Análisis Final Fantasy XIV Shadowbringers, ¿El mejor Final Fantasy? (PS4, PC)
Seis años han pasado ya desde que Final Fantasy XIV renació como uno de los mejores MMORPG de la historia y como una de las mejores entregas numeradas de esta mágica y veterana saga. Desde entonces, el título no ha parado de crecer con multitud de contenidos de calidad, pero lo que Naoki Yoshida y su equipo han conseguido con Final Fantasy XIV: Shadowbringers, su tercera expansión, está, sencillamente, a otro nivel.
Si hasta este momento hablábamos de él como un MMORPG sobresaliente, ahora solo podemos describirlo como un JRPG imprescindible y que ningún fan del género ni de de la serie debería perderse bajo ningún concepto. ¿Los motivos? No tenéis más que seguir leyendo.
Videoanálisis
La terrorífica luz
La premisa argumental de esta nueva expansión nos lleva a The First, un mundo moribundo que ha sido consumido por la luz y al que deberemos salvar devolviéndole su oscuridad. Bajo este punto de partida tan aparentemente simple se esconde la que sea probablemente la mejor historia que nos han contado nunca en un Final Fantasy numerado, deleitándonos con una narrativa madura y muy cuidada, unos diálogos exquisitamente escritos, personajes increíblemente carismáticos que no paran de evolucionar, numerosos y sorprendentes giros de guion, y una enorme cantidad de momentazos inolvidables que nos pondrán los pelos de punta.
Es muy complicado hablaros de ella sin caer en spoilers, ya que empieza realmente fuerte y no deja de pisar el acelerador en ningún momento, lo que se traduce en una trama que no para de avanzar e ir a más, y en la que el relleno se ha reducido a la mínima expresión, ofreciéndonos 50 horas de puro disfrute.
Algo que nos ha sorprendido es el tono general del argumento y los temas que toca, mucho más oscuro de lo que cabría esperar, con momentos un tanto turbios y duros que invitan a la reflexión. No en vano, The First es un mundo condenado y sin esperanza en el que la muerte está muy presente en el día a día de sus habitantes, quienes esperan a su final y deben lidiar con la aceptación de su propia mortalidad para no perder la cordura. Algunos acuden a la religión, otros al hedonismo y la decadencia, los hay quienes toman medidas que en condiciones normales podrían ser vistas como extremas, muchos se dan a la bebida en un intento desesperado por olvidar la pérdida de sus seres queridos, etcétera.
Todo esto es algo que se refleja genial en nuestro mismísimo Guerrero de la Luz, a quien cada vez le pesa más el desgaste físico, mental y espiritual de las batallas que tiene que librar y los horrores que debe contemplar. Si hasta ahora era poco más que un avatar sin personalidad alguna, en esta expansión se siente como un protagonista con vida propia y con el que resulta fácil empatizar y sentirse identificado, algo que tiene muchísimo mérito considerando que sigue siendo mudo.
Para ello, se han potenciado muchísimo sus reacciones y expresiones durante las secuencias de vídeo, su papel en la trama, la forma en la que se relaciona con el resto de protagonistas y las respuestas que podemos dar con él. Puede parecer un detalle irrelevante y que pase desapercibido para muchos por su sutileza, pero os podemos asegurar que nunca nos habíamos encariñado tanto de nuestra Miqo'te como en esta expansión, lo que habla muy bien del trabajo que se ha realizado.
También merece una mención especial el gran villano de la función, uno de los mejores de toda la saga y que poco o nada tiene que envidiar a pesos pesados como el mismísimo Kefka. No podemos dar más detalles por razones obvias, pero os podemos asegurar que le sobra carisma, tiene un trasfondo trabajadísimo, sus interacciones con el grupo de héroes son sensacionales y su personalidad es tan arrebatadora que cada vez que aparece en escena roba la pantalla entera.
Una aventura épica
Con una historia tan buena y unos valores narrativos tan altos, os podréis hacer una idea de lo muchísimo que vais a disfrutar subiendo de nivel en esta expansión para alcanzar el 80, el nuevo máximo. Evidentemente, en lo jugable no faltarán misiones muy bien diseñadas, espectaculares mazmorras que podríamos catalogar fácilmente entre las mejores de todo el juego y numerosos combates contra jefes fantásticamente planteados.
