Análisis Trackmania, vuelve la velocidad y su editor de pistas (PC)
Trackmania está de vuelta, con un remake –o por lo menos con un juego que se inspira mucho- de TrackMania Nations de 2006 y un modelo de negocio que tan bien está funcionando con ciertos juegos, el gratuito –pero con matices, como explicamos más adelante-. No es de extrañar la fijación por Nations, aquella versión fue una de las entregas más exitosas, pero en su regreso se ha potenciado un poco más los aspectos competitivos. Además, Ubisoft Nadeo promete contenido actualizado de manera regular, al estilo de los juegos como servicio con las habituales temporadas, que amplíe las 25 pistas iniciales con más cada tres meses. Este Trackmania quiere llegar para quedarse al menos hasta que dicte el mercado.
Velocidad que desafía a la gravedad
La base de Trackmania es la habitual en la serie, que en cuanto a jugabilidad nos presenta unos bólidos muy ligeros, rápidos y de buena aceleración. La gracia está realmente en las pistas, auténticas montañas rusas con rampas, loopings, secciones en vertical, grandes saltos, terrenos de tierra o resbaladizo hielo… Un pestañeo y estás fuera de la pista, has chocado contra un obstáculo o el coche ha quedado bocarriba.
Por si fuera poco, una de las características de muchos de sus circuitos es un diseño no muy intuitivo que pide memorizar las rutas correctas y jugarlo multitud de ocasiones antes de empezar a pulir tiempos "en serio". Divertido y para cualquier aficionado a las carreras, pero más exigente que otros arcades donde sientes que lo dominas en pocos minutos.
La filosofía de Trackmania nos propone en todos sus modos conseguir los mejores récords. En solitario disponemos de una campaña que se renueva cada trimestre –comienza ahora en verano-, la pista del día y un modo entrenamiento que es básicamente el tutorial de los distintos desafíos que vamos a encontrar, desde los paneles –el turbo, el que apaga el motor, etc.- hasta los siempre espectaculares bucles. Aquí también podemos buscar los mejores tiempos y conseguir medallas. Otra opción es participar en las campañas creadas por los clubs de jugadores.
El modo Live incluye la campaña, la pista del día y salas de clubs, o eventos como la liga de naciones -una competición semanal donde se enfrentan los países-, mientras que la competición diaria son carreras en una pista que cambia cada día; hay un canal arcade que renueva contenido constantemente con las mejores campañas de los jugadores y en definitiva, la oportunidad de descubrir que si creemos que somos buenos, siempre hay alguien en el mundo que juega mejor. Se ha integrado un sistema de ránking que afecta a todos los modos y asegura un progreso permanente; además incluye multijugador local a pantalla partida para hasta un total de cuatro competidores.
En Trackmania incluso jugando en solitario nos enfrentamos a otros jugadores. En lugar de inteligencia artificial se utilizan los fantasmas de usuarios, lo que significa que no podemos interactuar con ellos –nada de choques- pero a cambio son comportamientos humanos: cometen errores, derrapan más de la cuenta o frenan tarde. Y lo cierto es que como juego de carreras su planteamiento engancha, siempre quieres volver a repetir una pista para mejorar esa curva que has tomado mal y arañar unos segundos al crono; con apenas un botón puedes reiniciar la carrera o volver al último punto de control. La respuesta a la gran pregunta es un claro sí, Trackmania es muy entretenido para novatos que sólo quieren pasar un buen rato y para los más competitivos.
El estilo gráfico se ha inclinado por volver al escenario del estadio, modernizado, que se inspira en las Olimpiadas. La zona es más grande, se mejoran los elementos decorativos y el resultado varía dependiendo de cada creación –esto es un mundo y la calidad de las creaciones de usuarios pueden ser muy diversas-. El estudio menciona que es una apariencia sintética, sin detalles superfluos, comprensible si tenemos en cuenta que durante la partida se pide claridad y toma de decisiones en fracciones de segundo, a veces con el bólido corriendo por una de las paredes. No es un apartado que impresione, pero resulta funcional. La música no suena mal pero es un tanto escasa, y los sonidos del motor cumplen sin más.
Un editor sencillo y potente
El otro componente de un Trackmania es su editor –en modo sencillo y avanzado-, con todas las funciones para hacer pistas como las "oficiales". Es intuitivo hasta para quien no tenga experiencia en otros similares: vas seleccionando tramos con rectas, curvas más o menos cerradas, desniveles, etc, y se colocan en un espacio cuadriculado. Hay novedades respecto a pasados títulos, por ejemplo colocar objetos dentro de los bloques.
Esto va enlazado con otros aspectos del juego, como la posibilidad de compartir las pistas y utilizarlas en los clubs –su propietario personaliza el escudo, comparten contenido, organizan actividades…-, hay editor de repeticiones y para personalizar los vehículos. La única pega, que hablaremos a continuación, es que en su modo gratuito sólo se puede guardar un circuito simultáneamente, suficiente para experimentar y ver cómo funciona, pero poco más.
Una de cal y otra de arena: su modelo de negocio
Quienes deseen exprimir todo lo que ofrece y la versión gratuita se les quede corta, podrán elegir una de las dos opciones de pago, que la editora evita llamar servicio de suscripción: accesos al juego por tiempo limitado. El tipo Standar Access de 9,99 euros al año proporciona acceso al contenido creado por otros jugadores –selecciones diarias-, el editor guarda más de una pista, salas de clubs, y las pistas extra se irán sumando –en lugar de rotar, como en la versión Starter-. La versión más completa es Club Access de 29,99 euros al año que suma la opción de crear clubes con todas sus ventajas, personalizar el vehículo y unirse a clubs públicos o privados.
Aquí tenemos el punto más polémico de este Trackmania, del que hay que celebrar un modelo gratuito que ayudará a dar a conocer la saga entre el gran público y facilita que cualquiera pueda jugarlo en profundidad antes de decidir su compra. Lógicamente está limitado, pero la base es más que suficiente para poder entretenerse durante horas. La polémica llega cuando hablamos de pagos anuales y no de comprar una versión de manera definitiva. La jugada ha causado suspicacias entre algunos fans, veremos cómo afecta a medio y largo plazo al crecimiento de la comunidad. La desarrolladora lo defiende argumentando que esto es preferible a secuelas cada pocos años.
Conclusiones
Este Trackmania no pretende reinventar una entretenida serie que todavía se sigue jugando, y ediciones con 15 años a sus espaldas se mantienen activas. Es más bien un intento por adaptar el juego al modelo que tanto dinero está proporcionando en los battle royale y ciertamente el modo gratuito es muy apetecible para saber si vamos a quedar enganchados a su jugabilidad y modos. Incluso con las restricciones, os recomendamos que lo probéis a nada que os guste Trackmania o los juegos de velocidad "alocada" en el buen sentido. Tenemos más dudas con el precio de las cuotas, pero cada jugador podrá ver qué le interesa más y valorar, lo cual no es malo.
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado Best Vision PR.