Análisis Genesis Noir, aventura abstracta en el origen del Universo (PC, Xbox One, Switch)
Cualquiera que se haya cruzado con Genesis Noir ha podido sentir el magnetismo de este interesante proyecto: una aventura gráfica para nada tradicional que nos lleva a explorar el Big Bang provocado por el disparo de un dios celoso. Todo ello bañado por las cálidas notas de una banda sonora de jazz y con un estilo gráfico minimalista y magnificente al mismo tiempo. Feral Cat Den, un colectivo de artistas asentados en Brooklyn, Nueva York, comenzó a trabajar en este videojuego allá por 2013 y lo hicieron como proyecto paralelo a sus trabajos principales; poco a poco se fueron sumando nuevas figuras del mundillo atraídas por la magia de su propuesta. Años más tarde lanzaron una campaña de financiación en Kickstarter que convenció a más de 1700 personas para sufragar el desarrollo del juego con más de 48.000 dólares estadounidenses.
Ocho años después del inicio de su desarrollo, Genesis Noir llega a Xbox One, PC y Nintendo Switch, estando disponible desde su lanzamiento para usuarios de Xbox Game Pass. Esta peculiar obra nos permite tomar el papel de No Man, un vendedor ambulante de relojes que se ve envuelto en una trama de celos tras caer enamorado de Miss Mass, una famosa cantante de jazz. En el otro extremo de la relación está Golden Boy, un artista ególatra que envuelto en celos dispara su arma contra la cantante desencadenando una explosión que nosotros conocemos como Big Bang; todos estos personajes son seres cósmicos y Genesis Noir es una aventura gráfica que da su peculiar visión sobre el origen de nuestro universo.
Viaje al interior del Big Bang
Cuando No Man llega al apartamento de Miss Mass, después de una dura jornada de venta a transeúntes en los callejones de la ciudad, se encuentra con una peliaguda situación que desencadenará el Big Bang: Golden Boy ha sacado su pistola y se dispone a disparar a la cantante de jazz, pero cuando aprieta el gatillo no ocurre lo previsto, sino que se abre una especie de grieta espacio-temporal que da lugar a un nuevo universo. No Man, el protagonista de Genesis Noir, tendrá que saltar dentro de esa explosión cósmica para intentar cambiar las tornas del instante e impedir no sólo que el Big Bang ocurra, sino que el disparo llegue a impactar en su amada.
Lo que ocurre a partir de entonces es una suerte de aventura surrealista que nos llevará a visitar escenarios carentes de lógica; al fin y al cabo somos seres cósmicos, entes más viejos que el propio Universo. Esta brecha galáctica se mantiene en continua expansión en dirección al pecho de Miss Mass a medida que avanza el tiempo, aunque por suerte lo hace lo suficientemente lento como para que podamos entrar en ella y salvar los muebles. da capítulo nos contará, de una forma muy metafórica y a su manera, un nuevo hito en la creación del Universo, estipulando una nueva y estrambótica mitología alrededor de este relato. Viajaremos a conceptos y a momentos, más que a lugares, y presenciaremos situaciones tan potentes como la siembra de nueva vida, una colisión de energía o un concierto improvisado junto a un músico callejero.
En todos estos momentos interactuaremos con el juego de una manera única, diseñada exclusivamente para cada situación en particular. Genesis Noir podría entrar dentro de la categoría de aventura gráfica de point and click porque su esquema de controles es básicamente ese, mover un cursor con el que podemos arrastrar ítems, mover al personaje o activar objetos (incluso con mando, lo cual ya sabemos que no siempre es la forma más cómoda de jugar a este tipo de juegos), pero en realidad esta obra huye de todos los preceptos básicos del género y busca sorprender en cada nueva escena jugando además con el surrealismo de sus escenarios para incentivar la sensación de estar participando de un suceso exento de lógica como es el origen del Universo.
Jugueteo táctil con los orígenes del Universo
Así, cada nuevo nivel vendrá también con una serie de acciones únicas que en pocas ocasiones nos hacen recordar a cualquier otra cosa que hayamos hecho en cualquier otro videojuego. Son momentos diseñados con brillantez que no siguen unos cánones preestablecidos, sino que marcan su propio camino; puzles singulares que modifican el entorno a su antojo para crear momentos tan únicos como que un reloj gigante se convierta de pronto en un teléfono de rueda o que podamos tocar un saxofón en plena calle paseando el cursor por unos rectángulos blancos que han aparecido de la nada.
Genesis Noir no para de sorprendernos alterando su forma para proponer nuevas maneras de jugar, algo que es especialmente espectacular debido al impresionante apartado gráfico que se utiliza para representar el universo, un estilo de dibujo que podríamos definir como minimalista pero que en realidad tiene mucha semejanza con el cómic moderno: no sólo en sus formas simples, en sus líneas surrealistas y en su paleta de color básica, sino también en la propia estructura de las escenas y en el ritmo narrativo asbtracto se nota la inspiración en los tebeos o incluso en la poesía visual. Lo mejor de este particular estilo gráfico es que no es sólo una forma de representar el mundo en el que jugamos, sino que está fuertemente ligado con nuestras interacciones en él, dando lugar a una experiencia táctil que pide a gritos una versión portátil en la que podamos jugar tocando la pantalla.
Precisamente es en esa apuesta por la interactividad libre donde Genesis Noir da lo mejor de sí: cuando podemos juguetear libremente con su música o con sus patrones es cuando más disfrutamos de la faceta creativa de su propuesta y, al contrario, cuando nos obliga a resolver puzles de manera muy rígida, dejándose llevar por su lado más videojuego clásico, es cuando menos original parece su propuesta.
Conclusiones
Genesis Noir apuesta por contarnos su peculiar relato de los orígenes de los tiempos planteando una historia de amor y celos protagonizada por seres divinos y reinterpretando el Big Bang como un disparo congelado en el tiempo en el que podemos adentrarnos para viajar a momentos únicos tratando de cambiar el rumbo de esa bala y, por ende, detener la creación. Ni que decir tiene que la idea de combinar un mito tan recurrente como la creación del Universo con un género tan acotado como el noir es ya una de las premisas más originales con las que podemos toparnos a día de hoy.
La obra de Feral Cat Den parte de una base ciertamente atractiva, una de esas propuestas que uno no sabe encajar dentro de ningún marco ficcional previo, lo que ya de por sí vale oro en estos tiempos que corren. Lo mejor es que, además de su potente premisa, la ejecución del juego y la construcción de sus personajes, así como la originalidad de sus situaciones, hace que el conjunto final se vuelva una experiencia única, altamente recomendable. Es decir, no sólo la base de su trama es singular, sino que también la forma en la que establece la relación con el jugador, las propuestas interactivas en cada una de sus escenas, derrochan originalidad y huyen de cualquier estereotipo que podamos asociar a su género. En definitiva, una obra simplemente maravillosa que nadie debería dejar pasar.
Hemos realizado este análisis en PC con una copia digital para Steam proporcionada por Evolve PR.