Análisis Maquette, el verdadero tamaño de los problemas (PS5, Xbox Series X/S, Xbox One, Switch, PC, PS4)
Quizás a rebufo de la saga Portal, los juegos de puzles en primera persona han sido uno de los géneros más prolíficos durante la última década. Hemos visto prácticamente de todo, mil y una mecánicas diferentes y, aun así, los desarrolladores no nos dejan de sorprender. El último en sumarse a esta lista es Maquette, un juego que recuerda en cierta medida a Supraliminal, pero que en realidad ofrece un concepto totalmente diferente.
La maqueta infinita
Maquette es un juego de puzles en primera persona en el que, como su propio nombre indica, interactuamos con una maqueta. Sólo que esa maqueta afecta a nuestra realidad, que irónicamente es una versión de mayor tamaño de esa maqueta. Y sí, a su vez, se encuentra dentro de otra versión mayor. Nuestro tamaño nunca cambia, pero sí podemos pasar de una «maqueta» a otra, por lo que podremos pasar de unos escenarios en miniatura a otros en los que, literalmente, ni siquiera podemos subirnos a un escalón.
La idea es interactuar con ciertos objetos para modificar las diferentes «realidades» . Si hay un cubo gigante que no podemos mover en nuestra maqueta, podemos moverlo en una maqueta menor, donde será más pequeño, y así lo moveremos en nuestra realidad. Lo mismo con una escalera. Si es minúscula y no sirve para llegar a donde queremos, podemos ponerla en la maqueta pequeña para que en nuestra realidad se vuelva grande. Seguro que os hacéis a la idea.
También puede pasar a la inversa. Si tenemos un objeto demasiado grande, podemos llevarlo a una maqueta más grande y recogerlo en una más pequeña, donde habrá reducido su tamaño. Es un concepto genial, visualmente muy sorprendente, y que funciona muy bien. Por supuesto, se irá enrevesando con diferentes objetos que tienen sus propiedades únicas y combinando estas diferentes realidades para rizar el rizo.
Por desgracia, creemos que Graceful Decay no ha sabido aprovechar el concepto. Es como si hubiesen creado un prototipo con una idea genial, le hubieran aprobado el juego, pero a la hora de explotarlo se han quedado a medio camino. Hay algunos fallos de diseño que van a confundir al jugador, ideas desaprovechadas y momentos de tedio en los que tenemos que darnos caminatas eternas en los escenarios gigantes para ver si estamos haciendo lo correcto o no. Aparte, a mitad de la aventura, Maquette se convierte en una especie de walking simulator con puzles que, sí, siguen utilizando el concepto de las realidades y los diferentes tamaños, pero que dejan ver que la fantástica idea en la que se basa quizás no daba para un juego «entero».
Bonitos principios, inesperados finales
Maquette no es sólo puzles, sino también una historia de amor y desamor. A través de una analepsis, descubrimos la relación de una pareja, sus buenos momentos y sus momentos malos. A nivel narrativo, es totalmente anecdótica, pero creemos que encaja a la perfección con el juego, y que sin ella perdería bastante. Es una historia totalmente normal y terrenal, que todos hemos vivido y experimentado, pero la manera en la que se integra con los escenarios, con lo que hacemos y, sobre todo, con la música, es genial. Aunque como historia no sea nada del otro mundo, Maquette sería peor juego sin ella.
Lo audiovisual es una parte importante de la experiencia. La historia se cuenta a través de textos que aparecen escritos en las paredes (en inglés, con subtítulos en español que lo afean un poco), así como con secuencias sencillamente animadas e incluso un pequeño texto durante los tiempos de carga; todo muy cuidado. Los escenarios, como veis en estas imágenes, sin tener un estilo rompedor tienen personalidad propia y, en general, están cargados de simbolismo.
En lo más técnico, en PlayStation 5 nos ha sorprendido cómo se mueve en algunos momentos, con tirones inexplicables. Parece que cuanto más progresamos más raros son, pero están bastante presentes en el inicio. Nada grave, y menos en este tipo de juego, pero un tanto chocante cuando debería ir sobradísimo en la nueva generación. Quizás se pula con un parche antes de lanzamiento. También es curioso que tiene opciones para cambiar la calidad de las texturas y, algo que muchos agradecerán, el campo de visión.
Cuando la magia se rompe
Es un tanto irónico que hayamos visto un paralelismo tan grande entre la historia del juego y el juego en sí. Al igual que vemos cómo la pareja intenta estirar una relación haciendo como si no pasara nada, Maquette intenta estirar una idea que no daba más de sí, o que necesitaba exprimirse, aprovecharse de otra manera. Esto no quiere decir que no tenga momentos fantásticos, que el concepto sea genial y que nos lo hayamos pasado bien con él, pero también ha habido momentos de tedio, fallos de diseño que pueden confundir al jugador y algunos puzles con una lógica cuestionable.
Como en la relación de los protagonistas, Maquette tiene momentos muy buenos y otros no tan buenos, pero seguramente merezca la pena experimentarlos y quedarnos con los positivos. Nosotros creemos que merece una oportunidad y, si sois suscriptores de PlayStation Plus y podéis hacerlo sin coste adicional o si sois grandes aficionados al género, os animamos a probarlo.
Hemos realizado este análisis en PS5 con un código proporcionado por fortyseven communications.