Análisis Metroid Dread, '¿Alguna objeción, señorita?' - El Metroid 5 que llevábamos 20 años esperando (Switch)

Hemos tenido que esperar la friolera de 19 años para poder disfrutar de un Metroid 2D completamente nuevo que continuase la historia de Samus Aran tras los eventos de Fusion, pero si hay algo que nos ha quedado claro tras habernos pasado Metroid Dread varias veces y haber descubierto hasta el último de sus secretos es que el regreso de nuestra cazarrecompensas espacial favorita no podría haber sido más dulce. No en vano, estamos hablando de una aventura que ha sabido estar a la altura de una serie que siempre se ha caracterizado por su excelencia y que una vez más nos ha recordado por qué da nombre a todo un subgénero.

A continuación podéis ver nuestro análisis en vídeo de Metroid Dread, donde os mostramos cómo luce este juego exclusivo de Switch:

También os ofrecemos nuestra nota de voz, un breve audio en el que os contamos qué nos ha parecido Metroid 5:

Una nueva misión

Así pues, nos embarcaremos en una nueva misión que nos llevará hasta un misterioso planeta conocido como ZDR, donde parece que el X, el peligrosísimo parásito que supuestamente exterminamos en Metroid Fusion, campa a sus anchas. Sin embargo, lo que empieza como una simple misión de reconocimiento para confirmar la presencia de esta amenaza no tardará en convertirse en una auténtica pesadilla para nuestra heroína después de encontrarse con un poderoso Chozo que la despoja de casi todas sus habilidades y que, por algún motivo, permite que viva.

Como podréis intuir, a partir de aquí nos tocará explorar un gigantesco y laberíntico mapa para rearmarnos y descubrir la verdad sobre lo que está ocurriendo, una premisa que da pie a una historia sencilla en la que se exploran los orígenes de Samus y donde el nombre de la serie adquiere un nuevo significado. De todos modos, el guion solo hace acto de presencia en unos pocos momentos y aunque hay cierta narrativa ambiental, la trama tiene un papel relativamente secundario que nunca entorpece el ritmo de la acción.

La cazarrecompensas mejor preparada de la galaxia

Centrándonos ya en lo que es su jugabilidad, decir que estamos ante una nueva aventura de acción y plataformas 2D en la que deberemos recorrer un enorme escenario que tiene todas sus zonas interconectadas. Por supuesto, a medida que avancemos obtendremos nuevas habilidades que nos permitirán acceder a nuevos lugares, abrir rutas adicionales y desbloquear atajos, por no hablar de lo útiles que nos serán muchas de ellas para hacer frente a los enemigos que salgan a nuestro paso o encontrar secretos en forma de expansiones de misiles y tanques de vida con los que aumentar nuestra salud máxima.

Si hay algo que queremos destacar es lo increíblemente bien que se controla y mueve Samus en esta ocasión. Con esto no nos referimos únicamente a la precisión milimétrica con la que responden los controles, sino también a la enorme agilidad que ha ganado la cazarrecompensas a la hora de moverse y combatir, algo que se nota especialmente en detalles como el hecho de poder deslizarnos por el suelo en carrera o realizar ataques cuerpo a cuerpo mientras nos desplazamos sin perder impulso.

De esta manera, tanto la exploración como los enfrentamientos han ganado muchísima fluidez y dinamismo, llegando a un punto de satisfacción tan alto y gratificante que acaba por conseguir que el simple hecho de mover al personaje resulte en una experiencia tremendamente divertida por sí sola.

Hablando de habilidades, cabe señalar el regreso del contraataque, una maniobra que ha ganado en importancia, así como del apuntado totalmente libre en cualquier dirección, algo que esta vez podremos realizar en movimiento y que también contribuye a hacer de esta la entrega más ágil de todas. Por supuesto, no os van a faltar clásicos como la morfosfera o el rayo cargado, un repertorio al que también debemos sumarle nuevos gadgets, técnicas y potenciadores de lo más útiles.

Puro Metroid

Por suerte, todo este buen hacer en lo puramente jugable también está acompañado por un gran diseño de niveles que favorece que vivamos una gran variedad de situaciones al mismo tiempo que conecta con acierto sus diferentes regiones para hacer que la navegación por el mapa sea lo más cómoda y fluida posible. Podéis esperar entornos muy diversos con sus propias características ambientales, trampas y enemigos, así como salas con diseños únicos y muy artesanales que nunca se repiten.

