Análisis Kirby y la tierra olvidada, un salto impecable a la tercera dimensión (Switch)
Este 2022 Kirby cumple 30 añazos. Tres décadas en las que no ha parado de ofrecernos grandes y divertidas aventuras de plataformas con una fórmula muy única y característica, así como numerosos spin-offs y títulos más experimentales que siempre han buscado salirse de lo habitual. Sin embargo y por sorprendente que pueda parecer, en todo este tiempo la adorable bola rosa nunca se ha atrevido con una entrega principal de jugabilidad 3D, algo que con la llegada de Kirby y la tierra olvidada por fin va a cambiar. ¿El resultado? Un juego precioso y tremendamente disfrutable que os va a encantar.
Videoanálisis y nota de voz
A continuación podéis ver nuestro análisis en vídeo, en el que os contamos qué nos ha parecido y os mostramos cómo luce el juego:
También podéis escuchar nuestra nota de voz, un breve audio en el que os contamos qué nos ha parecido:
Una nueva dimensión con la misma diversión de siempre
Así pues, volveremos a embarcarnos en una nueva aventura de plataformas en la que podremos absorber a nuestros enemigos para copiar sus poderes mientras avanzamos por una serie de fases lineales repartiendo guantazos, flotando, esquivando trampas, buscando todo tipo de secretos, superando pruebas y aprovechando nuestras habilidades para llegar a lugares que de otro modo serían inaccesibles. Como veis, la fórmula no ha cambiado y tiene todos los elementos reconocibles de los juegos del personaje, por lo que el salto a la tercera dimensión no ha alterado lo más mínimo su esencia.
Ahora bien, todo esto se ha intentado llevar al siguiente nivel aprovechando las posibilidades que brinda esta nueva perspectiva, lo que ha permitido que el equipo de desarrollo cree nuevos poderes que antes no serían posible o no resultarían tan divertidos de utilizar, algo que también se aplica al propio diseño de las pantallas, donde se dan cita una gran cantidad de nuevas situaciones que aportan muchísima frescura a la saga.
Gran parte de la culpa de todo esto la tiene la transmorfosis, una nueva habilidad que permite a Kirby meterse grandes objetos en la boca para controlarlos, como un cono, una máquina expendedora de bebidas, una bombilla o hasta un coche, lo que a su vez cambia por completo nuestra forma de jugar y nos impide flotar. Lejos de ser un añadido anecdótico, esta es una mecánica que siempre está muy presente a lo largo de todo el juego.
Lo mejor de todo es lo bien integrada que está, protagonizando secciones lo suficientemente breves como para no opacar a la jugabilidad clásica, al mismo tiempo que nos plantean retos y puzles de lo más interesantes que ayudan a hacer de este viaje una experiencia muy variada. De hecho, nos ha sorprendido la cantidad de vueltas que HAL ha conseguido darle a la transmorfosis para crear constantemente nuevos tipos de situaciones partiendo de unas habilidades aparentemente limitadas, una buena muestra de lo bien diseñado que está todo.
Hablando de diseño, el desarrollo de las fases es realmente bueno y siempre van de menos a más. Como es ya costumbre en la serie, nunca llega a ser un juego difícil, pero sí que hay una curva de dificultad que va subiendo la intensidad poco a poco con secciones cada vez más elaboradas y complejas que hacen muy buenos esfuerzos por esconder sus secretos de formas bastantes ingeniosas, obligándonos a prestar muchísima atención a los escenarios y a pensar qué poderes debemos usar y cómo.
Llegar al final de cada pantalla no suele ser ningún problema, pero si queremos completarlas al 100% nos va a tocar explorar bastante y cumplir una serie de objetivos secundarios que las dotan de un valor rejugable muy interesante. Lo mejor que podemos decir sobre esto es que raro ha sido el nivel en el que lo hemos conseguido todo a la primera y que la tarea de encontrarlo todo nos ha resultado divertidísima.
