Análisis de Evil Genome (PC)

Habrá que seguir muy de cerca la evolución de la industria china del videojuego en los próximos años. El mercado es enorme y hasta ahora ha sido consumidor de títulos para móviles o PC, pero con la entrada de las consolas y la mayor variedad de géneros su público se está abriendo a sagas que hace poco eran desconocidas en el país. Y además, empiezan a producir sus títulos, tanto los estudios de tamaño intermedio como los creadores independientes.

No es que Evil Genome sea un juego rompedor, que no lo es, pero es un ejemplo reciente de estos juegos asiáticos disponibles en Steam para un mercado global. Descrito como metroidvania -mapas más o menos laberínticos y otra serie de características-, nos ofrece un juego de acción 2D con historia de ciencia ficción un poco genérica. Su protagonista, Lachesis, llega a un extraño planeta tras sufrir un aterrizaje forzoso con su nave. Nuestra misión es, claro, explorar el planeta e intentar recuperar la memoria.

Su sistema de combate es fácilmente lo mejor de Evil Genome, una especie de hack’n slash que combina ataques a corta distancia con disparos.

Hay muchas otras habilidades básicas, como un movimiento evasivo muy útil que nos da invencibilidad durante segundos –y facilita pillar a los enemigos por la espalda-, y otros que vamos adquiriendo mediante el gasto de puntos obtenidos con la subida de niveles –golpes envenenados, más penetración en armaduras…-.

Este toque rolero no se queda ahí. Junto con la recogida de objetos curativos –algunos no surten efecto de manera instantánea, sino por el paso del tiempo- también tenemos una buena cantidad de equipamiento en armas y armaduras que modifican nuestros parámetros de salud máxima, ataque, defensa, etc. Teniendo en cuenta que el recorrido incluye bifurcaciones, investigar todas las zonas del escenario por localizar una caja con recompensas o aceptar sidequest pueden merecer el esfuerzo.

Aunque a veces nos gustaría un poco más de velocidad general, Lachesis se controla bien y es fácil ejecutar combos. La inteligencia artificial de los enemigos, humanos o monstruos, es casi nula y se comportan de una manera muy simple; ahí está el rival que nos dispara protegido por un escudo sin apenas moverse de lugar, o las bestias que se lanzan hacia nosotros sin hacer amago de evitar los daños.

Dado que es una jugabilidad un poco arcade –al menos en cuanto a la acción- este pobre comportamiento no se convierte en un grave defecto, y anima al usuario a aprender las rutinas de ataque según cada clase de enemigo. Hay un tipo de golem con espada que, pese a su imponente aspecto, indica con facilidad cuál será su combo de tres golpes. Con los jefes ocurre algo parecido: resistentes y con ataques demoledores, pero un patrón muy sencillo de aprender con un poco de paciencia. Eso sí, si no pones mucho esfuerzo por ser creativo con tu estrategia es fácil caer el aburrimiento.

El resto de aspectos de Evil Genome son menos brillantes. Por suerte no hay demasiado backtracking -retroceder mucho zonas ya superadas-, pero tampoco es el metroidvania más elaborado que hemos visto –es mucho más lineal de lo que suele ir asociado a este desarrollo- y algunos puzles son extremadamente pobres, del tipo arrastrar una caja hacia su interruptor. El recorrido se suele convertir en un pasillo que de vez en cuando nos hace subir o bajar, de ahí que puede decepcionar a quien espere algo muy intrincado.

También está poblado por algunos problemas técnicos, otros de diseño –decoración en primer plano que cubre por completo a protagonista y enemigos, una detección de colisiones no siempre ajustada- o tiempos de carga exageradamente largos, incluso para la pantalla inicial. El estudio ya está lanzando actualizaciones para corregir los errores más urgentes y es posible que próximamente la experiencia sea mejor.

Visualmente no está mal teniendo en cuenta su origen y las evidentes limitaciones de producción, aunque se encuentra por debajo de por ejemplo Shadow Complex, un juego de hace casi 10 años. Los escenarios más luminosos o al aire libre destacan más que las cuevas o instalaciones cerradas, que caen en algo monótono. Se trata más de una cuestión artística que técnica –aunque como hemos comentado, también sufre ciertos problemas de optimización-.

El sonido parece más afectado por la falta de presupuesto, o al menos está más descuidado que jugabilidad y gráficos: si la traducción de textos al inglés no es perfecta –causando confusión o que el argumento deje de interesarnos muy pronto-, el doblaje a excepción de la protagonista tira a malo, con actores nada implicados en su papel: un trabajo de principiantes. La música suele pasar bastante desapercibida, a veces directamente no suena nada, y los efectos son poco contundentes. No es que el sonido tenga un gran peso en el global del juego, pero no da la talla.

Conclusiones

Evil Genome no es un mal título, entretiene, pero es excesivamente corriente en todos sus aspectos. El género, además, ofrece buenos títulos clásicos y modernos más redondos apartado por apartado. El nunca suficientemente recordado Hollow Knight –menos arcade y más inspirado en los Soul- es un excelente ejemplo actual de metroidvania que combina combate pulido y exploración.

En definitiva, un buen sistema de combate –aunque nunca suficientemente explotado por la pasividad de los rivales- y profundidad de personalización en un mundo poco atractivo, en historia o ambientación. Fallos en un producto no demasiado pulido que incluso con estos problemas puede ser disfrutable por aficionados al género que ya conozcan mejores alternativas.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Crystal Depths Studio.