Análisis Splatoon 3, la mejor batalla territorial de Nintendo (Switch)
Juegos de acción centrados en el multijugador competitivo hay muchos, pero ninguno como Splatoon. La saga más joven de Nintendo ha conseguido consolidarse en el mercado con tan solo dos entregas gracias a una propuesta única, original, refrescante, exquisitamente diseñada y con una personalidad desbordante tanto en lo jugable como en lo artístico que ya nos ha regalado decenas de horas luchando contra otros jugadores mientras lo llenamos todo de tinta en partidas ágiles, intensas y muy divertidas.
Por suerte, a los Inklings y a los Octarianos todavía les queda cuerda para rato y esta misma semana se estrena Splatoon 3 en exclusiva para Nintendo Switch, una entrega que, sin necesidad de reinventar nada, pule y perfecciona la fórmula para ofrecernos el que es, desde ya, el mejor juego de toda la serie.
Más y mejor
Así pues, volvemos a encontrarnos ante un título que sigue paso por paso las enseñanzas de sus predecesores, proponiéndonos participar en unas partidas de apenas tres minutos en las que dos equipos de cuatro jugadores luchan ferozmente por pintar el escenario con la tinta de su color. Por supuesto, esto último lo haremos con nuestras armas y si abatimos a nuestros rivales con ellas los inutilizaremos durante unos valiosos segundos que podremos aprovechar para ganar terreno.
Además, pintar superficies de nuestro color también se traduce en una movilidad mucho mayor, ya que podremos adoptar forma de calamar (o pulpo) para sumergirnos en nuestra propia tinta, algo que no solo nos servirá para recargar munición, sino también para desplazarnos a toda velocidad, dar grandes saltos, escalar paredes e incluso camuflarnos con el entorno para pillar por sorpresa a nuestros enemigos.
Como podréis suponer, también regresan las armas secundarias (suelen ser distintos tipos de granadas que consumen muchísima tinta) y especiales (las más poderosas, aunque únicamente pueden utilizarse al rellenar su correspondiente medidor de energía), las cuales vuelven a estar asociadas al arma principal que usemos.
Con todo esto, disfrutaremos de un juego que encuentra el equilibrio perfecto entre accesibilidad y profundidad. Su jugabilidad difícilmente podría ser más intuitiva y satisfactoria, por lo que cualquier novato no tardará ni los tres minutos que dura un enfrentamiento en asimilar sus mecánicas y empezar a pasárselo bien. Es más, si nos cuesta eliminar a otros jugadores, siempre podremos dar apoyo a nuestros compañeros pintando el escenario.
Ahora bien, dominarlo es una cuestión muy diferente, pues hay montones de armas distintas que poco o nada tienen que ver entre sí, peculiaridades a tener en cuenta en su manejo y efectos, estrategias de combate que podemos llevar a cabo y elementos de los propios escenarios que podemos aprovechar en nuestro favor. Todo esto da forma a un título con numerosas capas de profundidad que llega a ser brutalmente intenso y espectacular a niveles altos, pero que no excluye a nadie.
Evidentemente, la victoria se la lleva el equipo que más terreno de su color haya pintado al finalizar los tres minutos de rigor y por su propia naturaleza una partida nunca se decide hasta su mismísimo final, por lo que las remontadas épicas están a la orden del día y en esos 180 segundos no hay ni un solo instante en el que nos podamos relajar.
Llegados a este punto, probablemente os estéis preguntando dónde están las novedades, pues todo lo que hemos comentado hasta ahora podría referirse a cualquiera de las dos entregas anteriores. Las más obvias las tenemos en la inclusión de nuevos mapas y nuevas armas. En el primer caso, de los 12 escenarios en los que podremos combatir, 5 son completamente nuevos en la saga y la buena noticia es que son fantásticos. No solo cuentan con un diseño exquisito, sino que también propician batallas muy diferentes que nos obligarán a adaptarnos al terreno para ganar, con algunos de ellos que incluso pondrán a prueba nuestra habilidad con los saltos para alcanzar las posiciones más ventajosas.
