Análisis de RiME (PS4, Xbox One, PC)
En la gamescom de 2013 se anunció RiME, una aventura con un aspecto encantador que llamó la atención de todos, y que fue presentada como un exclusivo de PS4. Muchas cosas han pasado desde entonces, como el hecho de haber abandonado los brazos de Sony para convertirse en un título multiplataforma, en un desarrollo que no ha tenido que ser fácil, pero lo mejor que podemos decir del nuevo juego de Tequila Works es que su proceso creativo ha tenido un final feliz, y el resultado nos ha gustado mucho.
Estamos ante una aventura que mezcla puzles, plataformas y exploración, y que recuerda inevitablemente a la obra de Fumito Ueda, especialmente a juegos como Ico y The Last Guardian, y su diseño por sustracción. Una propuesta minimalista, tanto en lo jugable como en lo narrativo, ya que la historia se nos cuenta sin usar ni una sola palabra, tan solo con sus bellas imágenes.
Tenemos que acompañar al joven protagonista en su epopeya atravesando una extraña isla, en un desarrollo bastante lineal, pero que nos deja cierta libertad para explorar unas localizaciones razonablemente amplias, en las que podemos encontrar algunos coleccionables muy bien escondidos.
En lo jugable, los grandes protagonistas son la exploración y sobre todo los puzles, sencillos pero bien diseñados, y que nunca interrumpen más de la cuenta un desarrollo con un gran ritmo, y apto para todo tipo de jugadores.
Es un juego bastante fácil si tienes experiencia en este tipo de aventuras, pero cuesta despegarse del mando en sus cinco o seis horas de duración, siempre quieres ver la siguiente escena o localización, porque RiME es simplemente precioso, tanto por lo visual como por la genial banda sonora.
Puzles de perspectiva, otros en los que hay que jugar con la luz y proyectar sombras en el entorno, mover objetos y manipular mecanismos, o curiosos laberintos que son un acertijo en sí mismos, es un juego que intenta no repetirse demasiado en todo lo que nos propone, y esto hace que sea siempre muy entretenido. Hay una constante evolución jugable y visual a lo largo de la aventura, y hasta nos llegamos a topar con algunos enemigos que tenemos que evitar, pero a los que no podemos combatir directamente, ya que la única arma que podemos utilizar en este juego es nuestro ingenio.
Sentimos no ser más precisos o concretos en a la hora de comentar las situaciones que plantea esta aventura, pero uno de sus puntos fuertes es su capacidad de sorpresa o de asombro, haciéndonos sentir como el niño protagonista, que está explorando un lugar inexplorado y desconcertante.
Los gráficos, que en otros juegos pueden ser algo accesorio o complementario, aunque que a nadie le amarga un dulce, aquí son parte fundamental de la experiencia, porque visualmente RiME tiene una fuerza tremenda. Inspirado en el luminismo de Joaquín Sorolla para recrear una bella isla del Mediterráneo, y con un montón de detalles que recuerdan a las fantásticas películas de animación de Miyazaki y Studio Ghibli, estamos ante un juego que se disfruta casi más por la experiencia audiovisual que por lo que propone jugablemente.
Y no queremos decir con esto que sea un mal juego, para nada. Es una aventura muy bien diseñada, que fluye de manera natural, y que entretiene del principio hasta el final. Pero su propuesta jugable no sorprende, hemos jugado este tipo de aventuras decenas de veces, y si bien sus puzles están bien diseñados y hay alguno que otro bastante ingenioso, el plataformeo en cambio es muy ramplón, y llega a hacerse incluso pesado en algunos momentos, con mucha escalada a lo Uncharted, siguiendo las marcas de pintura en las paredes.
Es la mezcla de sus diferentes elementos, con su entretenido desarrollo jugable y el excelente apartado audiovisual, lo que hace que devores RiME, y que cuando te hayas querido dar cuenta ya lo has terminado, dejando un gran sabor de boca. Porque incluso su enigmática historia, desconcertante y un tanto vaga durante toda la aventura, cobra un sorprendente sentido justo al final.
A modo de recomendación, os decimos que no os entretengáis demasiado buscando los coleccionables, algunos están muy bien escondidos, y esto puede afectar seriamente al ritmo del juego, que si te centras en superar la historia es muy bueno. Cuando terminas la aventura hay una selección de capítulos que de manera cómoda te permiten buscar los coleccionables que te has dejado, ya que además apetece volver a dar un segundo paseo por sus bellos escenarios.
El juego no está exento de algunos problemas, como un control un pelín impreciso y rígido en el plataformeo, al que te acabas acostumbrando con facilidad, y algunos problemas de rendimiento en la versión de consola, con pequeñas ralentizaciones, incluso en PS4 Pro, lo único que empaña el excelente apartado visual.
El cuidado trabajo de arte, las buenas animaciones del protagonista y de los animales con los que nos cruzamos, todo realizado a mano, un bonito ciclo de día y noche, una genial iluminación, una gran variedad de localizaciones... tenemos que admitir que nos ha sorprendido mucho visualmente. Es uno de los títulos de la actual generación que mejor nos ha transmitido la sensación de estar dentro de una película de animación, y que nos ha recordado en cierta manera a lo que hizo The Wind Waker en su día.
Y RiME no solo entra por los ojos, sino también por los oídos, con una preciosa banda sonora compuesta por David García, que arropa con mucho acierto a las poderosas imágenes. Unas melodías que incluso nos guían por la aventura, y se van adaptando a nuestros actos, y que incluyen alguna que otra sorpresa, como un sorprendente tema vocal.
Conclusiones
RiME es una aventura preciosa, entretenida y bien llevada en lo jugable, espectacular en el apartado audiovisual. Un viaje cautivador con exploración, puzles y plataformas que si bien no resulta demasiado original en nada de lo que propone, si te gustan este tipo de juegos estamos seguros que te va a encantar.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Cosmocover.