Análisis Tropico 6, un divertido juego de estrategia y gestión (PC)
Crear nuestra propia civilización, ser los dioses o los reyes de un pueblo, controlarlo, verlo crecer, prosperar y convertirse en la mejor potencia mundial suele ser un sueño recurrente de los amantes de la estrategia que disfrutan de auténticos "comevidas" del género como Civilization o, a una escala un tanto más modesta, Tropico, una saga que echó a andar en el 2001 de la mano de Pop Top Software y FX Interactive y que alcanza ahora su sexta entrega gracias a Kalypso Media que se prepara para lanzar Trópico 6 en PC, que llegará este verano a PS4 y Xbox One.
En Vandal hemos podido convertirnos en dictadores y jugar, durante horas y horas, para contaros las virtudes y debilidades de Tropico 6 en las siguientes líneas. Estad muy atentos, porque vuestro dictador no consentirá otra cosa que no sea la máxima atención al texto de hoy en el que hablaremos de estas paradisíacas islas.
Seremos de nuevo un imperio
Como habéis podido intuir y muchos sabréis, en Tropico 6 adoptaremos el papel de un dictador que tiene que conducir al éxito a un pequeño archipiélago, ya bien sea gracias a su atractivo turístico, a su capacidad para exportar recursos o a su poderío en otro tipo de sectores como el nuclear.
El juego nos permitirá por primera vez comandar todas las islas de un archipiélago pudiendo controlar todo el territorio para hacerlo crecer y prosperar aprovechando el potencial de cada isla, sacando el máximo provecho de sus recursos, monumentos o industria.
En Tropico 6 podremos jugar a partidas clásicas en las que tendremos que controlar los pormenores del archipiélago desde la Época Colonial hasta los Tiempos Modernos (pasando por las Guerras Mundiales o la Guerra Fría) o bien enfrentarnos a una curiosa y divertida campaña con un buen puñado de misiones que no tendremos por qué jugar en orden y que nos enfrentaran a escenarios personalizados con sus propias reglas de juego que hemos de decir que nos han resultado bastante divertidos.
También tenemos la posibilidad, si así lo queremos, de enfrentarnos con otros dictadores en partidas multijugador de hasta 4 jugadores en las que podremos competir por ver quién gestiona mejor su archipiélago tropical.
La economía, la felicidad y lidiar con otras facciones será un factor fundamental
Para lograr el éxito en nuestras partidas, además de completar ciertas misiones que nos irán dando durante las mismas, tendremos que tener en mente el equilibrio económico de nuestro país así como el estado de nuestra población y las relaciones con otras potencias mundiales.
En el plano económico será importante gestionar bien el apartado de ingresos y gastos, no pasándonos construyendo edificios e intentado atraer el turismo, fomentar el consumo local o estar atentos a las necesidades de otros países para convertirnos en un archipiélago especializado en la exportación para hacernos cada vez más ricos y poder mejorar tanto las capacidades de nuestra isla como los edificios para nuestra población.
La inversión económica y la industria de nuestro país tropical deberemos compensarla también con un estado de felicidad óptimo de la población construyendo viviendas, edificios culturales o centros de diversión como tabernas para mantener a la población tranquila y entretenida. Una población infeliz puede traducirse en protestas y lo que es más grave, una revolución local que nos puede complicar la existencia y arruinar nuestra partida.
Pasando a las relaciones exteriores, también es importante intentar ganarnos la amistad de todo tipo de países abriendo embajadas o intentando saciar sus necesidades para ganarnos su confianza. Si las cosas nos van mal con un país o potencia esta puede castigarnos ya bien sea cortando las relaciones comerciales ejecutando un corralito o llevándonos a la guerra y atacando nuestro territorio.
Además, en el camino a ser una superpotencia mundial también podremos investigar diversas tecnologías o decretos gracias a un nuevo sistema de investigación depurado con respecto a otras entregas que nos permitirá facilitar o bien aumentar nuestras arcas a costa de hacer sufrir a la población o contentar a nuestros humildes lacayos que siguen trabajando y alabando a su poderoso líder.
