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Género/s: JRPG / Rol
Fecha de lanzamiento:
3DS:
PS4, PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Square Enix
Producción: Square Enix
Distribución: Koch Media
Precio: 69,99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: -
ANÁLISIS

Análisis de Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age (PS4, Nintendo 3DS, PC)

Dragon Quest regresa con su mejor entrega hasta la fecha. Una inolvidable aventura de sabor clásico que ningún fan de los JRPG debería perderse.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Análisis de versiones PS4, Nintendo 3DS y PC.

Si hay una saga que no engaña y que siempre se ha mantenido fiel a sus raíces, esa es sin duda Dragon Quest. La obra de Yuji Horii sigue ofreciéndonos, 32 años después, todo lo que cualquier aficionado a los JRPG puede desear y sin aditivos de ningún tipo: historias clásicas de espada y brujería con mucho encanto, mundos vivos, coherentes y fascinantes para explorar, sistemas de combate por turnos al más puro estilo tradicional, laberínticas mazmorras repletas de peligros y tesoros, multitud de horas de diversión y contenidos de calidad, y, por supuesto, grandes enemigos a abatir.

En una época en la que el género parece estar evolucionando a cosas más experimentales y tendiendo hacia sistemas con algo más de acción, Dragon Quest sigue firme en su empeño por mantener su esencia más pura, algo que no le ha impedido evolucionar lo suficiente para aprovechar las nuevas tecnologías en su favor y pulir sus diferentes mecánicas.

Todo esto es justo lo que hemos encontrado en Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido, una fantástica e inolvidable aventura con un sabor tan clásico que resulta hasta nostálgico y que nos ha hecho disfrutar como nunca cada segundo que hemos invertido en él, convirtiéndose automáticamente en la mejor entrega de toda la serie. Y eso, en una saga con más de tres décadas de historia y que nos ha dejado tantísimos juegazos, no es decir poco precisamente.

El viaje del héroe

Como no queremos arruinaros nada de la historia, simplemente vamos a decir que el título cuenta con el guion más elaborado, interesante y oscuro de toda la serie (sin olvidarse de su característico y peculiar sentido del humor, el cual siempre está muy presente).

La trama como tal es sencilla y muy clásica, pero está exquisitamente narrada, mantiene un ritmo genial en todo momento para que no paren de suceder cosas incluso en las situaciones más inesperadas, el grupo de personajes es arrebatadoramente carismático y cuenta con ciertos giros de guion capaces de dejarnos con la boca completamente abierta y de darle un giro de 180 grados al desarrollo de la aventura.

Nos espera un largo camino repleto de combates.

Podríamos tirarnos varios párrafos hablando sobre las bondades narrativas de esta odisea, como lo enormemente cuidadas que están sus secuencias de vídeo, tan espectaculares como bien dirigidas para regalarnos siempre los mejores planos, pero si hay algo que queremos destacar en este sentido es el enorme trabajo que se ha realizado a la hora de crear el mundo del juego y darle vida.

Erdrea no solo es una tierra bella y hermosa, sino que también cuenta con una diversidad cultural muy rica e interesante, consiguiendo que nos interesemos por la vida y las costumbres de cada uno de los reinos y pueblos que visitemos. El título está plagado de pequeños detalles que lo dotan de una coherencia inusitada, y se nota que en ningún momento se deja nada al azar, ya que a poco que leamos libros en las estanterías o hablemos con los NPC que nos encontremos empezaremos a obtener multitud de datos que podemos fácilmente interrelacionar y que, a su manera, nos cuentan nuevas historias y, en algunos casos, incluso más información sobre ciertos asuntos de la trama principal.

Lo mejor de todo es que el mundo va cambiando y reaccionando ante las acciones de nuestros héroes, por lo que cualquier evento, por pequeño o breve que sea, suele tener sus consecuencias muy bien plasmadas, lo que incluye cambiar todos los diálogos de ciudades enteras. Pocos universos virtuales más vivos y coherentes que este vais a encontrar.

El grupo de protagonistas es el más carismático de toda la serie y no tardaremos en encariñarnos con ellos.

Os podemos asegurar que hemos intentado buscarle algún tipo de agujero al guion, pero con este nivel de detalle y mimo nos ha resultado prácticamente imposible encontrar nada que achacarle, pues todo está muy bien atado para que la experiencia sea lo más inmersiva posible y no haya nada que nos saque de ella.

Se trata de un juego larguísimo y completar únicamente su historia principal, sin pararnos a realizar ninguna tarea opcional, es algo que no nos va a bajar de las 60-70 horas, por lo que si queremos hacerlo todo la cifra se dispara para superar las 100 horas. Y ojo, porque el juego se guarda multitud de sorpresas que ni siquiera han dejado intuir con sus materiales promocionales, así que no temáis: os va a sorprender seguro, y más de una vez. Incluso cuando penséis que ya os lo habéis pasado...