Sin embargo, lo mejor de todo es la forma en la que los propios escenarios van evolucionando a medida que progresamos por ellos y suceden cosas en la historia. No podemos hablar demasiado sobre esto sin caer en spoilers, pero podéis dar por seguro que no os van a faltar sorpresas al volver a zonas ya visitadas, algo que ayuda a mantener siempre despierto nuestro interés y evita que nos podamos relajar, especialmente después de que se produzca uno de los giros jugables y argumentales más inteligentes que hemos visto nunca en un título de este estilo.

Eso sí, os advertimos que el desarrollo de la aventura está más guiado de lo que en un principio podría parecer. No llega a los niveles de linealidad de Fusion, pero su diseño apuesta por colocar las salas por las que nos toca avanzar justo al lado del lugar donde conseguimos la habilidad correspondiente. De este modo, los escenarios nos guían de manera sutil y elegante hacia nuestro próximo objetivo, evitando que nos podamos perder demasiado, algo para lo que también se suelen servir de algunos bloqueos muy convenientes. Evidentemente, siempre existe la posibilidad de retroceder y explorar por nuestra cuenta para hacernos con esos secretos que antes eran inaccesibles, así que tampoco nos va a faltar libertad para marcar nuestro propio ritmo.

Ya que hemos mencionado la obtención y búsqueda de secretos, tenemos que admitir que nos ha sorprendido para bien la forma en la que sus desarrolladores han decidido esconder muchos de ellos. Como dijimos anteriormente, la mayoría consisten en tanques de vida y expansiones de misiles, unas mejoras que aumentarán considerablemente nuestras posibilidades de sobrevivir en este entorno tan hostil, pero conseguirlas no será tan sencillo como dar con el bloque oculto de turno, usar la habilidad necesaria y recoger el potenciador en cuestión.

Sí, esto será suficiente en muchos casos, pero otros nos plantearán unos puzles tremendamente retorcidos que requieren encadenar un buen número de acciones con cabeza y precisión mientras nos aprovechamos del entorno. Casi siempre sabremos dónde están los objetos que buscamos, pero dar con la manera de llegar hasta ellos pondrá a prueba nuestra materia gris y nuestra habilidad con el mando, un desafío que nos ha resultado enormemente divertido, satisfactorio y estimulante. Sabemos que esto no es algo nuevo en la saga, pero aquí se ha llevado tan al extremo que no hemos podido evitar destacarlo por lo mucho que nos ha hecho disfrutar completando la aventura al 100%.

Terror robótico

Como veis, hasta aquí lo que tenemos es otro gran Metroid de sabor clásico que nos ofrece una aventura con una jugabilidad mucho más ágil y pulida, así como un diseño de escenarios fantástico que favorece el ritmo de la acción y la variedad de situaciones. Sin embargo, esto no significa que no haya novedades de peso.

Tal y como su propio nombre indica, Dread es una entrega que quiere aterrorizarnos e incomodarnos con la presencia de los E.M.M.I., unos robots que nos darán caza sin descanso y ante los que nuestras armas son completamente inútiles, por no hablar de su capacidad para acabar con nosotros de forma instantánea si nos pillan. Así pues, solo tendremos una opción cuando entremos en las áreas que patrullan: huir e intentar pasar desapercibidos para que no nos detecten, algo que es más fácil de decir que de hacer, ya que pueden captar nuestras pisadas, perseguirnos a lo largo de diferentes salas y bloquear las salidas si dan con nosotros.

La buena noticia es que no pueden salir de sus recintos, unos límites indicados con unas puertas que tienen un diseño muy particular y característico, aunque si queremos avanzar en la historia no nos va a quedar más remedio que introducirnos en sus territorios numerosas veces, momentos en los que el juego pasa a convertirse en una experiencia mucho más tensa, frenética y agobiante mientras corremos por todos lados buscando la forma de escapar y llegar a una zona segura.

Por norma general, las secciones con los E.M.M.I. son relativamente breves y no tardaremos ni cinco minutos en superarlas, pero el camino principal nos forzará a entrar y salir de ellas constantemente para llegar a lugares concretos del mapa, provocando así que siempre estemos temiendo el momento de volver a adentrarnos en los dominios de uno de estos ingenios mecánicos.

Si os somos sinceros, miedo, lo que se dice miedo, no es que den, pero sí que saben apañárselas para generarnos muchísima tensión y que nos olvidemos incluso de respirar, algo que se aplica también a la hora de hacerles frente cuando consigamos encontrar el arma necesaria para ello, ya que deberemos cargar nuestro disparo durante unos segundos que se hacen eternos y apuntar con sumo cuidado mientras vemos cómo se acercan lenta e inexorablemente hacia nosotros.