Una jugabilidad fantástica repleta de grandes combates
Pero si hay algo que merece un punto y aparte es su jugabilidad. De entrada, lo primero que os llamará la atención al poneros a sus mandos serán sus controles: simplemente exquisitos. Kirby responde de maravilla a nuestras órdenes y está animado con tantísimo gusto que consigue que el simple hecho de moverlo por los escenarios resulte en algo indescriptiblemente gratificante, un aspecto que nos parece fundamental en un juego de plataformas como este.
Todo esto es algo que se extiende al uso de los diferentes poderes de la bola rosa, ofreciéndonos un buen número de estilos de juego que debemos aprender a dominar para identificar cuándo nos serán más útiles unas habilidades u otras. No en vano, las propias pantallas nos incentivan a cambiar de una a otra constantemente a través de su diseño para adaptarnos a los retos y obstáculos que nos van planteando, y todo ello sin que resulte forzado.
Esto que tan bien funciona de normal, brilla con luz propia a la hora de luchar en las arenas de combate en las que nos encerrarán a veces, donde nos atacarán montones de rivales distintos, así como algún que otro minijefe. Durante los primeros mundos, solo nos bastará con aporrear botones y poco más para acabar con todo lo que salga a nuestro paso, aunque llegando a la recta final y sobre todo en los contenidos que hay tras los créditos la cosa cambia bastante gracias a unas batallas más exigentes y genialmente diseñadas en las que nuestros rivales hacen gala de una gran variedad de sorprendentes patrones de ataque.
Tanto es así que ahora se ha incluido un movimiento de esquiva que nos permite ralentizar el tiempo y contraatacar si conseguimos hacerlo en el momento justo en el que vamos a recibir un golpe, una maniobra prácticamente imprescindible en los compases más avanzados y contra ciertos jefes. Y ya que hablamos de los jefes, estos nos dejan con los momentos más emocionantes de todo el juego y con algunos enfrentamientos tan frenéticos, intensos y épicos que poco o nada tienen que envidiar a los mejores trabajos de PlatinumGames.
No podemos entrar en detalles, pero vais a alucinar con la escala tan exagerada y espectacular que llega a alcanzar todo y con las rutinas de los enemigos, siempre cambiantes, con muchas mecánicas propias y con numerosas fases a las que deberemos adaptarnos para sobrevivir. ¿El problema? Que todo esto tarda demasiado en llegar y no fue hasta el final del quinto mundo que tuvimos que empezar a sacarle partido al sistema de combate.
Reconstruyendo la ciudad de los Waddle Dees
Cambiando un poco de tercio, tenemos que comentar la existencia de una ciudad que nos servirá como base de operaciones y que podremos mejorar y expandir para así acceder a nuevos servicios, tiendas, extras y minijuegos. Para ello, simplemente nos bastará con avanzar en la historia y dar con los Waddle Dees ocultos que hay en cada nivel. Por concluir una fase por primera vez siempre salvaremos a unos pocos, aunque en cada una hay varios más escondidos y otros tantos que nos requerirán cumplir con ciertas tareas secundarias.
Cada vez que rescatemos a un número concreto de estas criaturas construirán un nuevo edificio o localización, por lo que también iremos ampliando la lista de cosas disponibles, como una casa donde dormir o un restaurante donde comprar ítems de recuperación de vida para usar en algún momento de emergencia. Los minijuegos que desbloquearemos, como la pesca o la gestión del puesto de comida, no son precisamente los mejores que hemos visto en la serie, pero cumplen su función de entretener de vez en cuando entre una aventura y otra gracias a su sencillez, siendo el más destacado uno en el que tenemos que guiar una bola por un laberinto usando los controles por movimiento, el cual resulta sorprendentemente gratificante en portátil por lo bien que funciona y las sensaciones que transmite.