El mundo de Erdrea

En lo que respecta a la jugabilidad, realmente no hay mucho que decir si ya habéis jugado algún Dragon Quest anterior: estamos ante una aventura de rol extremadamente clásica en la que tenemos que recorrer un mundo de tamaño considerable (aunque tampoco es especialmente grande) según vaya dictando el guion mientras combatimos por turnos contra nuestros enemigos, subimos de nivel y nos equipamos con armaduras y armas para hacernos más fuertes, exploramos mazmorras y ciudades, resolvemos entuertos, cumplimos misiones secundarias y derrotamos a temibles jefes finales.

Erdrea es realmente bella.

Como ya dijimos al principio, se trata de un JRPG de manual en el mejor sentido de la expresión y que da justo lo que promete. De hecho, mantiene ese desarrollo más o menos lineal en el que el mundo se nos irá abriendo poco a poco para obligarnos a continuar la historia y que no nos dispersemos demasiado con tareas opcionales que puedan desviarnos de nuestra misión de salvar al mundo, algo que se deja para los compases más avanzados.

Un detalle que cabe destacar es el hecho de que los combates ya no son aleatorios (solo cuando vamos en barco), por lo que veremos a los enemigos deambulando por el mapa y tendremos que hacer contacto con ellos para que se inicie la batalla, pudiendo golpearlos de antemano para así empezar el enfrentamiento con algo de ventaja, aunque esto no evita que los rivales puedan emboscarnos.

Así pues, si solo queremos explorar o dirigirnos a un lugar sin pararnos a combatir, podremos esquivarlos para llegar cuanto antes a nuestro destino. En la versión occidental se ha implementado la posibilidad de correr, por lo que evitar luchas es algo realmente fácil y si queréis podéis incluso recorreros mazmorras enteras sin tener que batallar, aunque claro, si hacéis esto tampoco ganaréis experiencia, por lo que no es muy recomendable.

Cada vez que subamos de nivel recibiremos puntos de destreza que podremos utilizar en un árbol de habilidades para obtener nuevas técnicas y mejoras.

De hecho, se nos antoja complicado imaginar cómo debe ser el juego en su versión japonesa sin poder correr, ya que las pateadas que nos tendremos que dar no son precisamente cortas, por lo que se trata de un añadido muy bien recibido y que nos ahorrará mucho tiempo.

Hablando de exploración, ahora existen ciertos monstruos en los que podemos montarnos si los derrotamos, permitiéndonos de esta forma llegar a nuevos lugares que de otro modo serían inaccesibles, mientras que para viajar rápidamente por tierra dispondremos de un caballo con el que podemos atropellar enemigos para así evitarnos luchar con ellos. Todo esto, sumado a la nueva posibilidad que tenemos de saltar, acaba incidiendo en que los escenarios ahora sean más verticales e interesantes de explorar que en entregas anteriores.

Combatiendo al estilo tradicional

En cuanto a los combates, estos no distan apenas de lo que la serie nos tiene habituados, pudiendo seleccionar entre atacar, usar una habilidad, una magia, defender o utilizar un objeto. Eso sí, la forma en la que se suceden los turnos se ha modificado ligeramente para que solo tengamos que escoger nuestra acción cuando le toque actuar a alguno de nuestros héroes, en vez de seleccionar órdenes para todos ellos y posteriormente esperar a ver cómo se resuelve el turno. Gracias a esto, el flujo de las batallas es mucho más dinámico y nos permite adaptarnos mejor a cada situación.

Los combates son tan clásicos como divertidos.

Otro detalle interesante es que podemos cambiar nuestra formación durante los mismos enfrentamientos, algo que da una mayor utilidad a todos nuestros héroes y que nos abre un amplio abanico de posibilidades a la hora de diseñar estrategias y reaccionar ante situaciones complicadas. Por ejemplo, podemos cambiar a un miembro caído por alguien del "banquillo" si vemos difícil su resurrección, algo que no será realmente útil en ciertos casos.

Pero la gran novedad de estos enfrentamientos radica en la posibilidad de entrar en el llamado Modo Concentración. De forma aleatoria, nuestros héroes pueden concentrarse al comienzo de su turno y ganar todo tipo de potenciadores pasivos, así como la capacidad para desatar potentes técnicas cooperativas con sus compañeros. Estas no son solo ofensivas, ya que también hay un buen número de habilidades de equipo destinadas a potenciarnos de muy diversas maneras.

En general, los combates siguen siendo muy divertidos sin necesidad de ser los más profundos del género, aunque los más veteranos descubriréis como los combos de habilidades de toda la vida siguen siendo igual de efectivos que siempre, por lo que saber diseñar buenas estrategias vuelve a ser algo muy importante y necesario para alzarnos victoriosos.

Existe un ciclo de día y noche que afectará tanto a la vida de las ciudades como a los monstruos que podemos encontrarnos. A veces, dependiendo de la hora, hasta los veremos durmiendo.

Quizá nuestra mayor pega en este sentido sea la baja dificultad de la que hace gala toda la aventura, algo que choca un poco con los enormes retos que hemos tenido que afrontar en el pasado. De hecho, nos ha sorprendido que no nos haya tocado pararnos en ningún momento a "grindear" para subir de nivel, ya que con lo que íbamos matando mientras hacíamos la historia nos bastaba para poder superar todos los desafíos obligatorios que se interponían en nuestro camino.