Un juego divertido y sencillo con algunas incoherencias
En Tropico 6 hemos disfrutado bastante de todas y cada una de las partidas y, sobre todo, de los escenarios personalizados que nos han mantenido atrapados durante horas y horas con la magia típica de este tipo de juegos que suelen provocar que, cuando nos ponemos a jugar y miramos de nuevo el reloj haya pasado una eternidad desde que empezamos la partida sin que nos hayamos dado cuenta.
Pese a que hay muchos aspectos de los que estar pendiente, las mecánicas no son tan profundas como en otros juegos del estilo, siendo un título bastante accesible e ideal para los primerizos en esta clase de estrategia que creemos que se van a sentir muy cómodos con este nuevo Tropico 6.
El problema es que, además de ser un juego un tanto continuista con respecto a entregas anteriores, durante nuestras partidas nos hemos encontrado con algunas incoherencias bastante graves que nos han estropeado un poco la experiencia y que tenían que ver en la mayoría de los casos con la vertiente comercial del juego.
La más grave la encontramos con algunas misiones que nos invitaban a exportar ciertos productos de nuestras islas pasando años y años de tiempo de juego sin que se nos abriera una ruta comercial para poder cumplir nuestra misión, dificultando nuestra progresión en varias ocasiones y en escenarios diferentes. Kalypso asegura que, en la versión final del juego, este problema estará corregido pero, al menos a nosotros, nos ha dado algún que otro dolor de cabeza en las dos versiones a las que hemos tenido acceso.
Otra incoherencia un tanto extraña la encontramos a la hora de tener que llegar a un extraño pacto con un capo de la Mafia que ya habíamos capturado y con el que no podíamos negociar al estar ya preso en una de nuestras cárceles, obligándonos a destruir la cárcel entera para garantizar su fuga y poder llegar a un pacto para finalizar la partida de una forma un tanto desastrosa.
Un buen apartado técnico y sonoro
A pesar de no ser un título Triple A, el apartado técnico de Tropico 6 cuenta, al menos para nosotros, con un buen nivel gracias al uso del Unreal Engine 4 que nos permite disfrutar de unos gráficos atractivos y coloridos a la vista con un buen rendimiento en nuestro ordenador como no podía ser de otra manera.
En el sonido el doblaje de Tropico 6 goza de un buen nivel así como las traducciones de todos y cada uno de los textos. Mirando a la banda sonora, el único pero que encontramos es que es un tanto escasa aunque todas y cada una de las canciones son pegadizas e inundarán nuestro cerebro de sonidos tropicales que pegan muy bien con el resto de la partida.
Un buen juego para empezar en la estrategia de civilizaciones
Tropico 6, como ya pasaba con las entregas anteriores, peca de ser poco ambicioso en muchos aspectos aunque no se le puede negar que, a pesar de contar con una fórmula bastante sencilla, el juego cuenta con el suficiente atractivo como para atraparnos durante partidas de horas y horas que se pasan en un suspiro.
Es cierto que los aficionados más puristas del género van a querer más de un juego de este tipo pero, al menos nosotros, creemos que se trata de un título perfecto para que los primerizos en este tipo de estrategia vayan empapándose de la fórmula antes de dar el salto a juegos más complejos en todos sus aspectos.
El aspecto más negativo del juego lo encontramos en algunas incoherencias durante las partidas que afectan, sobre todo, a la vertiente económica del mismo, con algunas situaciones carentes de sentido que lastran lo que por otro lado ha sido una experiencia agradable y divertida.
Además, en el aspecto técnico no podemos poner ni una pega al trabajo de Kalypso que nos ofrece un título de buena calidad tanto visual como sonora a pesar de estar bastante alejado de un presupuesto de un triple A.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código que nos ha proporcionado Meridiem Games.