Análisis de Reigns: Game of Thrones (PC, Switch, Android, iPhone)
La importancia de Juego de tronos en el acervo cultural actual es capital. La serie de HBO, que adapta las célebres novelas de la saga de Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin, ha conseguido revivir el interés por el género fantástico y por la importancia de mantener unos buenos personajes, hechos y aspectos narrativos sin importar el contexto o el elemento mágico que los envuelva. Mientras las huestes de aficionados y espectadores esperan a la conclusión de la epopeya de Jon Nieve, Daenerys Targaryen o Tyrion Lannister en televisión y en las páginas de los venerados libros, múltiples estudios y desarrolladores aprovechan este rico universo para presentar propuestas muy originales.
La llegada de Reigns en 2016 sorprendió a muchos. Apoyándose en un concepto e interfaz muy popular -deslizar a izquierda y derecha, algo que apps como Tinder han convertido en un auténtico meme-, nos invitaba a gobernar y gestionar un reino durante generaciones. Haciendo especial hincapié en los entresijos y la presentación de una novela visual, el juego de cartas de Nerial y Devolver Digital se convirtió en todo un éxito y llegó a ser uno de los serios candidatos a juegos del año, acumulando numerosos premios y cosechando buenas notas en distintos medios. Ahora nos llega su versión adaptada a Juego de tronos, y sorprendentemente, no es un simple reclamo publicitario más.
Se acerca el Invierno…
Reigns: Game of Thrones nos invita a sentarnos en el Trono de Hierro y ser rey o reina de Poniente, afrontar los más diversos peligros del día a día en el reino y atajar las más diversas amenazas desde fuera y dentro de nuestras fronteras y corte. La estructura del juego vuelve a ser exactamente la misma que la de la obra original vista hace un par de años, pero adentrándose profundamente en la mitología, los diseños y los personajes de la adaptación de Dan Weiss y David Benioff. Es decir, una vez más, tendremos un extenso mazo de cartas que nos irán relatando una historia, que irá mutando y cambiando en función de nuestras decisiones y respuestas. Con fuerte énfasis en la narrativa, Reigns: Game of Thrones nos planteará un buen número de problemas en sus tarjetas virtuales, teniendo siempre dos respuestas generalmente contrarias a la resolución de cada conflicto o vicisitud en nuestro poder.
Deslizando a izquierda o derecha, como jugadores debemos tomar constantemente decisiones, marcándonos una moralidad y una férrea puntuación en torno a cuatro grandes valores fundamentales en el videojuego: poder militar, religión, pueblo y dinero. Lo correcto o erróneo de nuestras respuestas no es algo etéreo o intangible, como una mera elección que nos lleva a un camino u otro. En el videojuego tendremos que tener en cuenta el equilibrio entre ellos, ya que habrá que contentar a las facciones religiosas de la Fe de los Siete y los llamados gorriones, a las huestes y ejércitos de nuestra morada -nuestra propia Guardia Real-, la población o incluso prestar atención a las cuentas y reservas monetarias que deben mantener la estabilidad.
Es curioso como Reigns: Game of Thrones nos propone un buen número de situaciones con planteamiento muy sencillos y casi rutinarios. Sí, al igual que en el videojuego original de Nerial nos encontraremos observando cada decisión, planteándonos las consecuencias a corto y largo plazo y actuando de la forma más creíble o acorde con nuestra propia moralidad como jugadores. Pero la desarrolladora se ha empapado de esa maravillosa subversión de expectativas que impregna la obra de Martin y su adaptación audiovisual y que tan bien ha explicado en numerosas entrevistas y ocasiones Alejo Cuervo -responsable y director de la editorial Gigamesh-. La muerte y la de nuestros aliados, los más terribles sucesos y los problemas más acuciantes siempre están a la vuelta de la esquina, a un simple deslizamiento, y nunca seremos del todo conscientes de ellos hasta que nos golpean en la cara.
Pese a su sistema cómodo de elección -es muy sencillo deslizar de un lado a otro-, el videojuego nos invita y reclama cierta paciencia a la hora de pensarnos qué vamos a hacer a continuación. No todo son preguntas fáciles, retóricas o reclamaciones de las diferentes Manos del Rey que tendremos a nuestra disposición. Se ha creado un universo virtual muy fiel al descarnado entramado de casas, nobles, criaturas mágicas e indeseables personajes, con un buen número de momentos realmente desagradables e incómodos de los que tendremos que salir adelante o convivir con sus consecuencias. Cada decisión deja cicatrices en la narrativa y el desarrollo de los hechos, y aunque hablemos de un videojuego que a veces puede pecar de simple o directo, nos ha encantado.
