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Género/s: Action-RPG
PS5:
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Shift Up
Producción: Sony Interactive Entertainment Europe
Distribución: Sony Interactive Entertainment
Precio: 79.99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Español
Online: No
ANÁLISIS

Análisis Stellar Blade, una aventura de ciencia ficción con buenos combates que abarca más de lo que puede (PS5)

El nuevo juego de Shift Up en exclusiva para PS5 se destapa como una buena aunque irregular aventura de acción repleta de imperfecciones.
Análisis de versión PS5.

Aunque históricamente se los suele mirar por encima del hombro por su falta de originalidad, el pasado nos ha demostrado que no siempre es necesario reinventar la rueda para crear un buen videojuego y que limitarte a replicar lo que han hecho otros títulos de éxito puede dar resultados muy interesantes si se hace bien. Este es exactamente el caso de Stellar Blade, una ambiciosa producción de Shift Up que no duda en tomar prestados multitud de elementos de otros juegos para meterlos en una batidora y ofrecernos una mezcla que, en ocasiones, puede resultar extraña y dejar un regusto amargo, pero que acaba entreteniendo y divirtiendo a poco que nos dejemos llevar.

La lucha de Eve

Así pues, nos encontramos ante una aventura de acción y rol que nos lleva a un futuro distópico en el que la Tierra ha sido invadida por unas extrañas criaturas. Por desgracia para nuestra especie, la humanidad pierde la guerra contra ellas y se ve obligada a huir a una colonia espacial. La historia comienza muchos años después de estos acontecimientos y nos pone en la piel de Eve, una guerrera que es enviada al planeta con la misión de aniquilar a los invasores, lo que da pie a un relato que, sinceramente, no convence.

La narrativa lo intenta, pero acaba haciendo aguas.

El guion como tal carece de cualquier tipo de interés y no es capaz de abordar con soltura los temas que intenta tratar, los diálogos están muy mal escritos, la construcción de su mundo es un tanto desastrosa y los personajes no tienen carisma alguno ni son capaces de transmitir lo más mínimo. Es uno de esos juegos en los que el listón baja muchísimo cada vez que nos quitan el control para dejar que la narrativa cobre protagonismo, lo que es una auténtica pena, ya que hace muchísimos esfuerzos por intentar dar forma a su universo de ciencia ficción y que nos impliquemos con lo que nos cuentan, pero es algo en lo que fracasa estrepitosamente.

Por suerte, en lo puramente jugable sí que hace las cosas bastante mejor, empezando por su sistema de combate. A pesar de lo que podría parecer, en Stellar Blade lo realmente importante no es lucirnos con elaborados y complejos combos para obtener la mejor puntuación posible, sino estudiar bien a nuestros adversarios para encontrar la mejor forma de hacerles frente y reaccionar a sus patrones.

En líneas generales, contamos con dos botones de ataque que podemos combinar para poner en práctica diferentes combos, otro para esquivar y uno para defender, algo a lo que debemos sumarle la posibilidad de desatar cuatro técnicas especiales con la energía Beta que acumulemos al luchar y otras cuatro adicionales con la energía de Estallido que generaremos al realizar una serie de maniobras concretas.

Las paradas perfectas tienen una importancia enorme y son exigentes, pero resultan muy satisfactorias.

Como podréis suponer, si bloqueamos o esquivamos en el instante en el que vayamos a recibir un golpe, haremos una parada o esquiva perfecta, lo que suele abrirnos las puertas a ejecutar poderosos contraataques si conseguimos hacerlos cuando nuestro rival ha terminado su secuencia de golpes. Sin embargo, aquí no nos bastará únicamente con memorizar los combos de los enemigos para desviarlos, ya que también tenemos que tener en cuenta que los ataques que se indican con un destello amarillo no pueden ser bloqueados con una guardia normal, y que los que están precedidos por un brillo azul o morado solo pueden evitarse haciendo una esquiva hacia delante o hacia atrás respectivamente.

