bien contada pero no llega a ser demasiado rebuscada...
Creemos que hace un trabajo fantástico a la hora de centrarse en lo que quiere hacer, en lugar de intentar abarcar más de lo que puede apretar, algo en lo que se equivocan muchos juegos.
Quizás la historia pueda resultar algo ñoña, aunque acaba volviéndose un tanto siniestra teniendo en cuenta que controlamos a niñas adolescentes, y gran parte del argumento gira en torno a envidias y amoríos propios de institutos americanos. Aun así, nos parece que a nivel narrativo funciona muy bien, y si bien es cierto que la primera mitad abusa un poco de notas para contar todo, la segunda mitad es mucho más inteligente y confía más en el entorno para comunicarse con el jugador.
Todo esto, envuelto en un ritmo genial, con unos puzles muy sencillos pero nunca aburridos, y unido a una segunda mitad en la que parece que todo fluye mejor, nos ha dejado un fantástico sabor de boca tras completarlo en casi cuatro horas. Y sí, quizás su simplicidad puede jugar en su contra para algunos jugadores, pero para nosotros es una manera acertada de distanciarse de otros competidores que tienen más recursos para hacer juegos más complejos.
De vuelta a los 32 bits
Fear the Spotlight apuesta por un estilo gráfico propio de la PlayStation, incluyendo todos los problemas de estabilidad de imagen que regularmente veíamos en la consola de Sony, e incluso la misma tasa de imágenes. Todo esto es opcional, y podemos jugar a 60 imágenes por segundo, sin temblores y con una imagen limpia y nítida, pero a nosotros nos ha gustado esa sensación clásica que, además, en nuestra opinión, ayuda a crear un ambiente más malrollero.
Las texturas son de bajísima resolución, los modelos poligonales tienen un bajísimo número de triángulos y, salvo la iluminación y las físicas, que sí son relativamente avanzadas e imposible en hardware de hace 30 años, todo está pensado para verse mal. Entendemos que no es para todo el mundo y agradecemos que esté la opción ahí, pero os animamos a darle una oportunidad incluso si sois un poco reticentes.
En lo sonoro nos encontramos con un juego que apuesta por un diseño muy minimalista y que, al igual que en lo visual, confía más en lo que no percibimos para generar miedo, sólo dejándose notar en momentos muy concretos para asustarnos. Y no son sustos demasiado gratuitos, sino puntuales y bien medidos. Para que entendáis a lo que nos referimos, por ejemplo, en la segunda mitad del juego llevamos un móvil que recibe mensajes en momentos clave para que la vibración nos haga dar un salto.
Finalmente, tenemos voces en inglés que hacen un muy buen trabajo, acompañado de no sólo textos en nuestro idioma, sino también textos integrados en el escenario, algo que siempre agradecemos porque entendemos que puede ser tedioso de implementar, y más todavía cuando quitando un puzle con unas cartas del tarot habrían sido totalmente prescindibles.
Un pequeño gran juego de terror
Aun con sus limitaciones, Fear the Spotlight nos ha gustado mucho. Sabe centrarse en lo que quiere hacer sin intentar abarcar demasiado para ofrecernos una pequeña aventura de terror de unas cuatro horas a la que no le sobra nada, con muy buen ritmo, una narrativa interesante, momentos memorables y que, además, sabe asustar cuando se lo propone. Si os apetece un Silent Hill 2 en miniatura, con una jugabilidad parecida a la de Gylt y una ambientación que nos recuerda más a Obscure, dadle una oportunidad.
Hemos realizado estas impresiones en Xbox Series X gracias a un código de descarga proporcionado por Microsoft.