Es uno de los factores más notables de la aplicación: que nos permite encarnar a cada personaje de la serie y las novelas con mucha fidelidad, pese a las divergencias y hechos que el propio juego plantea en su relato original. Reigns: Game of Thrones ofrece muchas historias para cada uno de ellos, e iremos saltando de un escenario a otro según seamos capaces de realizar y acatar los distintos objetivos para cada uno. Estos pueden ser muy variados, y van desde lograr una tregua con un rival en concreto, sobrevivir un tiempo limitado o presenciar algún hecho importante o capital, como un juicio. No entraremos en spoilers, pero las situaciones son muy variadas en comparación a otras entregas, y casi nunca tendremos la sensación de estar jugando al mismo juego, pese a que hayamos escogido al mismo personaje o intentemos resolverlo todo de la misma manera. Es quizás por esto que la sensación de rol cuando tomamos los mandos de Cersei Lannister, Jon Nieve, Daenerys Targaryen, Tyrion Lannister o Sansa Stark está tan bien medida, porque se es muy fiel y coherente con su propia idiosincracia, pese a que el jugador puede interpretarlos a la perfección.
En esta entrega se ha apostado por incluir algunas decisiones múltiples, una innovación que aterrizó en la saga con Reigns: Her Majesty. En contadas ocasiones -como un choque entre ejércitos-, se abrirá ante nosotros una respuesta con hasta cuatro decisiones, que irán desde usar a la caballería pesada, la infantería, los arqueros o incluso sobornar al ejército rival para que se maten entre ellos. ¿Qué se consigue con esto? Pues que nos sintamos que estamos ante un libro de Elige tu propia aventura temático de Juego de tronos, en el que los caminos pueden llevar al éxito o al fracaso, pero en el que siempre estamos dispuestos a echar una nueva partida para ver que se esconde detrás de la baraja y el destino que nos ha tocado.
El propio videojuego juega con este aspecto constantemente presentándonos a la sacerdotisa roja de Asshai, Melisandre, que servirá de nexo de unión entre todas las historias y personajes. Observando a través de las llamas, Melisandre preverá la llegada de Azor Ahai, nos advertirá de peligros y nos invitará a intentar una y otra vez cada mazo o historia hasta que consigamos nuestros objetivos o hagamos frente de las hordas de Caminantes Blancos. Cada partida nos traerá y deparará sorpresas. Los vientos del invierno siempre están ululando tras nuestras murallas, y los ejércitos de casas rivales, viejos enemigos y las traiciones se sucederán una tras otra. ¿Accedemos a que los Tyrell nos envíen un regalo? ¿Es bueno que la Fe Militante tenga tanto poder? ¿Enviamos tropas al Norte para ayudar a los Stark en su lucha? ¿Qué pasa con los Greyjoy y sus flotas? Sí, es un videojuego variado y muy divertido, pero está diseñado para ser jugado en sesiones cortas, no demasiado largas o extensas, y al ser posible algo espaciadas en el tiempo. Su naturaleza portátil o directa siempre está presente, así que no esperéis un título diseñado para ser jugado en partidas muy intensas de varias horas. Es más, si decidimos hacerlo así, cualquier sorpresa se esfumará a las pocas horas. Una vez más transmite las mismas sensaciones como si fuese un libro de Elige tu propia aventura y justo como pasaba en el título original.
Un estilo audiovisual inconfundible
Reigns: Game of Thrones mantiene el estilo original de Reigns, pero trasladado y adaptado a toda la imaginería visual de Juego de tronos. Los personajes son muy parecidos física y estéticamente, y tendremos recreaciones exactas de los héroes y villanos de la serie de televisión. A través de ilustraciones sencillas, minimalistas y coloridas, el videojuego nos mostrará paisajes de la serie -la sala del Trono de Hierro, Desembarco del Rey, Invernalia, el Muro-, algo que gana en peso e importancia cuando observamos la cuidadosa manera en la que se ha introducido la banda sonora de Ramin Djawadi en el juego, con los temas principales y varias de las melodías más lúcidas de las últimas temporadas. Nosotros lo hemos analizado en un iPhone X con auriculares, y lo cierto es que es una experiencia muy inmersiva. El juego está traducido al castellano.
Conclusiones finales
Reigns: Game of Thrones es un videojuego que nos ha sorprendiendo especialmente. La fórmula jugable es muy similar a la de Reigns o Her Majesty, pero hay ciertas adiciones estéticas y argumentales que le sientan muy bien a su conjunto. Uno de sus aspectos más notables es que existe un gran trabajo de construcción y adaptación de personajes, están exquisitamente bien escritos y armados, y realmente se sienten como sus contrapartidas reales.
El videojuego vuelve a sorprendernos con una jugabilidad directa pero no carente de profundidad, múltiples decisiones y decenas de momentos de tremendo impacto. Sí, podemos darnos de bruces con el fantasma de la repetición o carencia de sorpresa pasadas unas cuantas horas, pero la sensación está mucho más dispersa y diluida que en anteriores entregas de la saga.
Reigns: Game of Thrones es un juego entretenido y original en su propuesta, que hace un gran uso de su licencia y que nos permite disfrutar de una de las mejores adaptaciones del universo de George R.R. Martin y HBO al ocio electrónico. La app está disponible en App Store, Google Play Store y Steam por 3,99 euros.
Hemos analizado Reigns: Game of Thrones en iOS gracias a un código proporcionado por Cosmocover.