Análisis de We Happy Few (PS4, Xbox One)
Compulsion Games dio el salto a los titulares gracias a su anterior trabajo, Contrast, que se anunció como uno de los juegos con los que podríamos estrenar PS Plus en PlayStation 4. Este título no tuvo un mal recibimiento, pero el hype cuando anunciaron su siguiente juego, We Happy Few, fue mucho mayor.
Todas esas expectativas se desvanecieron cuando conocimos que, en realidad, era otro de los muchos juegos de supervivencia que proliferaban en aquella época, pero Compulsion Games escuchó a los jugadores y, cuatro años después, nos ofrece esa aventura que esperábamos.
O lo intenta.
La pastillita de la felicidad
We Happy Few es un juego de aventuras (con un toque de supervivencia) en mundo abierto que nos lleva hasta una especie de Inglaterra retrofuturista, donde la sociedad se divide en dos: los que se adhieren al sistema para olvidar su pasado y vivir siempre bajo los efectos de una droga llamada júbilo, y los que no, que viven marginados a las afueras de las ciudades entre escombros.
Nosotros controlaremos a tres personajes que, por diferentes razones, deciden recuperar su pasado, algo que, inevitablemente, les obliga a dejar esta droga. Claro que, no iba a ser todo tan fácil. Las ciudades felices están repletas de sensores que detectan si no te has tomado la pastilla, lo que nos obliga a, o bien tomárnosla, o bien a buscar otras alternativas ilegales o clandestinas.
Estas urbes también tienen un toque de queda, que nos obligará a pasar desapercibidos o a escondernos durante la noche. Por supuesto, habrá misiones que sólo podemos hacer una vez caiga el sol, poniendo a prueba nuestras dotes de infiltración. La infiltración, la verdad, acaba siendo un plan B la mayoría de las veces, porque no es satisfactoria y acabas antes huyendo de los enemigos. También hay… paseos. Muchos paseos. Es, de hecho, uno de los mayores problemas que le hemos encontrado al juego.
Como decíamos, We Happy Few comenzó como un juego de supervivencia de esos que tanto se estilaban hace unos años, pero el equipo lo convirtió en un juego más guiado y con historia tras escuchar las peticiones de los fans. La historia les ha quedado genial y está muy bien contada, pero la base sobre la que la construyeron es la de un juego de supervivencia en mundo abierto, y esto se traduce en mecánicas que ya no tienen mucho sentido, paseos interminables de una zona a otra para recoger objetos o saquear con un personaje que apenas puede correr cinco segundos sin asfixiarse.
Incluso realizar misiones dentro de una ciudad feliz puede hacerse tedioso, ya que no podemos correr entre gente puesta de júbilo (al menos hasta que consigamos una habilidad). Si corremos los ciudadanos y la policía entrarán en alerta, y creednos, no nos interesa meternos en pelea. Los combates son sencillos, y apenas suponen un desafío mientras estemos en igualdad numérica, aunque hay alguna que otra pelea que hace que las cosas se pongan interesantes. En general, la inteligencia artificial de los personajes es la justa para pasar el día, y a poco que nos superen en número vamos a acabar corriendo de ellos hasta perderlos de vista.
We Happy Few es un juego de contrastes. Cuando todo funciona bien, es genial. Incluso las misiones más simples se disfrutan gracias al carisma de los personajes y la espectacular dirección artística de sus escenarios, pero de vez en cuando nos encontramos con tramos o misiones repletas de paseos interminables, objetivos confusos o crafteo innecesario, y se hace un tanto frustrante. Aun así, a nosotros nos ha pesado más lo bueno que lo malo.
Paseando por Wellington Wells
Sobre el trabajo artístico que ha hecho Compulsion Games, poca queja podemos poner. Se trata de un título que rezuma personalidad constante, y que además está repleto de pequeños detalles que nos consiguen sorprender según progresamos. Es algo que aporta muchísimo a la experiencia, y consigue que el mero hecho de pasear por sus escenarios ya sea satisfactorio.
En lo técnico, eso sí, volvemos a tener altibajos. Lo hemos analizado en Xbox One X, donde funciona de manera nativa a 4K y a 30 imágenes por segundo, pero el rendimiento es muy, muy pobre, y vamos a pasar mucho tiempo por debajo de esas 30 imágenes, con zonas que, de hecho, están más cerca de las 15. Entendemos que Microsoft anime a los estudios (y más ahora, que han comprado Compulsion) a alcanzar las 4K en su consola, pero si es imposible mantener un framerate estable deberían introducir un modo rendimiento o resolución dinámica.
Para alcanzar esta resolución, Compulsion ha sacrificado también muchos efectos de postprocesado que le dan a We Happy Few un apartado mucho más atractivo en PC, donde también lo hemos podido probar gracias a Xbox Play Anywhere. Simplemente el efecto de distorsión de movimiento y el desenfoque de profundidad lo hacen lucir muchísimo mejor y, por ejemplo, las peleas son mucho más atractivas gracias a ello. En PC, además, cuenta con bastantes opciones, como compatibilidad con monitores 21:9 y framerate desbloqueado.
Apuntar también que, en lo sonoro, tenemos un muy buen trabajo. El doblaje nos llega en inglés, un elemento esencial para integrarse con la cultura de los habitantes de Wellington Wells, y que pondrá a prueba vuestro oído con multitud de acentos de la isla. Eso sí, tenemos textos en castellano para seguir la acción, aunque no son pocos los textos que aparecen repentinamente en inglés o que, sencillamente, no aparecen. Por ejemplo, los vídeos finales aparecen sin subtítulos, así que, o hablas inglés, o no te enteras de cómo termina la historia. La música también es genial, aunque más discreta.
¿El principio de algo grande?
We Happy Few es un juego al que un par de meses le habrían venido genial. Los múltiples bugs que tiene y que el modo supervivencia no esté todavía disponible son una señal de que ha salido un poco antes de lo debido, pero la base que tiene es muy buena. Hay cosas que tienen poca solución, como los paseos interminables en según qué misiones, pero otras cosas, como la inteligencia artificial y lo confuso que pueden resultar ciertos objetivos sí que tienen mejora.
Aún con sus problemillas, a nosotros nos ha gustado bastante. La historia nos ha encantado, el universo nos ha atrapado, y la aventura nos ha dejado algunos momentos que vamos a recordar. Compulsion Games quizás ha intentado abarcar más de lo que puede apretar, pero creemos que el juego se merece una oportunidad. Nosotros os lo recomendamos, pero también os recomendaríamos esperar un poco a que lo pulan.
Hemos realizado este análisis en Xbox One y PC con un código de descarga proporcionado por Evolve PR.