Otro aspecto a tener en cuenta es que tanto nosotros como los enemigos contamos con un medidor de escudo que se reduce al recibir golpes o al realizar una guardia básica. Si se nos agota por completo, sufriremos muchísimo más daño con cada impacto, aunque si conseguimos romper el de nuestros contrincantes también quedarán expuestos a nuestros ataques.

Lo interesante de esta mecánica es que podremos regenerar nuestras defensas acertando paradas perfectas, una decisión de diseño muy inteligente que nos anima a arriesgarnos para intentar desviar las ofensivas de los adversarios, ya que la recompensa por hacerlo bien merece mucho la pena. Es más, estos bloqueos sincronizados también nos permiten reducir los puntos de equilibrio del contrincante y si llegan a cero quedarán vulnerables a un espectacular y devastador remate.

Existen cinco árboles de habilidades en los que podemos invertir los puntos de habilidad que obtengamos para desbloquear nuevas técnicas de combate y mejoras que nos serán muy útiles.

Sumadle que algunos contraataques y técnicas especiales tienen efectos añadidos que pueden ayudarnos a reducir los escudos y la postura del contrario, así como a interrumpir sus combos, y entenderéis rápidamente lo bien hiladas que están todas las mecánicas de combate para deleitarnos con unos enfrentamientos muy intensos, divertidos, satisfactorios y espectaculares en los que las paradas, las esquivas, las contraofensivas y los combos se suceden con mucho estilo y elegancia mientras estudiamos patrones y tomamos decisiones. Y sí, también hay varias armas de fuego que, a pesar de no tener tanto protagonismo, nos vendrán muy bien para lidiar con ciertas situaciones.

Eso sí, no es oro todo lo que reluce y hay algunos aspectos que podrían haberse pulido algo más. Por ejemplo, la respuesta de Eve a los controles, sin ser mala, nos ha parecido un poco más lenta y torpe de lo que demanda un juego de este estilo, y la animación de la esquiva no es especialmente intuitiva y hace que tenga una utilidad muchísimo más limitada que los bloqueos. Tampoco nos han convencido demasiado los patrones de algunos enemigos normales, quienes abusan demasiado de fintas y secuencias arrítmicas de golpes a las que cuesta reaccionar si no nos las aprendemos previamente.

Aquí también nos toca señalar que aunque el juego funciona de maravilla en los duelos individuales de uno contra uno, el sistema de combate se rompe un poco al hacer frente a varios enemigos a la vez, algo que se agrava cuando hay alguno atacándonos a larga distancia, ya que en estos momentos los bloqueos, los contraataques y las esquivas pierden casi toda su utilidad por la forma en la que están diseñados. No es que sean especialmente difíciles, pero sí que pueden derivar en luchas un tanto frustrantes.

En su favor tenemos que decir que el bestiario es sorprendentemente variado y hasta casi el final de la aventura no dejarán de presentarnos nuevas criaturas con sus patrones y peculiaridades exclusivas con las que deberemos aprender a lidiar, lo que ayuda a mantener las cosas siempre frescas. Pero lo mejor de todo son, sin duda, sus jefes, unas batallas tremendamente divertidas y espectaculares en las que desaparecen casi por completo las pocas quejas que podamos tener. Son unas peleas variadas, con diferentes fases y con unas secuencias de ataque muy claras, legibles y bien definidas que da gusto bloquear mientras buscamos los huecos para pasar a la ofensiva y administramos nuestros recursos con cabeza.

No queremos dar muchos más detalles sobre estos duelos, pero os aseguramos que son momentos en los que el nivel general sube enteros y en los que la épica se desata. Incluso si la mayoría no son demasiado difíciles (hemos matado a casi todos a la primera a excepción de los dos últimos, aunque distan de ser un paseo y obligan a jugar bien), todos nos han parecido enormemente satisfactorios y nos lo han hecho pasar en grande.

