Análisis de Infinite Minigolf (PS4, PC, Xbox One, Switch)
Aunque no es lo único que han hecho, ni mucho menos, Zen Studios es principalmente conocido por sus exitosos juegos de pinball, que llevan un par de décadas haciéndose un hueco en muchas consolas, y ampliándose con todo tipo de temáticas y licencias. Ahora se vuelven a salir de este camino para ofrecernos un juego de minigolf, y que ya os adelantamos que nos ha parecido una gran sorpresa.
El juego se lanzó hace unos meses en acceso anticipado para PC, y ahora llega también a PlayStation 4 y Xbox One, con la versión completa y pulida. A la hora de escribir este análisis, la versión de Switch no estaba disponible, pero no debería tardar mucho más y podría estar ya lista cuando lo leáis. Mencionar también que en las plataformas compatibles (PlayStation 4 y PC) es compatible con la realidad virtual, tanto con PSVR como con HTC Vive y Oculus Rift, aunque es una característica opcional y podemos jugarlo en la tele sin problemas.
Minigolf sencillo y directo
Infinite Minigolf es un título que nos invita a jugar a esta variante del conocido deporte, con el aliciente de que nos permite crear nuestros propios hoyos y compartirlos a través de internet, y poder jugar así a las creaciones de otros. También podemos jugar online con otros jugadores, con amigos de manera local o contra la inteligencia artificial.
La fórmula del minigolf clásico se adereza con diferentes potenciadores que nos permiten modificar la trayectoria de la bola o alterar su comportamiento. Podemos, por ejemplo, generar un imán que la atraiga hacia el hoyo, darle un impulso adicional después de nuestro golpe, "conducirla" manualmente o frenarla en cierto punto, por poner unos ejemplos. Para poder activar esto, generalmente, necesitamos pasar con la bola por encima de potenciador primero, y ya luego usarlo cuando creamos oportuno.
Esto se combina con el diseño de escenarios, que cuentan también con otros coleccionables que recoger (como cristales que podremos usar para comprar elementos de personalización), trampas y otros objetos con los que interactuar. Aunque el juego comienza siendo terriblemente sencillo, la cosa se irá complicando, y por supuesto, la comunidad se encarga de ofrecernos todos los desafíos que necesitemos.
La clave de Infinite Minigolf es su sencillez y su apuesta por ir directo al grano. Hay algo que muchos juegos olvidan, y es que a veces simplemente queremos jugar. No queremos constantes pantallas con logos, historia innecesaria, tiempos de carga o tutoriales que no te dejan ni pulsar botones. Infinite Minigolf es directo, e incluso si no queremos marearnos, tenemos un modo que nos permite jugar una partida rápida donde la consola lo elige todo por nosotros.
Todo además es rápido y claro, y podemos estar jugando en cuestión de segundos. Esto hace que la experiencia sea satisfactoria incluso cuando sólo queremos jugar un rato, cuando queremos cambiar rápidamente de modo o de escenario, o, simplemente, porque valoramos nuestro tiempo.
Contenidos y el creador
Infinite Minigolf tiene un contenido justo para su precio, 14,99 euros, con tres mundos divididos en series de hoyos, divididos de nuevo por dificultad. También introduce un sistema de niveles y progresión, gracias al cual podemos conseguir nuevas opciones para personalizar a nuestros personajes, incluyendo no sólo ropa y accesorios, sino también los palos o las bolas de golf.
El contenido base nos va a dar muchas horas de juego, aunque no llega a ser nunca abrumador. Por suerte, tenemos el mencionado creador, que permite a la comunidad ofrecernos hoyos "infinitos". Durante el análisis hemos visto ya algunas de sus creaciones y, la verdad, ya hay cosas muy interesantes, que poco o nada tienen que envidiarle a los niveles oficiales que vienen incluidos en el juego por defecto.
En lo que respecta al creador como tal, se nota que fue originalmente diseñado para PC, y que la adaptación al DualShock 4 ha sido un poco forzada. No es que no se pueda crear bien un hoyo con el mando, pero sí que se hace algo tosco. Como todo, es un periodo de adaptación, y después del tiempo necesario nos haremos a su esquema. Dicho sea de paso, el creador ofrece gran cantidad de opciones, así que los que disfrutéis creando vais a poder invertir bastante tiempo aquí.
Un bonito envoltorio
En lo audiovisual, Infinite Minigolf es un juego que se ve razonablemente bien, y que también apuesta en este apartado por la sencillez y la claridad. Todo está perfectamente indicado en pantalla, y sólo le podemos reprochar algún problema con texto que aparece cortado. Los gráficos son bastante genéricos y los mundos, estereotípicos (habitación de niño, cementerio y navideño), pero cumplen con su cometido y son "bonitos".
Hay que mencionar que los gráficos mantienen el tipo si jugamos en realidad virtual, pudiendo mirar hacia cualquier parte, y donde la inmersión gana mucho. No es un juego que no se vaya a disfrutar sin la realidad virtual, pero es un añadido curioso e interesante, que seguro que los poseedores de cualquiera de las gafas compatibles van a agradecer. Nosotros lo hemos jugado en PlayStation 4 Pro, y no hemos visto un downgrade preocupante ni mucho menos.
Minigolf para todos
Infinite Minigolf ha sido una agradable sorpresa. Tras su inocente aspecto, se encuentra un juego muy divertido, con muchas opciones para pasar diez minutos o dos horas jugando. Rápido y directo, con un completo creador e incentivos para seguir jugando. Además, compatible con la realidad virtual, que es, seguro, un añadido para muchos. Si se os apetece un juego de este estilo, se merece una oportunidad.
Hemos analizado Infinite Minigolf en PS4 con un código proporcionado por Zen Studios.