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Género/s: Karts / Velocidad
Fecha de lanzamiento:
PS4, Switch, XBOne:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Bamtang Games
Producción: Maximum Games
Distribución: Avance Discos
Precio: 39,99 €
Jugadores: 1-4
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: -
Online: -
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Análisis de Nickelodeon Kart Racers (PS4, Switch, Xbox One)

Las Tortugas Ninja, Bob Esponja, los Rugrats y Hey Arnold! protagonizan uno de los peores juegos de karts de la historia.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Análisis de versiones PS4, Switch y Xbox One.

La experiencia nos ha enseñado a no fiarnos de ningún juego basado en las licencias de Nickelodeon, ya que las probabilidades de encontrarnos con algo mínimamente decente son realmente escasas. No hay más que echarle un vistazo a los títulos que han sacado en los últimos años para darnos cuenta de que son producciones mediocres y sin ningún tipo de mimo que solo buscan aprovechar el tirón de la popularidad de personajes como Bob Esponja o Las Tortugas Ninja.

Con estos precedentes, resulta fácil de entender que nuestras expectativas antes de empezar a jugar a Nickelodeon Kart Racers fuesen nulas, aunque tenemos que admitir que lo que nos hemos encontrado las ha superado... para mal, hasta el punto de encontrarnos con uno de los peores juegos de karts de la historia.

Las peores carreras

Tal y como su propio nombre indica, estamos ante un título de carreras de karts protagonizado por algunos de los personajes más populares de Nickelodeon. Aquí comienzan los primeros fallos, ya que lo lógico sería pensar que un crossover de este tipo incluiría una gran cantidad de series y pilotos para resultar más atractivo a los fans, pero en vez de eso solo tenemos una docena de corredores provenientes de cuatro shows diferentes: Bob Esponja, Las Tortugas Ninja en su versión de 2012, Rugrats y Hey Arnold!

De todos modos, la presencia de más héroes no habría aportado mucho al conjunto, ya que todos ellos se controlan igual.

La única diferencia reseñable que encontraremos de uno a otro es la posibilidad de que nos salga su ítem especial, nada realmente atractivo ni decisivo a la hora de la verdad.

Esta es la plantilla de personajes. Como veis, muy escasa y con ausencias destacadas.

Esto, sumado a la pobre presentación de los menús (por decirlo de forma elegante), nos sirve como advertencia ante lo que nos vamos a encontrar cuando nos pongamos a correr, y lo cierto es que es justo en ese momento cuando cualquier atisbo de esperanza que alguien pudiese tener puesta en este producto se termina de derrumbar por completo.

Como cualquier otro juego de karts, la premisa es bien simple: competir en alocadas carreras mientras derrapamos, tomamos turbos, buscamos atajos para recortar segundos y recogemos objetos para hacerle la puñeta a nuestros rivales. Nada especialmente original, pero se trata de un género capaz de ofrecer mucha diversión sin necesidad de revolucionarse, como bien han demostrado juegos como Mario Kart, Sonic & All-Stars Racing Transformed o Cars 3.

Nuestro kart también se puede convertir en una lancha para recorrer tramos "acuáticos". El control es igual de horrible en ambos casos.

Por desgracia, si lo más básico, que es la conducción y las físicas de los vehículos, falla, ya poco se puede hacer por salvar a un juego de estas características. Y esto es justo lo que pasa con Nickelodeon Kart Racers al hacer gala de una conducción de todo menos satisfactoria por culpa de una nula sensación de velocidad incluso en su dificultad más alta y unas físicas que no transmiten ningún tipo de sensación de peso. Podrían ser cajas de zapatos con ruedas perfectamente, que la diferencia en el manejo no la íbamos a notar.

Además, el título no lleva muy bien la gestión de los choques entre vehículos y las reacciones que hay cuando se producen este tipo de situaciones son realmente impredecibles por los "extraños" que llega a hacernos, especialmente si "aterrizamos" encima de otro competidor tras un salto, momentos muy propicios a sufrir todo tipo de bugs, como atravesar la carretera y caer al infinito como el menos preocupante.

Tampoco nos ha gustado demasiado la gran cantidad de tiempo que se pierde cuando nos impactan con un objeto, ya que nos tiraremos varios segundo dando vueltas sin poder hacer nada, rompiéndonos muchísimo el ritmo de las partidas. Podríais pensar que esto es algo habitual en el género, pero os aseguramos que aquí está muchísimo menos equilibrado y llega a hacerse realmente tedioso, sobre todo al tener en cuenta lo mucho que les cuesta a los vehículos arrancar y pillar algo de velocidad.