Por desgracia, esto también se traduce en que, al final, rara vez nos veremos obligados a hacer uso de todas sus mecánicas y posibilidades, ya que con tácticas más o menos básicas nos debería de resultar suficiente para ganar. De hecho, los ataques cooperativos es algo que apenas hemos usado y la pantalla de "Game Over" no la hemos llegado a ver en todo el juego.

La versión occidental

Esta última queja es algo que puede remediarse gracias a una novedad exclusiva de nuestra versión respecto a la japonesa: el modo Misión Draconiana. En vez de ofrecernos un nuevo nivel dificultad al uso, al comienzo de la partida podremos escoger entre una serie de handicaps con los que modificar la aventura para que sea mucho más complicada.

Estas son las restricciones por las que podemos optar en el modo Misión Draconiana.

Entre ellos, podemos optar por hacer a los enemigos más fuertes, por prohibir el uso de las tiendas para que no podamos comprar ni objetos ni equipo, por maldecirnos para que nos pasen cosas ridículas durante los combates que nos hagan perder turnos, etcétera.

Al final, la gran mayoría son modificadores que nos limitan algunos aspectos del juego principal o que están destinados a hacer de la experiencia algo más lento y tedioso, por lo que os recomendamos que, al menos para vuestra primera partida, juguéis en su Modo Normal para disfrutar de esta entrega tal y como fue concebida originalmente. De todos modos, siempre tendremos la posibilidad de desactivarlos cuando queramos visitando una iglesia.

La traducción no tiene desperdicio alguno y nos sacará multitud de carcajadas.

Continuando con las novedades de nuestra edición, cabe destacar la inclusión de un cuidado doblaje inglés, con actores muy bien escogidos e interpretaciones realmente buenas que hacen gala de una gran variedad de acentos que realzan las diferentes formas de hablar que tienen en cada una de las regiones que visitaremos, algo que se ha trasladado a la perfección en la espectacular traducción al español que se ha hecho de los textos.

La interfaz es mucho más atractiva en la versión occidental.

Entre otras mejoras más o menos menores, tenemos una interfaz que ha sufrido un lavado de cara para dotarla de un aspecto más actual y moderno (además de hacerla más cómoda) y un nuevo modo de cámara para las batallas con el que podremos movernos por el terreno de combate, algo que, sinceramente, no sirve de nada, por lo que nos quedamos con el clásico.

El encanto único de Dragon Quest

A nivel gráfico estamos ante un juego simplemente precioso gracias a unos modelados de personajes y enemigos muy conseguidos y tremendamente detallados, los cuales lucen especialmente bien durante las secuencias de vídeo generadas por el propio motor gráfico, las cuales hacen gala de unas animaciones realmente buenas.

Cierto es que a nivel técnico no es el título más puntero que podemos encontrar a día de hoy, ya que si nos fijamos mucho veremos ciertas texturas que podrían estar mejor y algunos elementos del escenario con una construcción bastante simple, pero todo esto pasa a un segundísimo plano gracias a su soberbia dirección artística.

Los parajes y ciudades que visitaremos son una auténtica pasada y un regalo para la vista (sobre todo en exteriores y en las mazmorras finales) y el diseño tanto de personajes como de monstruos vuelve a recaer sobre Akira Toriyama (Dragon Ball), quien firma aquí uno de sus trabajos más inspirados hasta la fecha.

El trabajo de Akira Toriyama en esta ocasión es excepcional.

Por supuesto, la banda sonora ha sido compuesta por Koichi Sugiyama, cuya música ya es parte de la identidad de la serie, repitiendo con una extensa selección de composiciones de gran calidad que mantienen en todo momento el estilo musical de la saga. Además, todas ellas están genialmente utilizadas para realzar lo que vemos en pantallas y ayudar a la narrativa. Los efectos siguen la misma tónica, reutilizándose incluso algunos tremendamente retro que sacarán fácilmente la sonrisa de complicidad a cualquier fan.

Conclusiones

Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido supone la culminación de más de 30 años de historia de una de las sagas más importantes e influyentes de nuestro hobby favorito, ofreciéndonos una odisea tan clásica como fascinante que no olvidaremos fácilmente. Una buena historia, grandes personajes, aventuras constantes, emocionantes combates y un mundo bello y vivo es lo que aquí encontraréis. Si echáis de menos los JRPG en su versión más clásica pero con la tecnología y escala de un juego actual, aquí encontraréis una compra prácticamente imprescindible. No os lo perdáis.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado Koch Media.

Redactor

NOTA

9.3

Puntos positivos

Una aventura larguísima y repleta de horas de diversión.
La historia y los personajes son inolvidables.
Combina a la perfección mecánicas clásicas con las posibilidades actuales.

Puntos negativos

La dificultad por defecto resulta un tanto baja.
Las misiones secundarias no son muy interesantes.

En resumen

Dragon Quest regresa con su mejor entrega hasta la fecha. Una aventura inmensa y con un exquisito sabor clásico que hará las delicias de cualquier amante de los JRPG.