Una aventura variada, pero con altibajos

En lo que respecta al desarrollo de la aventura como tal, nos encontramos con un título que busca ofrecer mucho más que combates, por lo que nuestro viaje está salpicado de pequeños puzles, momentos de "plataformeo" y escalada, secciones en las que debemos evitar todo tipo de trampas y peligros, partes acuáticas en las que podemos bucear y hasta un par de pequeñas mazmorras en las que nos bloquean el uso de la espada y en las que solo podemos abrirnos camino a tiro limpio como si estuviésemos jugando a un shooter. Por haber hay incluso un minijuego de pesca completamente opcional.

Algunas mecánicas relacionadas con el “plataformeo”, como la posibilidad de correr por paredes, nunca se terminan de desarrollar, ya que apenas hay secciones en las que debamos usarlas.

De todo esto, no hay nada que haga con especial brillantez, ya que, por ejemplo, los controles de salto son un tanto imprecisos y los rompecabezas no os van a dar ningún problema, pero sirven como pequeñas distracciones que ayudan a aportar variedad para que no tengamos la sensación de estar simplemente encadenando una arena con otra, algo que le sienta realmente bien e incluso nos anima a seguir jugando para descubrir en qué nuevos problemas nos vamos a ver inmersos. Además, gracias al salto y a la posibilidad de escalar por ciertos tipos de superficies, se han podido diseñar niveles con mucha verticalidad y repletos de secretos que consiguen que la navegación por ellos sea divertida y entretenida.

Eso sí, nos toca señalar que existen dos tipos de regiones: las de desarrollo lineal y las abiertas de exploración libre. Las primeras son, con muchísima diferencia, las mejores, ya que al tener un desarrollo más cerrado y con una estructura similar a la que podríamos esperar de un juego tipo souls, con sus imprescindibles atajos y caminos alternativos que nos llevan a suculentas recompensas, el ritmo nunca pierde pulso y las distintas situaciones se van sucediendo una tras otra. Además, están muy bien diseñadas, la colocación de enemigos está estudiadísima y, en general, nos lo hemos pasado genial con ellas.

Lamentablemente, la otra cara de la moneda la tenemos en las zonas abiertas, donde básicamente nos proponen realizar una gran cantidad de basiquísimas misiones secundarias y encargos que no nos han convencido lo más mínimo mientras nos tienen pateando de un marcador a otro para hacer anodinas tareas. No es que estas regiones sean un completo desastre, ya que hacen gala de algunos detalles interesantes que nos animan a explorar, como secretos que no nos marcan en el mapa o lugares que nos obligan a pensar un poco para averiguar cómo llegar hasta ellos, pero, en general, estas partes restan más que suman. Hasta los jefes opcionales que encontraremos en ellas suelen ser los mismos que aparecen durante la historia. Y sí, también hay una ciudad principal con comercios y personajes que nos dan misiones, aunque tampoco convence ni aporta demasiado.

Los puzles que nos encontraremos son muy simples, pero ayudan a ofrecer algo de variedad.

Esto da como resultado una aventura un tanto irregular en la que se alternan momentos muy buenos con otros que bajan el listón, aunque es de justicia decir que en el último tercio hay una mejora considerable, ya que es cuando el título decide dejarse de experimentos y centrarse en hacer lo que mejor sabe, dando como resultado una fase fantástica e intensísima repleta de momentazos y con montones de jefes increíbles que se van encadenando uno tras otro.

Si os preguntáis por su duración, nosotros hemos tardado 25 horas en llegar al final habiendo hecho todas las misiones secundarias que hemos conseguido encontrar, aunque si os quedáis con ganas de más os alegrará saber que hay varios finales, un modo difícil desbloqueable e infinidad de documentos, latas coleccionables, trajes, piezas de equipo y mejoras por encontrar, siendo estas últimas especialmente importantes al permitirnos aumentar cosas como nuestros puntos de vida máximos o el número de pociones que podemos llevar a la vez. Los escenarios están plagados de este tipo de cosas y suelen estar bien ocultas, así que vais a tener que explorar bastante si pretendéis encontrarlo todo sin usar una guía.