El título consigue transmitirnos en todo momento la sensación de estar viviendo una gran aventura clásica de Final Fantasy para un jugador y no llega a aburrir en ningún momento, ya que siempre tendremos algo que hacer y nuevos descubrimientos por delante, todo ello sin romper con la estructura y la jugabilidad que se asentó con A Realm Reborn.
Lo mejor de todo es que la intensidad y escala de nuestra misión no hace más que aumentar, alcanzando un clímax en la recta final como hacía años que no veíamos, tanto en lo argumental como en lo jugable, y cuando nos pensamos que ya nos han mostrado todas sus cartas, vuelven a sorprendernos con una nueva revelación, una nueva situación, un nuevo escenario, un nuevo guiño o una nueva mecánica a la que prestar atención durante las batallas más importantes.
Hablando de enfrentamientos, nos ha alegrado mucho el aumento general de la dificultad que hemos detectado, con jefes más largos, con más mecánicas y fases, y con ataques mucho menos telegrafiados que nos obligan a fijarnos en otra serie de detalles para evitarlos, ya que son inesperadamente engañosos.
No es que sean especialmente difíciles, pero sí que debemos estar mucho más espabilados que en expansiones anteriores, sobre todo en los nuevos Trials, algo que siempre se agradece y que hace que las luchas sean mucho más disfrutables y emocionantes.
Por supuesto, para llegar al nivel 80 no os bastará únicamente con seguir la historia principal y necesitaréis echar mano de otras actividades, aunque si vais haciendo las ruletas diarias de mazmorras y las compagináis con unas cuantas misiones secundarias, apenas sufriréis "bloqueos" y casi no os tendréis que detener a "farmear", ya que el ritmo de progresión está muy bien estudiado.
De hecho, ahora las secundarias cuentan con un sistema de sincronización que nos permitirá adaptarlas a nuestro nivel para que la dificultad de las mismas y sus recompensas estén a nuestra altura, dándonos así una mayor libertad para decidir las misiones que queremos realizar en cada momento. Quizá no lo parezca, pero es una novedad que se nota muchísimo a lo largo de la aventura.
Eso sí, nos os esperéis grandes cosas de este tipo de tareas, ya que sus objetivos son muy simples y argumentalmente no suelen ser nada del otro mundo, lo que no quita que haya algunas cadenas de misiones que nos han gustado bastante y que nos han permitido profundizar mucho más en The First y sus habitantes.
Otra novedad la tenemos en las misiones de rol, centradas en los papeles que podemos desempeñar según nuestra clase (como tanque o curandero) y en las que seguiremos los pasos de los grandes héroes de este peculiar mundo. Son muy entretenidas, no resultan especialmente largas y para llegar hasta el final de la historia tendremos, como mínimo, que cumplir la cadena completa de alguno de los cuatro roles principales.
Multitud de novedades
Más allá de la historia principal y del proceso de subida de nivel, Shadowbringers también trae consigo multitud de nuevos contenidos y mejoras, entre los que destacan numerosos y acertadísimos cambios en la interfaz, profundas modificaciones y revisiones para casi todas las clases, la inclusión de dos nuevas razas jugables (Vieras y Hrothgars), seis amplias regiones para explorar y descubrir, dos nuevas clases divertidísimas de jugar (Gunbreaker y Dancer, tanque y DPS físico a distancia respectivamente) y con mecánicas propias muy interesantes, dos ciudades espectaculares y el curioso sistema Trust, con el que podremos adentrarnos en las mazmorras obligatorias de la trama en compañía de sus protagonistas, quienes, evidentemente, estarán controlados por la IA.
Respecto a esto último, cabe destacar que realizar las instancias de esta manera no es la forma más rápida ni eficiente de hacerlas, ya que con otros jugadores iremos muchísimo más rápido, aunque nos ha parecido un añadido muy útil con el que podremos practicar con clases que no terminemos dominar sin molestar a nadie. Además, también nos servirá para aprendernos las mecánicas de los jefes.
Como podréis intuir, gracias a esto podremos afrontar la inmensa mayoría de la historia de la expansión jugando en solitario. Siendo más concretos, únicamente necesitaremos colaborar con otros jugadores para superar tres combates muy específicos, algo que incluso está justificado argumentalmente en uno de ellos. Evidentemente, huelga decir que este sistema no se puede usar en ninguno de los contenidos de endgame, donde sí que nos tocará unir fuerzas con otros Guerreros de la Luz.