En un intento por darle algo de profundidad a la jugabilidad, se ha añadido una mecánica que nos permite rellenar un medidor de turbo al pasar por encima de mocos verdes (vamos, el mutágeno de las Tortugas Ninja) para así impulsarnos cuando queramos, obligándonos a gestionarla más o menos bien si queremos llegar primeros a la meta.

Con los ítems tampoco han sabido dar con la tecla, ya que los objetos que podremos utilizar son extremadamente básicos y genéricos. Sí, en vez de misiles lanzamos biberones, pero la utilidad práctica es exactamente la misma. Además, el reparto de estos está muy mal equilibrado, por lo que siempre tendremos las mismas posibilidades de recibir cualquier ítem, independientemente de nuestra posición actual en la carrera.

Esto significa que si vamos en la cola no nos ayudarán con objetos para que podamos remontar y que al estar en cabeza apenas recibiremos armas que podamos usar para defendernos, por lo que rara vez no estaremos expuestos a sufrir un ataque sin poder hacer nada para evitarlo.

Algunos circuitos tienen reglas especiales, como seguir la ruta que nos indican unas flechas o la eliminación del jugador que vaya último cada 15 segundos.

De hecho, no existe ningún tipo de estrategia a la hora de usar ítems, ya que no podemos guardarlos y si pasamos por una caja antes de usar alguno lo perderemos en favor de otro nuevo, por lo que al final todo se resume en lanzar los objetos cuanto antes para evitar perderlos. Como podréis intuir, todo esto convierte las carreras en un caos sin sentido ni gracia alguna.

Por si no fuese suficiente con todos sus defectos jugables, tenemos una serie de 24 circuitos con un diseño simplón y nada inspirado con tramos que se repiten de unos a otros, transmitiendo la impresión de haber sido diseñados con un editor con secciones predefinidas, por lo que la sensación de déjà vu es constante.

Lo único medianamente destacable que hemos encontrado aquí es el hecho de que hay circuitos que cambian su trazado con cada vuelta y la forma de combinar tramos con coches y lanchas, aunque no esperéis nada ni remotamente parecido a las maravillas que hacía Sonic All-Stars Racing Transformed con este tipo de vehículos y circuitos transformables.

Existen varias copas desbloqueables, pero estas solo ofrecen diferentes combinaciones de los circuitos que podemos jugar desde el principio.

En cuanto a modos de juego, tampoco hay mucho que decir, las clásicas copas que podríamos esperar en cualquier otro título del género (es decir, competir en cuatro circuitos intentando sumar todos los puntos posibles), carreras independientes y contrarrelojes, pudiendo jugar las dos primeras opciones tanto en solitario como por equipos de dos. Evidentemente, también hay un multijugador a pantalla partida para hasta cuatro jugadores, pero no existe la posibilidad de correr contra otros usuarios a través de internet.

A nivel gráfico tampoco da la talla, mostrando en pantalla, efectos, escenarios y modelados más propios de hace un par de generaciones que de la actual, por no hablar de la pobre dirección artística de la que hace gala en todo momento, incapaz de sacarle un mínimo de partido a las series en las que se basa. De hecho, apenas hay variedad visual, lo que se traduce en que siempre estaremos viendo los mismos e insípidos fondos una y otra vez. Y, como era predecible, no se libra de un rendimiento bastante irregular, especialmente en el multijugador.

Existen varios bugs graves. Entre ellos, uno que cambia las composiciones de los equipos en la pantalla final de resultados.

Para rematar todo este desastre tenemos una irritante banda sonora que taladrará nuestros oídos sin cesar y que solo ofrece su mejor cara cuando bajamos el sonido a cero. Los efectos siguen la misma tónica y, por supuesto, ni siquiera hay un doblaje, así que no esperéis escuchar a vuestros personajes celebrando o maldiciendo su suerte durante las carreras. Eso solo está reservado para los bocadillos de texto que irán apareciendo en una de las esquinas del televisor.

Conclusiones

Nickelodeon Kart Racers es uno de los peores juegos de kart que hemos jugado nunca. Un burdo intento de sacar tajada de la popularidad de unos personajes a los que no se les sabe sacar provecho en ningún momento. Sus fallos son innumerables, comenzando por una jugabilidad lenta, aburrida y poco equilibrada, continuando con un apartado audiovisual sacado de nuestras peores pesadillas y terminando con un diseño de circuitos incapaz de ofrecer algo mínimamente divertido. Si lo que buscáis es un buen juego para regalar estas navidades a los más pequeños de la familia, procurad alejaros todo lo posible de esta producción si no queréis que os odien por ello.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado Dead Good Media.

Redactor

NOTA

2.5

Puntos positivos

El género al que pertenece, no hay muchos juegos de karts últimamente.

Puntos negativos

Prácticamente todo.

En resumen

Un juego de karts que desaprovecha sus atractivas licencias y que no consigue hacer nada bien.