Análisis Webbed, la divertida aventura de una pequeña arañita (Switch, Xbox One, PC)
Formado únicamente por dos personas, Sbug Games es un pequeño estudio independiente australiano que lleva años desarrollando proyectos no comerciales que ha ido publicando gratuitamente en Internet. Cogiendo ideas de algunos de esos prototipos, los componentes del estudio decidieron crear un título de mayor envergadura que ha acabado convirtiéndose en Webbed (Enmarañada, según la impecable traducción española), juego que ahora podemos disfrutar en Xbox y Nintendo Switch después de que se haya lanzado en consolas tras su debut el año pasado en PC.
En Webbed nos ponemos a los mandos de una pequeña araña que se ve envuelta en una arriesgada misión para salvar a su pareja, otro arácnido que ha sido secuestrado por un pájaro gigante.
Este punto de partida sirve para llevarnos a explorar un mundo en dos dimensiones de estructura no lineal, un bosque (o un árbol, mejor dicho) en el que tendremos que conseguir la ayuda de otros insectos para derrotar al malvado pájaro y liberar a nuestro amado. Para ello tendremos que ayudarles nosotros antes, algo que llevaremos a cabo gracias a un magnífico sistema de mecánicas basado en lanzar telarañas.
El Spider-Man bueno
Aunque disponga de una premisa narrativa que sirve como eje a la aventura, el factor principal que nos hace fijarnos en Webbed es su sistema de juego basado en físicas. La arañita puede generar telarañas, obviamente, aunque no sólo para balancearse de un lugar a otro sino también para crear estructuras a base de cuerdas prácticamente irrompibles. De esa manera podemos construir puentes para pasar de un punto a otro, transportar objetos pesados, instalar trampas para cazar bichos más pequeños o idear mecanismos que nos ayuden a resolver puzles.
El mapeado del juego se dispone en formato abierto no lineal, dividido fundamentalmente en tres zonas en las que tendremos que llevar a cabo varios objetivos para conseguir la colaboración de tres grupos de insectos: escarabajos, hormigas y abejas. Cada uno nos solicitará una serie de misiones a realizar, incluyendo sus propios coleccionables y secretos; aquí podemos notar una clara separación de Webbed en varios subgéneros en los que se inspira, de modo que la zona de las hormigas nos fuerza a hacer más puzles que la de las abejas, por ejemplo, mucho más centrada en el plataformeo extremo.
Una arañita se multiplica
Esta apuesta por la variedad conlleva también cierta pérdida de foco: al no centrarse en un único estilo de juego, Webbed no ahonda en el diseño de niveles particularmente asociado a ninguno de ellos. Los puzles son sorprendentes al principio y te fuerzan a usar el pensamiento lateral para sacar el máximo provecho de la mecánica de crear estructuras con la telaraña, pero a medida que avanzamos vemos que se repiten situaciones y soluciones. Algo similar ocurre con el plataformeo y con el resto de desafíos del juego.
Aun así, Webbed se las apaña para sorprenderos una y otra vez con golpes de genialidad por los que merece la pena pasar por alto esos otros momentos más irregulares. Hay rompecabezas completamente integrados en el entorno que nos piden utilizar la lógica para encontrar la solución, otros tienen una respuesta más clara a la que tenemos que llegar utilizando nuestras habilidades a los mandos. Es una combinación arriesgada que, como decíamos, no siempre funciona, pero cuando lo hace consigue hacer brillar a la fórmula casi de manera inesperada.
La araña no engaña
La experiencia, en general, es bastante sencilla y accesible, aunque hay momentos en los que tendremos que afinar bien los controles para superar ciertos retos. Es un juego muy agradable a los mandos, haciendo sencillo un sistema mecánico que sobre el papel podría resultar especialmente difícil de llevar a cabo. Webbed podría ser perfectamente una experiencia sin objetivos, misiones ni trama, sólo un juego-juguete en el que balancearnos y poner a prueba su magnífico sistema de físicas; que tenga una estructura más clásica no lo hace peor, pero sí nos da más razones para asemejarlo a otros títulos similares, incluso a metroidvania (aunque no tenga combates como tal), y ahí sí sale perdiendo.
De cualquier manera, es un título tan fresco y adorable que es complicado quedarse con sus puntos negativos. El sistema de juego funciona, es divertido, se le saca provecho y da espacio tanto para el jugueteo como para el pensamiento lateral. Su universo es muy coqueto, tanto a nivel gráfico (aunque el estilo gráfico pixel art se queda un poco corto en ocasiones), como en lo que respecta a personajes y diálogos. Y lo acompaña todo con un diseño sonoro en el que destacan unos muy bien llevados efectos que compensan la simpática pero cortita banda sonora, que acaba volviéndose algo repetitiva.
Conclusiones
Desde la fantástica premisa mecánica de la que parte Webbed se pueden recorrer muchos caminos, aunque en lugar de explorar a fondo sólo uno de ellos, Sbug Games ha preferido indagar en diferentes maneras de sacarle provecho a esta divertida idea de controlar a una araña capaz tanto de balancearse como de crear caminos, puentes, plataformas y mecanismos con sus telas. Desde intrincados puzles hasta secciones plataformeras, este indie intenta ofrecer una variedad de situaciones a las que su mecánica principal se adapta genial. Su intento por abarcar lo máximo posible puede que le suponga no brillar en ningún apartado específico, pero la sencillez de la que hace gala deja poco espacio a la negatividad y esconde un minucioso y divertido sistema de físicas tras un adorable mundo en miniatura.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Sbug Games.