Hablando del endgame, este sigue la misma estructura de siempre, donde no faltarán las versiones Extreme de los Trials de la historia ni el "farmeo" de tomestones a base de realizar mazmorras de nivel 80 para así equiparnos. Si bien ahora estos contenidos pueden parecer un poco escasos (la ruleta de Experts vuelve a ser de tan solo tres instancias), cabe destacar que el próximo día 16 de julio se lanzará un parche que traerá consigo la esperadísima raid de Edén en su dificultad normal.
Tan solo dos semanas después llegará su versión Savage, y más adelante podremos disfrutar de una prometedora raid para alianzas basada en Nier Automata que está siendo dirigida por el mismísimo Yoko Taro. Además, también se espera la llegada de más novedades, como un sistema de Nuevo Juego+ con el que poder repetir las misiones de la historia principal, más mazmorras, una nueva serie de misiones con su propio argumento para las profesiones de artesanía y recolección, etcétera. En resumidas cuentas: hay Final Fantasy XIV para meses.
Luces y sombras
En lo que respecta a sus gráficos no hay grandes novedades, ya que seguimos estando ante un título que tiene seis años a sus espaldas, algo que cada vez es más evidente en detalles como las texturas y ciertas animaciones, lo que no evita que al mismo tiempo también sea capaz de recrearnos la vista y poner un gran espectáculo en pantalla.
Los modelados de los personajes y los efectos de las técnicas y hechizos son bastante buenos, la iluminación está muy cuidada, la puesta en escena es soberbia, muchos de sus escenarios nos dejarán boquiabiertos y la dirección artística es simplemente sobresaliente, demostrando, una vez más, que no hace falta la tecnología más puntera del mercado para que un juego nos conquiste con su apartado visual.
Por último, pero no por ello menos importante, nos toca volver a quitarnos el sombrero ante el apabullante trabajo que ha realizado Masayoshi Soken con su banda sonora, regalándonos una sobrecogedora cantidad de nuevas composiciones de una calidad insuperable.
Como era de esperar, no solo hay multitud de temazos que juguetean con numerosos estilos musicales diferentes, sino que su utilización dentro del juego no podría ser mejor, captando a la perfección todo lo que vemos en pantalla para realzar la ambientación hasta niveles insospechados. Esto es especialmente cierto en las secuencias más importantes de la historia, donde el simple hecho de empezar a escuchar unas pocas notas y reconocerlas harán que nuestros niveles de "hype" se disparen ante lo que estamos a punto de vivir. Y si no nos creéis, esperaos a jugar su tramo final para comprobar por vosotros mismos el poder y la importancia que puede llegar a tener la música en un videojuego como este.
Los efectos siguen siendo los mismos de siempre y los reconoceréis fácilmente, y el doblaje continúa permitiéndonos escoger entre voces en inglés y en japonés, siendo estas últimas mucho más recomendables que las primeras, con una calidad en las interpretaciones muy superior y mucho más profesional. Por desgracia, Square Enix sigue negándose a traducir los textos al español y el inglés que usa no es precisamente fácil de entender si no se tienen amplios conocimientos del idioma, lo que limitará considerablemente su disfrute para aquellos que no dominen la lengua de Shakespeare.
Conclusiones
Final Fantasy XIV: Shadowbringers es mucho más de lo que nunca habríamos imaginado. Se nota que sus responsables tienen el juego y su fórmula más que dominados, lo que les ha permitido centrarse únicamente en trabajar sobre esa misma base para crear los mejores contenidos posibles. Los resultados hablan por sí solos: una de las mejores historias que jamás hemos disfrutado en la saga, multitud de inolvidables aventuras, personajes con un carisma arrebatador, mazmorras llenas de épica, combates increíbles que no paran de sorprendernos con sus diversas mecánicas, montones de guiños para los fans, novedades muy interesantes y genialmente integradas y un plan de actualizaciones muy ambicioso que promete tenernos entusiasmados durante meses.
¿Es el mejor Final Fantasy de la historia? Esta es una pregunta que cada uno tendrá que responder por sí mismo, ya que los "tops" siempre han sido algo muy personal y basado en los gustos y preferencias de cada persona, pero lo que sí que nos ha quedado claro es que se trata de uno de los mejores y que puede mirar de tú a tú a sus entregas más intocables y aclamadas, sacando pecho tanto del nombre que porta como de su número y demostrando que la saga, en las manos adecuadas, todavía tiene muchísimas alegrías por darnos. No os lo perdáis.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de PC que nos ha facilitado Ziran.