Respecto a las armas, al gigantesco arsenal de los dos primeros juegos (el cual se ha retocado por completo con nuevas configuraciones de secundarias y especiales para cada arma principal) ahora debemos sumarle dos nuevas con sus propias variantes: el Arcromatizador y el Azotintador, las cuales podríamos definir como un arco y una katana. Ambas nos han parecido divertidísimas de usar, aunque ya os vamos avisando que para sacarles todo el partido vais a tener que practicar bastante con ellas, ya que cuentan con peculiaridades muy específicas a las que hay que acostumbrarse, como poder disparar nuestras "flechas" en vertical u horizontal dependiendo de si estamos en el aire o en el suelo e incluso en diagonal si calculamos bien durante el cambio de posición.
Por supuesto, también se han añadido nuevas armas secundarias y especiales, siendo especialmente llamativas las segundas por lo alocadas, diferentes y decisivas que resultan. Al fin y al cabo, estamos hablando de cosas como poder pilotar un letal cangrejo robótico muy difícil de abatir, embestir con un tiburón que avanza a toda velocidad y que explota al llegar al final de su recorrido o cuando nosotros decidamos, colocar un generador de ondas que va haciendo barridos con la tinta de nuestro color para dificultar el acceso de los enemigos a zonas concretas o hasta beneficiarnos de un dispensador de bebidas que potencia durante unos segundos a cualquier jugador de nuestro equipo que pase a su lado, por mencionar tan solo unos ejemplos.
Sumadle a todo esto la posibilidad de cargar saltos en superficies verticales y una nueva esquiva direccional en forma de calamar que nos permite repeler la tinta del enemigo, y tendréis un juego que sin revolucionar las bases de la serie pone a nuestra disposición más "juguetes" que nunca para que experimentemos, desarrollemos nuevas tácticas y disfrutemos de partidas más variadas, frenéticas y emocionantes que en cualquiera de los dos títulos anteriores.
Bienvenidos a Tintelia
Cambiando un poco de tercio, otras novedades las tenemos en la inclusión de una nueva ciudad, Tintelia, por la que podremos movernos para acceder a los diferentes modos de juego y tiendas donde comprar ropa con la que equiparnos para beneficiarnos de sus potenciadores y nuevas armas. Esta urbe es considerablemente más grande que las de otras entregas y también añade un minijuego llamado Lucha Carterritorial que resulta en una especie de mezcla entre juego de puzles y cartas coleccionables, permitiendo que retemos a los avatares de otros jugadores para enfrentarnos a sus mazos.
En él, nuestro objetivo consiste en colocar naipes con diferentes formas para rellenar el tablero con nuestro color e intentar que al finalizar el último turno tengamos más casillas reclamadas que nuestro rival. Hay pequeñas reglas a tener en cuenta, como la existencia de casillas inmune a la tinta enemiga o la posibilidad de cargar puntos de ataque para realizar una ofensiva, pero es un minijuego al que aprenderemos a jugar rápidamente y que cuenta incluso con su propio sistema de progresión.
Quizá el mayor problema sea que no nos parece que aporte nada al conjunto, ya que la auténtica diversión de Splatoon reside en su acción y, sinceramente, jugar a las cartas no es lo que más nos apetece cuando iniciamos el juego. La buena noticia es que se trata de algo totalmente accesorio y opcional, así que si no os interesa podréis pasar por completo de él. Eso sí, os avisamos que todavía no es posible enfrentarnos a otros jugadores en partidas online, aunque desde Nintendo nos han confirmado que es algo que se implementará en un futuro mediante una actualización gratuita.
Más allá de la Lucha Carterritorial, se han hecho algunas mejoras que nos han gustado mucho, como la inclusión de un vestíbulo que sirve como sala de espera entre partida y partida y donde podremos practicar y cambiar nuestro equipo en cualquier momento, consiguiendo que el proceso de esto último sea mucho más cómodo y ágil que antes. Además, ahora las retransmisiones en las que nos avisan de las nuevas rotaciones de mapas que se van produciendo pueden dejarse en un segundo plano para que no nos interrumpan mientras hacemos nuestras gestiones.
