Análisis Ion Fury, el verdadero sucesor de Duke Nukem 3D (PC)
Los que crecimos de la mano de juegos de disparos en primera persona clásicos como Doom, Quake, Heretic, Blood o Duke Nukem 3D estamos viviendo una nueva juventud gracias a los múltiples lanzamientos de FPS que intentan recuperar el estilo de los 90 encontrándonos títulos tan destacados como Dusk o el más reciente Amid Evil que fueron un placentero viaje a nuestra juventud.
Aprovechando el buen momento de forma del género y de este tipo de homenajes la mismísima 3D Realms resucitó de entre los muertos para anunciar el desarrollo de Ion Maiden, un videojuego con un clásico sabor de los 90 con el que querían volver por la puerta grande al mercado o, por lo menos, haciendo mucho ruido, algo que consiguieron debido a la polémica con el nombre del juego que, posteriormente, se cambió al de Ion Fury tras una demanda de Iron Maiden, el conocido grupo británico de heavy metal.
Ahora, después de unos meses en acceso anticipado, el juego sale de forma oficial al mercado enfrentándose, por fin, a las exigencias de todos los jugadores que desean poder volver a disfrutar de una gran obra del estudio.
Yipi ka yei
No se puede decir que el juego no cumpla el cometido de hacernos viajar en el tiempo desde el primer instante en el que arranca y navegamos por sus diferentes menús antes de comenzar con nuestra aventura virtual plagada de armas, munición, explosiones, muerte, sangre y acción.
En esta ocasión tomamos el papel de Shelly Bombshell Harrison, una mujer de armas tomar miembro de la Global Defense Force que bien podría ser la reencarnación femenina de Duke Nukem, heredando tanto su aire macarra como su ácido y descarado lenguaje lleno de guiños a los shooters o las películas de acción de los 90, escuchando incluso la conocida frase "Yipi ka yei" de Jungla de Cristal.
Controlando a esta heroína con malas pulgas deberemos de ponernos manos a la obra para salvar Neo DC de un ejército de soldados y criaturas cibernéticas dirigido por el cyborg Dr. Jadus Heskel.
Armas, y disparos para parar un tren
Para enfrentarnos a todos los enemigos que poblaran la pantalla y que, os aseguramos, serán muchos, contaremos con un gran elenco de armas que irán desde una porra eléctrica hasta una poderosa ballesta que, pese a su aparente simpleza, podrá sembrar el terror en el campo de batalla, pasando por una escopeta, un lanzagranadas o Loverboy, el particular revolver de la protagonista que es capaz de fijar el disparo a los enemigos con el botón derecho de una forma que nos recuerda a la habilidad especial de McCree, el héroe de Overwatch.
Durante todo el "viaje" que nos ofrece Ion Fury no nos cansaremos de reventar a balazos a los enemigos y tampoco de recoger munición que, a pesar de estar muy presente en todo tipo de rincones de los mapas, puede antojarse un tanto escasa si no tenemos una alta precisión, sobre todo en los niveles de dificultad más altos y es que tanto el número como la frecuencia de los enemigos serán muy altos ofreciéndonos acción frenética en casi cualquier momento de la partida.
De hecho, la única pega que encontramos en estos momentos de disparos es que los enemigos quizás son un tanto repetitivos y, al menos nosotros, hubiéramos agradecido un poco más de variedad entre sus filas, así como una mejor inteligencia artificial de la que os hablaremos más adelante.
Mapas laberínticos como en la vieja escuela
Un aspecto que encantará a los amantes de juegos de disparos de la vieja escuela es el diseño de mapas a nivel jugable que los convierte en auténticos laberintos que, además, esconden muchísimos secretos en cada uno de los niveles, haciendo que el juego sea altamente rejugable.
No faltarán las llaves rojas, azules o amarillas, las trampas (en muchos casos evidentes) que nos harán enfrentarnos a decenas de enemigos, e incluso zonas en las que nuestra habilidad para controlar los movimientos del personaje será tremendamente importante si queremos avanzar al siguiente nivel.
El único pero que encuentra a estos niveles el que os escribe es que, al menos a nivel artístico, (y me vais a permitir que ahora adopte la primera persona) me han parecido un tanto sosos y simplones, quizás porque tampoco soy un amante empedernido de la ciencia ficción pero, al menos, bajo mi punto de vista, se podría haber mejorado un punto en este aspecto.
Dificultad lista para los veteranos
Si eres un veterano de los FPS de esos de los que juegan de forma habitual a las distintas campañas en los modos más difíciles te alegrará saber que Ion Fury hace sudar la gota gorda incluso a los más aguerridos soldados virtuales.
En los niveles más difíciles los enemigos hacen mucho daño y la munición escasea para que ser muy precisos o incluso priorizar el uso de la porra eléctrica sea esencial para superar todos y cada uno de los niveles.
Además, los autoguardados brillan por su ausencia, así como la regeneración automática de vida, que deberemos recuperar recogiendo botiquines del suelo o recargándola a través de latas de bebida o paquetes de comida que encontraremos en distintas máquinas expendedoras distribuidas por todo el mapa.
El Build Engine a su máximo nivel
3D Realms ha utilizado para desarrollar el juego el Build Engine, es decir, el mismo motor que dio vida a Duke Nukem 3D, Blood o Shadow Warrior, que se nota que se ha exprimido al máximo para la ocasión ofreciendo un buen acabado tipo pixel que nos transporta, aún más si cabe, a mediados de los 90.
La parte positiva de utilizar este motor es que el juego puede correr sin problemas hasta en una cafetera y que no da ni un solo fallo a nivel técnico, ni un solo bug, ni una sola caída en la tasa de cuadros por segundo.
El problema que nos hemos encontrado es que este motor no está del todo bien adaptado a los ratones de hoy día, encontrándonos con sensaciones realmente raras a la hora de apuntar y disparar con nuestro ratón, haciendo que el juego nos haya resultado, en algunos momentos, un tanto incómodo y molesto, algo que no nos había pasado con otros de los FPS de corte retro que habían salido hasta hoy.
También hay que mencionar que la inteligencia artificial de los diferentes enemigos es un tanto pobre, y que la dificultad del juego radica en su gran número en pantalla o la letalidad de sus disparos, y no en unos patrones de movimiento o ataques especialmente elaborados.
Conclusiones
Ion Fury es un divertidísimo viaje al pasado que encantará a los amantes de los juegos de 3D Realms y, sobre todo, a todos aquellos que disfrutasen con Duke Nukem 3D y que se quedasen decepcionados con el tropiezo de la última entrega de la saga.
Esta nueva obra de 3D Realms tiene todo lo que el aficionado a estos juegos necesita, una heroína carismática y ruda, un buen montón de armas, mapas de lo más enrevesados y mucha acción para no parar, ni un minuto, de disparar con el botón izquierdo de nuestro ratón.
Aun así, el juego se queda un paso por detrás de otros FPS estilo old school lanzados durante los últimos meses debido a unas sensaciones un tanto extrañas en las mecánicas de apuntado y a una inteligencia artificial de los diferentes monstruos que pueblan el mapa que es un tanto pobre.
De todas formas, que estos dos defectos no os impidan ver el bosque, si os gustan los FPS de la vieja escuela vais a disfrutar de lo lindo con Ion Fury.
Hemos realizado este análisis con un código para Steam proporcionado por 3D Realms.