Análisis Xeno Crisis, disparos de la vieja escuela (PC, Switch, Xbox One, PS4)
Hablar de Bitmap Bureau es jacerlo de uno de los estudios que más poso clásico tienen entre los actuales desarrolladores europeos. De hecho es un estudio derivado de los antiguos Mega Dev, creadores de Super House of the Dead Ninjas, uno de los mejores ejemplos de neo retro reciente. Desde su creación han desarrollado tres juegos, los tres de marcado carácter clásico… con sus cosas. El primero, 88 Heroes, es un curioso juego de acción y habilidad de los que se hacen pocos hoy en día. El segundo, Ninja Showdown, es un juego de lucha bastante festivo. Y el tercero, este que nos ocupa, salió de una campaña de Kickstarter en la que el desarrollo iba orientado hacia… la Mega Drive.
Y lo cierto es que no es de extrañar, porque en su equipo hay algunas personas con mucha experiencia. Mike Tucker empezó a desarrollar en 1995, Matt Cope en mitad de los 90 y Henk Nieborg es un conocido artista que podéis recordar de obras como Adventures of Lomax o Flink, entre otros, a los que se le unen gente más joven pero igualmente talentosa como la artista Catherine Menabde o los músicos de Savage Regime.
Disparos de la vieja escuela
Xeno Crisis se puede definir como un juego de disparos en vista cenital de manual. Eliges a tu protagonista (chico o chica y color, tampoco hay una gran variedad) y entras en la base espacial de turno, donde te empiezan a atacar alienígenas y hay que defenderse a base de tiros hasta que completemos cada nivel y podamos avanzar a alguno de los siguientes. Y esa es una de las diferencias respecto a muchos juegos, especialmente de los más clásicos, y es que han incorporado al desarrollo el hecho de que cada partida sea distinta, y que tengamos que elegir caminos, de manera que a lo mejor acabamos encontrándonos de golpe el jefe de la fase, o por el contrario elegimos un camino secundario y podemos conseguir mejores complementos para nuestros protagonistas. Conforme juguemos más partidas iremos encontrando la manera de orientarnos mejor, pero al principio no tenemos demasiadas pistas.
Otro detalle importante es el hecho de que a pesar de ser un juego de tiros el número de balas está limitado de una u otra manera. Conforme empecemos la partida contamos con nuestro rifle de pulsos, cuyas balas se gastan, y nuestro fiel cuchillo, que no es lo ideal pero puede servir en caso de desesperación, pero al ir avanzando encontraremos otro tipo de armas, como el disparo de dispersión, el láser, o los disparos perseguidores, que en lugar de tener munición contada lo que tienen es un tiempo de uso, momento en el cual volveremos a nuestro rifle de pulsos.
Hay que tener todo esto en cuenta porque en medio de la batalla a lo mejor nos enfrascamos a pegar tiros a enemigos y de repente nos encontramos rodeados y sin munición, así que es mejor prevenir que curar. Por suerte el juego tiene varias soluciones a esto. Por un lado el ya mentado anteriormente cuchillo, por otro lado la posibilidad de rodar para acceder a una posición más ventajosa, y finalmente el uso de granadas, que se pueden lanzar o se pueden usar para atacar a los enemigos que nos rodean. Entre los tres sistemas lo normal es que acabemos sacando algo de tiempo para que aparezca munición extra en pantalla, pero es mejor si vamos preparados que si tenemos que encontrar esa solución posteriormente.
Además, conforme consigamos superar cada nivel accederemos a un menú de mejora del personaje, de manera que podremos aumentar alguna de las características, como la capacidad de disparo, la velocidad, la cantidad de munición que podemos almacenar o la cantidad de granadas, y otras mejoras. La moneda para conseguir poder realizar estas mejoras son unas medallitas que están repartidas a lo largo del mapeado, de manera que cuando las veamos deberemos acudir raudamente a cogerlas, ya que si no desaparecen poco después.
El control funciona a la perfección, y lo cierto es que es necesario porque de otra manera estaríamos vendidos ante la avalancha de enemigos que nos rodean. Con un stick movemos al personaje, mientras que con los botones elegimos hacia donde disparar. El sistema de atacar cuerpo a cuerpo es un poco diferente a lo que podríamos esperar, ya que podemos elegir apretar un botón, o si no al estar cerca a veces ataca el personaje, pero siempre tenemos esperar a que realicen la animación de ataque, y entonces retirarnos para que no nos provoquen pérdida de energía vital. Es un juego más pensado para dos jugadores que para uno, donde se convierte en un reto aún mayor, no sólo por el hecho de ser uno y no dos pegando tiros, sino porque cuando un jugador muere el otro puede resucitarlo si consigue acabar el nivel, de manera que se puede avanzar de una manera más sencilla. Con todo, a pesar de ser difícil, no es imposible, y en general todo el reto está muy bien medido. Por cierto, sin querer reventaros la experiencia, lo conveniente es pasárselo sin gastar ningún continue de los tres que tenemos al principio del juego.
Respecto al trabajo visual, lo cierto es que para ser un juego que funciona en máquinas con tres décadas de vida se ve genial. Desde la introducción realizada al estilo dibujos animados japoneses, hasta la entrada en la base, pasando por los tremendos jefes finales (algunos más inspirados que otros, también hay que decirlo), y toda la acción que vemos en pantalla, es un juego que si hubiera aparecido en su momento en Mega Drive hubiera sido uno de los juegos más destacables en su segmento (en competencia con juegos como Smash TV, Mercs o Alien Syndrome, este último de Master System y recreativa), y lo único de lo que nos podemos quejar, pero es una queja algo gratuita, es el hecho de que en cada nivel los fondos pueden resultarnos repetitivos, pero está todo realizado de manera coherente y apropiada respecto al juego.
Pero donde da el do de pecho es en el aspecto sonoro, y tanto es así que si jugamos a la versión Mega Drive notaremos que posiblemente estemos hablando de un juego de Neo Geo, ya que aunque los temas musicales son los mismos, los sonidos se notan mucho más potentes en la versión probada que en la 16 bits de SEGA, algo normal porque ha pasado bastante tiempo entre una plataforma y otra. Tiros, explosiones, gritos y voces digitalizadas están realizadas perfectamente, y es una gozada escucharlo todo mezclado con la música mientras jugamos. Además, han tenido a bien traducirlo a un montón de idiomas, así que tenemos pocas excusas para decir que no entendemos lo que pasa.
Conclusiones
En el momento de escribir estas líneas parece que no se le ha hecho a Xeno Crisis demasiado caso fuera del mundo retro, y lo cierto es que es una verdadera pena. Es un juego que funciona muy bien en Mega Drive, pero también funciona fantásticamente en dispositivos actuales. Tal vez sea por el hecho de tener un coste de salida en versiones digitales algo alto, pero es uno de los mejores ejemplos recientes de cómo hacer un juego de tiros clásico con un presupuesto no demasiado elevado y que no quede obsoleto enseguida. Muy recomendable para los que os gusten los juegos de acción, especialmente a dos jugadores.
Hemos realizado el análisis en su versión de Nintendo Switch con un código proporcionado por Bitmap Bureau.