Análisis Arcade Classics Anniversary Collection, 8 clásicos de Konami (PS4, PC, Switch, Xbox One)
No sabemos si Konami está trabajando en alguna superproducción relacionada o no con alguna de sus sagas más conocidas –Metal Gear, Silent Hill, Castlevania-, pero sí que tras varias décadas en la industria acumula una enorme cantidad de clásicos que conviene recordar de vez en cuando. Y eso es lo que está haciendo la compañía últimamente.
Si el año pasado lanzó Castlevania Requiem: Symphony of the Night & Rondo of Blood, en los próximos meses tendremos Castlevania Anniversary Collection, Contra Anniversary Collection y Konami Anniversary Collection: Arcade Classics. Ya está a la venta este último, un poco menos definido que los otros dos pues no se centra en una saga, sino en la época dorada de las recreativas y las primeras joyas de Konami para los salones arcade, especialmente en los shoot 'em up de naves en sus diferentes variaciones.
Matamarcianos… y un deficiente Castlevania
Aunque el título Arcade Classics es genérico, realmente la colección va orientada a los fanáticos de Gradius y otros matamarcianos añejos. El pack incluye ocho juegos: Scramble, TwinBee, Nemesis (Gradius), Salamander (Life Force), Typhoon (A-Jax), Haunted Castle, Vulcan Venture (Gradius II) y Thunder Cross.
Por orden de antigüedad, Scramble de 1981 es un matamarcianos horizontal clásico y simple en el que disparamos contra oleadas de enemigos en el aire o en la superficie. No ha envejecido muy bien a nivel jugable, pero se puede considerar una pieza de coleccionismo. TwinBee es un shooter vertical bastante más divertido y visualmente todavía mantiene su encanto. Gradius –aquí llamado Nemesis- es el origen de una saga clásica gracias a su sistema de potenciadores.
Salamander es un spin-off de Gradius con un sistema simplificado de potenciadores, cooperativo local para dos jugadores y pantallas tanto en horizontal como vertical. Typhoon es un shooter vertical de un ritmo más frenético que otros juegos de la colección. Vulcan Venture continúa con la excelente saga Gradius mientras que Thunder Cross es otro shoot 'em up horizontal que, al ser el más moderno -1988-, resulta un juego rápido y visualmente llamativo.
Haunted Castle es la rareza de Arcade Classics y nos recuerda que no estamos ante un recopilatorio de Gradius, sino de arcades en general. Lamentablemente el juego es flojo y de Castlevania tiene poco a nivel jugable; es una máquina donde avanzamos por mapas lineales con plataformas mínimas golpeando a todo lo que se cruza en nuestro camino. Merece la pena darle un vistazo por curiosidad, pero el control no es muy bueno y se considera uno de los peores juegos de la serie.
Varios juegos resisten el paso de las generaciones y siguen siendo muy divertidos, aunque dudamos de que quede algún jugador de matamarcianos no los haya jugado antes en cualquiera de las múltiples oportunidades que han tenido. Como suele suceder en estos casos la calidad en general es un poco irregular y nuestras críticas van tanto a la selección -escasa variedad de géneros- y lo poco ambicioso que es Arcade Classics. ¿Por qué no abarcar más años, más secuelas o plataformas?
Capcom ha ofrecido otros recopilatorios quizás con no muchos más juegos, pero eran aventuras de plataformas como The Disney Afternoon Collection o los Mega Man Legacy Collection donde merecía la pena ver cada juego de principio a fin. En cambio la mayoría de juegos de Arcade Classics basa su duración en la dificultad muchas veces disparatada –una vez dominados se pueden completar en 20 minutos-, y en la mejora de récords, además sin ningún tipo de función online –por ejemplo comparar puntuaciones con amigos-.
Una colección que sabe a poco
Arcade Classics trae los ajustes típicos de estos recopilatorios, incluyendo la posibilidad de introducir las monedas que queramos en la máquina y jugar en cooperativo cuando se da la opción. También es posible ajustar la dificultad de los juegos, algo que agradecerán aquellos que descubran estos títulos o tengan poca experiencia en el género, o guardar la partida en cualquier momento.
En cuanto a la emulación, encontramos varios grados en la visibilidad de las líneas horizontales, el formato original de la pantalla –deja espacios en los laterales- o 16:9 que achata la imagen para el formato panorámico –un crimen contra la humanidad-. Nada de distorsión imitando las pantallas antiguas y apenas unos pocos fondos no especialmente interesantes para quienes los prefieran a las bandas negras. La intención de HAMSTER Corporation es la de hacer una experiencia fiel a los arcades originales, así que podemos esperar alguna ralentización cuando aparecen muchas explosiones o disparos en pantalla.
La lástima es que, además de una selección de juegos mejorable, Arcade Classics tampoco hace el mejor trabajo como recopilatorio para nostálgicos. Uno de los problemas más importantes es la ausencia de cambio de versiones: únicamente trae una de cada juego, cuando muchos presentan diferencias importantes en jugabilidad, gráficos o sonido dependiendo de la región. Esto lo destacamos en Sega Mega Drive Classics, donde por ejemplo se podían seleccionar versiones japonesas u occidentales de Dynamite Headdy o Streets of Rage. En cambio en Arcade Classics no podrás ver los cambios de Gradius II o Thunder Cross.
Si bien tampoco hay mucha información sobre cada juego, éxito o influencia –algo que Capcom suele cuidar mejor-, al menos dispone de un documento digital que gustará a los fanáticos de los juegos seleccionados en el recopilatorio. Se trata de una galería de imágenes con documentos de desarrollo, bocetos, entrevistas y arte promocional de estas máquinas. Un poco escaso para tratarse de un homenaje, pero al menos da algo de contexto a los juegos.
Conclusiones
En Arcade Classics hay juegos entretenidos, otros que apenas pasan de la curiosidad –ese Haunted Castle…- pero el valor como colección es menor que la media habitual. No destaca como colección de shoot 'em up porque abarca poco -¿qué tal añadir Parodius?-, tampoco es muy representativo de la producción de Konami en arcades durante la década de los 80 –que era mucho más que matamarcianos, véase los beat'em up de Ninja Turtles y Los Simpsons-, y el trabajo de emulación es mínimo, e incluso inferior a los Arcade Archives de la propia HAMSTER en cuanto al sonido, terriblemente comprimido.
Recordar viejas glorias siempre es bueno, pero Gradius, Salamander y el legado de Konami merecían un cuidado especial que no hay en Konami Anniversary Collection: Arcade Classics.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Konami.