La competición más encarnizada
Centrándonos ya en sus modos de juego, tenemos que destacar que más allá de las partidas territoriales de toda la vida también regresan los combates caóticos, la versión competitiva de Splatoon en la que conseguiremos o perderemos puntos según nuestras victorias y derrotas. Aquí hay pocas novedades de momento, ya que las modalidades disponibles son exactamente las mismas que en la segunda entrega, es decir, Pintazonas, Torre, Pez Dorado y Asalto Almeja, cuatro variantes distintas en las que deberemos cumplir objetivos muy concretos que requieren muchísima colaboración por parte de los jugadores, ya sea pintar la zona marcada de nuestro color para mantenerla y sumar puntos, controlar una plataforma o un pez dorado para que llevarlos hasta la base del rival o recoger almejas para "encestarlas" en la canasta del equipo contrario.
Lo que sí que os podemos confirmar es que los nuevos mapas se adaptan genial a este tipo de partidas, favoreciendo duelos intensísimos y todo tipo de artimañas para lograr nuestro objetivo, y si importáis vuestra partida de Splatoon 2 podréis acceder directamente a estos combates sin necesidad de subir a nivel 10. Ahora bien, el Rango X, donde solo nos emparejarán con los jugadores que hayan llegado hasta él para garantizar las partidas más competitivas y de más nivel, no está disponible todavía y llegará en un futuro con una actualización gratuita.
Una excelente campaña para un jugador
Eso sí, que el alma de Splatoon esté en su multijugador competitivo no quiere decir que se hayan descuidado sus modos individuales y cooperativos y una buena prueba de ello la tenemos en su excelente campaña para un jugador, la mejor que ha tenido la saga hasta el momento. Su historia vuelve a ser completamente anecdótica y esta vez tendremos que explorar un extraño cráter para investigar una nueva y peluda amenaza, una excusa que nos sirve para lanzarnos a una aventura de desarrollo no lineal y con montones de niveles, retos y secretos.
De forma similar a lo que ocurría en la Octo Expansión de Splatoon 2, aquí contaremos con un gran mapa central dividido en varias islas desde el que podremos acceder a sus diferentes fases, aunque al principio todo está cubierto de una sustancia pelificadora que tendremos que destruir usando los puntos que consigamos durante las misiones. Dependiendo de las zonas que vayamos limpiando de pelo, podremos movernos por unos sitios u otros y, en consecuencia, acceder a distintas pantallas mientras nos abrimos camino hasta los lugares que nos vayan indicando.
Gracias a esto, tendremos muchísima libertad para escoger nuestra ruta, algo que consigue que nuestros avances sean muy satisfactorios, aunque esto no serviría de mucho si luego los niveles como tal no estuviesen a la altura. Por suerte, este no es el caso y las misiones tienen un diseño impecable que destaca por la enorme variedad de situaciones de las que hacen gala, combinando de maravilla acción y plataformas a la vez que nos obligan a afrontarlas con diferentes armas para que nos habituemos a manejarlas.
Además, algunas de ellas nos proponen retos muy específicos que se salen un poco de lo habitual, los jefes son todo un espectáculo, el nivel de dificultad está muy bien medido, se ha añadido un útil árbol de habilidades para mejorar a nuestro personaje y la recta final podría estar firmada perfectamente por PlatinumGames, por lo que no podemos ponerle pega alguna a una campaña con la que nos lo hemos pasado en grande.
Al tener un desarrollo tan poco lineal, su duración es muy variable. Si vamos al grano y solo completamos los niveles imprescindibles para llegar al final apenas nos durará 4 horas, pero si hacemos esto no veremos ni un tercio de sus pantallas, por lo que la cifra puede triplicarse (e incluso más) si intentamos desbloquearlas todas, conseguir todos los coleccionables y completarlas con todas las armas, así que hay diversión para rato.