Espectáculo con estilo

De su apartado gráfico lo que más destaca es, sin duda, su decidida apuesta por el espectáculo y la puesta en escena tan buena que tienen las secuencias con un mínimo de acción, las cuales están genialmente dirigidas. Es un juego que consigue que cada parada, cada espadazo, cada técnica especial y cada contraataque resulte en un festival de luces, partículas y animaciones con mucho estilo. No es que sea ningún prodigio técnico y sus costuras se ven en detalles como la nula expresividad facial de los personajes, los escenarios y determinadas texturas, pero en líneas generales es una producción resultona que tiene una dirección de arte con fuertes contrastes que consigue encontrar belleza incluso en un mundo desolado como este. Además, tiene tres modos gráficos entre los que escoger, Calidad, Rendimiento y Equilibrado, de los cuales os recomendamos los dos últimos, ya que son los que nos permiten jugar a 60 imágenes por segundo, algo que nos parece prácticamente obligatorio en un título como este. Además, apenas hacen sacrificios gráficos y ambos se ven realmente bien, con una imagen limpia y nítida.

Las secciones en las que solo nos permiten usar las armas de fuego son divertidas por las situaciones que nos plantean, aunque los combates en ellas acaban siendo un tanto básicos.

Finalmente, de la banda sonora solo tenemos buenas palabras, ya que nos ha parecido una auténtica gozada. Son temas variados, de muchísima calidad, se comportan de manera dinámica y ambientan de maravilla todo lo que vemos en pantalla, ya sea subiendo la adrenalina y la épica en los enfrentamientos contra jefes, permitiendo que nos relajemos al descansar en un punto de control o potenciando la sensación de aventura al explorar. Sin duda, de lo mejor de todo el juego, algo a lo que también acompañan unos buenos y contundentes efectos.

Sobre el doblaje, cabe comentar que nos llega con voces en español, algo que se agradece muchísimo, aunque no podemos obviar que la calidad de las voces y las interpretaciones nos ha parecido que deja que desear, ya que son actuaciones muy desganadas que no consiguen transmitir lo más mínimo. Probablemente sea culpa del guion, pues el material con el que tienen que trabajar los actores no deja demasiado margen para que se luzcan, pero el resultado final es el que es.

Conclusiones

Stellar Blade es un juego que intenta hacer muchas cosas, pero no todas le salen igual de bien. Cuando se centra en los combates, la acción y el espectáculo en niveles relativamente lineales brilla con luz propia, sobre todo cuando toca luchar contra alguno de sus fantásticos jefes, pero cuando intenta contarnos su historia o experimentar con zonas abiertas y misiones secundarias, no puede evitar venirse abajo. Además, intenta abarcar tanto que deja muchas ideas sin desarrollar, como algunas mecánicas de "plataformeo" que apenas se utilizan, un sistema de equipo desaprovechadísimo o unos enfrentamientos contra varios enemigos a la vez que no terminan de funcionar todo lo bien que deberían.

Sin embargo, al final consigue ofrecernos una aventura muy entretenida, variada y divertida que se deja disfrutar sin mayores problemas si lo que buscas es acción sin complicaciones. Incluso con sus peros, la nueva obra de Shift Up ha conseguido que nos lo pasemos bien, así que no dudéis en darle una oportunidad a poco que os atraiga lo que propone. ¿Podría haber sido mucho mejor? Sin duda, pero eso no quita que sea un título a tener en cuenta.

Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga que nos ha ofrecido PlayStation.

Redactor

NOTA

7.8

Puntos positivos

La acción y los niveles lineales.
Los combates contra jefes.
La banda sonora y el último tercio de la aventura.

Puntos negativos

Todo lo relacionado con su narrativa.
Las zonas abiertas y las misiones secundarias.
Deja muchas ideas sin desarrollar o sin pulir.

En resumen

Una interesante aventura de acción que intenta hacer muchas cosas, pero que destaca por sus espectaculares combates y jefes.