La evolución de los poderes de Kirby
Pero, sin duda alguna, el edificio más importante de la aldea es la forja, donde podremos cambiar entre los distintos poderes que hayamos conseguido, entrenar con ellos e incluso mejorarlos. Eso sí, para esto último primero tendremos que obtener una serie de planos que están muy bien escondidos a lo largo y ancho del juego, y una vez tengamos el de la habilidad de copia que queramos potenciar nos tocará pagar su correspondiente cantidad de monedas y piedras raras.
Las primeras las conseguiréis por todas partes, mientras que las segundas se obtienen en unas fases opcionales llamadas Rutas del Tesoro, donde tendréis que superar unas breves pruebas a contrarreloj usando únicamente el poder o la transmorfosis que os indiquen. Por lo general, os sobrarán minutos para completarlas, aunque si os proponéis batir la marca objetivo de cada una el reto aumenta considerablemente, pues los tiempos suelen estar muy ajustados para obligarnos a que nuestra actuación sea perfecta y sin errores, un desafío que hemos disfrutado mucho y que nos ha tenido muy entretenidos.
Lo realmente interesante de mejorar los poderes es que más allá del correspondiente aumento de daño también adquieren nuevos movimientos y propiedades especiales, consiguiendo así que nuestras posibilidades jugables estén en constante evolución durante toda la aventura. Eso sí, os avisamos que algunos de ellos en su forma final son brutalmente devastadores y pueden facilitar mucho las cosas, trivializando ciertas batallas.
En total, llegar hasta el final es una tarea que os llevará entre 6 y 8 horas, aunque si os proponéis hacerlo todo, la cifra se os irá sin muchos problemas entre las 15 y 18 horas, una duración que nos ha parecido perfecta para su propuesta. De esos juegos que nunca aburren y que cuando se acaban te han dejado más que satisfecho.
Uno de los juegos más bonitos de Nintendo Switch
Finalmente, tenemos que aplaudir su fantástico apartado audiovisual, ofreciéndonos un título precioso que destaca por una dirección de arte muy colorida y con muchísima personalidad que consigue apañárselas para hacer que escenarios de corte posapocalíptico parezcan encantadores e inviten a explorar hasta su último rincón. Además, la variedad de localizaciones es altísima y tan pronto estaremos recorriendo una ciudad en ruinas repleta de vegetación que un parque de atracciones o una gélida versión de Londres donde el peligro acecha en cada esquina.
En lo técnico tampoco se queda atrás gracias a unos modelados muy conseguidos, un buen uso de la iluminación, efectos muy resultones y espectaculares, unas animaciones impecables e incluso alguna que otra textura de bastante calidad. Para rematar, se ve y rinde genial tanto en portátil como en sobremesa, favoreciendo así una experiencia fluida, nítida y agradable.
Y sí, la banda sonora es probablemente una de las cosas que más nos han gustado de todo el juego, deleitándonos los oídos con una gran variedad de alegres y pegadizas composiciones que captan a la perfección el espíritu de la aventura y de todo lo que vemos en pantalla, realzando más todavía cada una de las situaciones que nos tocará vivir. Los efectos siguen la misma línea y el título está impecablemente traducido al español.
Conclusiones
Resumiendo, Kirby y la tierra olvidada nos ha encantado. Se trata de un juego tremendamente disfrutable con el que nuestra bola rosa favorita ha sabido dar un salto impecable a la tercera dimensión, ofreciéndonos una odisea repleta de plataformas, puzles y acción que hace de la exploración y de sus combates sus principales fortalezas. Y todo ello arropado por unos gráficos preciosos y una banda sonora que seguiremos tarareando durante años. Hay algunos detallitos menores que le impiden llegar más alto, pero si hay algo que os podemos asegurar es que lo hemos jugado con una sonrisa de oreja a oreja de principio a fin, hasta el punto de no haber podido parar hasta completarlo al 100%. Y cuando se habla de videojuegos, pocas cosas mejores que estas se pueden decir.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.