La venganza de los salmónidos
Finalmente, nos toca hablar del regreso de Salmon Run, un modo cooperativo en el que tendremos que sobrevivir a varias hordas de enemigos y sumar puntos encestando unos objetos que sueltan los monstruos más poderosos. En líneas generales, su propuesta no es muy distinta de lo visto en la segunda entrega, pero hay dos diferencias fundamentales.
La primera de ellas es que ya no se trata de un modo limitado a horas concretas, por lo que siempre estará disponible para que juguemos cuando queramos, mientras que la segunda reside en la introducción de nuevos tipos de Grandes Salmónidos, una serie de criaturas especiales de gran tamaño que solo pueden ser derrotadas de formas concretas. Gracias a esto último, las partidas son mucho más frenéticas, caóticas y variadas que antes, ya que nunca sabremos qué nuevos seres aparecerán y a veces se dan combinaciones de ellas un tanto curiosas que nos pondrán contra las cuerdas rápidamente si no sabemos manejar la situación, lo que ayuda a hacer de este modo algo más divertido y estimulante. De hecho, a veces se producen rondas especiales en las que tendremos que lidiar con montones de estos monstruos mientras un poderoso jefe nos avasalla sin piedad, las cuales nos han hecho sudar tinta de verdad.
Sigue sin ser un modo tan divertido como el competitivo, pero no se puede negar que la mejora que ha experimentado es notable y que se trata de una opción muy válida y atractiva para invertir nuestro tiempo de juego cuando no nos apetezca enfrentarnos a otros jugadores, por lo que poca queja tenemos.
El arte de Splatoon
A nivel gráfico volvemos a encontrarnos ante un juego que entra por los ojos gracias a unos modelados muy cuidados, unos escenarios repletos de detalles, efectos muy buenos y conseguidos, unas animaciones excelentes y un rendimiento impecable, aunque lo que de verdad destaca no es su apartado técnico, sino su espectacular dirección de arte, la cual sigue derrochando una personalidad arrolladora con una estética tan fresca como reconocible que nos ha vuelto a sorprender con el diseño de algunos de sus nuevos personajes y escenarios.
El sonido sigue la misma línea de siempre con unas melodías muy animadas y de corte alternativo que ambientan a la perfección nuestras partidas, poniendo a través de la música un puntito extra de frenetismo que ayuda a que todo sea mucho más divertido. Los efectos también son de muchísima calidad y aunque no hay doblaje como tal (los personajes emiten unos sonidos incomprensibles), los textos están maravillosamente traducidos al español.
Conclusiones
Splatoon 3 es, sin duda, la mejor entrega de la saga. No inventa nada, pero perfecciona y pule una fórmula que, siete años después del lanzamiento del primer juego, sigue siendo de lo más divertido, original y refrescante que puede encontrarse en el mercado gracias a una jugabilidad prácticamente perfecta y con una profundidad que nunca dejará de sorprendernos. Virtudes a las que ahora debemos sumarle una gran cantidad de contenidos, más armas, más mapas, más prendas, más opciones de personalización, una campaña impecable, un modo cooperativo muy mejorado, numerosas mejoras de calidad de vida y un apartado audiovisual intachable. Y considerando que ya hay un plan para ampliar el juego durante los dos próximos años mediante actualizaciones gratuitas y expansiones de pago, esto va a seguir mejorando con el paso de los meses.
Quizá el añadido de la Lucha Carterritorial no nos ha parecido especialmente acertado para un título de estas características y el hecho de que las rotaciones de mapas sigan limitándose a tan solo dos por modo nos sigue pareciendo un tanto escaso, por no hablar de que hay mucho contenido reciclado, pero son detalles que no empañan una obra que nos ha mantenido pegados a la pantalla durante horas que parecían segundos sin poder soltar el mando. Y ese es el mayor de los halagos que podemos hacer a un videojuego. Divertidísimo.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.