En líneas generales, se trata de una novedad que nos ha gustado y que ayuda a aportar unos cambios de ritmo muy interesantes dentro de la saga, suponiendo una acertada evolución de los enfrentamientos que tuvimos con el SA-X en Fusion. Además, se las han apañado para que su presencia sea la justa y nunca opaque a la exploración clásica por la que se ha caracterizado la serie, suponiendo un porcentaje ínfimo del total de horas que invertiremos en llegar hasta los títulos de crédito.

Quizá nuestra mayor pega con ellas es que acaban cayendo en una estructura un tanto predecible y aunque los escenarios cambien y los E.M.M.I. ganen habilidades, al final siempre haremos lo mismo sin que haya cambios en sus mecánicas u objetivos. De hecho, hay habilidades para sortear a estas criaturas, como hacerse invisible, que casi nunca hemos tenido que utilizar para darles esquinazo, por lo que creemos que se podrían haber explotado un poco más.

Los mejores jefes de la saga

Pero si hay algo que nos ha gustado especialmente de esta entrega son sus jefes, probablemente los mejores de toda la vertiente 2D de la saga. Estamos hablando de unas batallas muy intensas, desafiantes, largas, con multitud de fases distintas y tremendamente espectaculares que nos obligarán a aprendernos al dedillo los patrones de ataque de nuestros rivales para acabar con ellos, dejándonos para el recuerdo unos enfrentamientos muy memorables.

Además, la curva de dificultad está genialmente ajustada a lo largo de toda la aventura, así que podéis esperar una recta final repleta de batallas memorables en las que vais a tener que demostrar vuestra habilidad como cazarrecompensas a la vez que intentáis descubrir cómo dañar a las criaturas que se interpongan en vuestro camino.

Ya que hemos mencionado su recta final, decir que nuestra primera vuelta nos ha llevado unas 6 horas y media, mientras que para conseguir el 100% hemos necesitado 9, una duración que nos parece perfecta y en línea con la saga, especialmente si tenemos en cuenta que existe un segundo nivel de dificultad desbloqueable y que el auténtico reto reside en llegar a los títulos de crédito en un tiempo muy reducido y exigente, algo que seguramente os animará a rejugarlo hasta dominarlo.

La soledad de ZDR

A nivel gráfico también nos ha sorprendido muy positivamente, pues estamos hablando de un juego que no solo hace gala de buenos modelados, sino también de unos escenarios variados, repletos de detalles y en los que ocurren multitud de cosas en segundo plano para crear esa atmósfera tan única, solitaria, oprimente y característica de la serie. Y por si esto no fuese suficiente, Samus tiene unas animaciones sobresalientes para prácticamente todo, lo que consigue que verla interactuar con el entorno y los enemigos sea una auténtica delicia. Eso sí, no podemos terminar de hablar de su apartado técnico sin comentar lo nítido que se ve tanto en portátil como en sobremesa, con una imagen limpia y clara a la que también hay que sumar un rendimiento ejemplar a 60 imágenes por segundo.

Finalmente, el sonido nos deja con una banda sonora fantástica que se centra, sobre todo, en evocar terror y misterio, pero también sabe ser épica cuando debe y no se olvida de recuperar algunos de los temas más icónicos de la serie con nuevas y geniales remezclas. Los efectos también son muy reconocibles y de calidad y el doblaje nos llega para sorpresa de todos en español, aunque casi todo lo que escucharemos en nuestra lengua serán los informes de Adam.

Conclusiones

Metroid Dread es ese Metroid 5 con el que tantos años llevábamos soñando, una fantástica aventura de acción, plataformas y exploración en 2D que ha sabido estar a la altura de la leyenda de su saga. Entre sus grandes aciertos nos encontramos con unos controles exquisitos, una jugabilidad pulida hasta sus últimas consecuencias, unos jefes intensos y espectaculares, una dificultad bien equilibrada, buenos puzles para conseguir secretos y un diseño de niveles muy cuidado, por no hablar de un apartado audiovisual absorbente y capaz de regalarnos secuencias tremendamente espectaculares.

Quizá las secciones con los E.M.M.I. hayan quedado un poco desaprovechadas y la repetición de varios minijefes se podría haber solventado de otra manera, pero si eres fan de Samus Aran o simplemente te apasiona este subgénero al que la serie da nombre, aquí encontrarás una compra imprescindible. ¿Listo para tu próxima misión?

Hemos realizado este análisis en una Nintendo Switch OLED gracias a un código de descarga y a una consola que nos ha facilitado Nintendo.