Análisis de DESYNC (PC)
Gracias al desarrollo independiente, durante los últimos años hemos podido disfrutar de grandes títulos dirigidos a un público minoritario. The Foregone Syndicate, empresa desarrolladora de Desync, nos ofrece un nuevo ejemplo de esta tendencia con un FPS horizontal tremendamente rápido, de estética muy llamativa y una dificultad que no lo hace accesible a todo tipo de jugadores. Sin duda, pese a sus limitaciones y defectos, estamos ante un videojuego adictivo y emocionante.
Locura ochentera
En el apartado jugable, encontramos un título que toma como referencia a DOOM para crear una veloz propuesta de juego horizontal. Además, Desync cuenta con un nutrido catálogo de armas, cuya munición obtendremos al derrotar enemigos. En cada fase podremos llevar hasta cuatro armas entre las que se incluyen pistolas, escopetas o lanzacohetes, todas ellas con un disparo principal y otro secundario. Pese a su original diseño y enorme precisión, el comportamiento no es muy contundente y es por ello que la propuesta pierde agresividad.
El uso de las armas también se ve perjudicado por un HUD poco visual y nada intuitivo. Debido a su mal diseño, será complicado saber qué arma está seleccionada o la munición restante.
Además, el sistema de interfaces tampoco es muy claro con los combos, el uso de terminales o nuestra interacción con el entorno, mostrando también un acabado estético demasiado confuso y que puede, incluso, provocar algún mareo.
Continuando con lo puramente jugable, Desync ofrece una experiencia tremendamente veloz dentro de unos escenarios muy bien diseñados que se convierten en una pieza fundamental para superar los retos más complicados. Además, el título es muy difícil y, al más puro estilo Hotline Miami, nos obligará a utilizar la técnica de ensayo y error para conocer hasta el más mínimo detalle de cada nivel y poder anticiparnos al peligro.
La dificultad irá en aumento a medida que vayamos desbloqueando nuevos niveles, por lo que Desync no es un título apto para todos los públicos, ya que los usuarios menos habituados a este tipo de retos, se sentirán tremendamente frustrados. Sin embargo, aquellos que adoren las experiencias old school y quieran llevar al límite sus habilidades, tienen aquí un juego a su medida.
El elemento principal para alcanzar estos niveles de dificultad son los enemigos. Cada uno de ellos estará especializado en un tipo de ataque, pudiendo lanzar proyectiles, atacarnos cuerpo a cuerpo, adherirse a nuestra cara para drenarnos vida o teletransportarse hasta nuestra posición. Además, sus ataques serán devastadores, por lo que moriremos con dos o tres golpes, y algunos de ellos contarán con potenciadores adicionales de resistencia o velocidad.
Todos estos enemigos se irán combinando para crear situaciones tremendamente complejas, por ello tendremos que dominar muy bien nuestras armas y el entorno para salir con vida. Además, para aquellos que todavía busquen un reto mayor, cada fase incluirá una tabla de clasificación que valorará distintos elementos de nuestro estilo de juego y nos otorgará una puntuación. Dichos resultados podrán ser comparados con el resto del mundo o con nuestros amigos, consiguiendo con ello un aliciente adicional y una mayor longevidad para el título.
Pero la obra de The Foregone Syndicate no se queda únicamente en su divertida jugabilidad, sino que también incorpora pequeños elementos de configuración para nuestro personaje. Antes de adentrarnos en un nuevo nivel tendremos acceso a cuatro terminales. El primero de ellos nos permitirá elegir una habilidad especial, pudiendo activarla al matar enemigos y realizar combos. De esta forma, y de manera temporal, podremos aumentar nuestra salud, movernos más rápido o, por ejemplo, realizar más daño.
El segundo terminal sigue la misma dinámica del anterior, pudiendo usar objetos especiales como un arma que congela a los enemigos o un escudo protector. Estas mejoras incluyen varias funcionalidades, por lo que tendremos más opciones a la hora de pelear. El tercer terminal nos dará acceso a distintas secuencias de ataque, mientras que el último nos permitirá configurar nuestras armas para optimizar distintas estadísticas.
Es importante que empleemos tiempo en desbloquear y configurar a nuestro personaje, ya que, con cada nuevo nivel, los retos serán más complicados. En este sentido, Desync ofrece un sistema de juego en el que iremos desbloqueando nuevos escenarios a medida que los vayamos superando. Sin embargo, aunque la mayor parte del juego consistirá en despejar pequeñas zonas de enemigos y avanzar hasta la siguiente, el título también incluye fases especiales.
Una de las más llamativas y exigentes son los jefes finales. Estos enemigos son un verdadero quebradero de cabeza y, siguiendo los pasos de videojuegos como Dark Souls, irán modificando sus patrones de ataque a medida que reduzcamos su vida. De esta forma, habrá que analizar muy bien sus comportamientos si queremos acabar con ellos. Otras fases especiales son las Aberration Zone. Aquí encontraremos el clásico reto de despejar zonas, con el añadido de contar con habilidades especiales. Llevar dos armas o movernos a mayor velocidad son solo dos ejemplos de lo que encontraremos en estos divertidos y frenéticos niveles.
Es cierto que el planteamiento jugable es muy continuista, sin embargo, la variedad en el diseño de niveles y la inclusión paulatina de armas y enemigos, consiguen crear una sensación constante de cambio que se mantiene durante gran parte del videojuego. Además, el título incluye un interesante, aunque algo confuso, sistema de combos vinculado a las muertes, lo que nos ayudará a activar antes las habilidades y a obtener mejores puntuaciones.
Donde el título luce de manera espectacular es en el apartado audiovisual. Como si estuviésemos en la película original Tron, encontramos un entorno cyberpunk que nos atrapa desde el primer momento con una paleta de colores fríos como azules y morados, con toques de rojos y rosas dedicados a la acción. Además, la pantalla presenta un efecto de distorsión en la imagen y un granulado propio de los antiguos ordenadores, haciéndonos sentir dentro de una máquina recreativa de los ochenta. Sin duda, aunque ya hemos dicho que el HUD es poco claro y la imagen puede provocar algo de mareo, el videojuego tiene una enorme personalidad visual.
Para complementar este gran apartado audiovisual, se utiliza música synthwave que potencia todavía más la sensación de velocidad y ofrece una jugabilidad cargada de adrenalina retro. De esta forma, como ya sucedía con Hotline Miami, no se entendería este videojuego con otra banda sonora. Por último, aunque llega completamente en inglés, no es un problema importante porque la terminología es bastante sencilla.
Conclusión
Desync es un videojuego con personalidad, tanto jugable como audiovisual, y aunque tiene referentes muy claros como Doom, Hotline Miami o Tron, sabe diferenciarse lo suficiente como para crear una experiencia única basada en la velocidad y dificultad de los niveles. Este último elemento es, tal vez, el más importante porque, aunque los jugadores más hardcore encontrarán una experiencia de la vieja escuela realmente exigente, el resto de usuarios tendrán que analizar bien si se adapta a sus gustos o va a terminar siendo un título desesperante. Por lo tanto, aquellos que estén dispuestos a sufrir, pueden adquirir este título en Steam a precio reducido y disfrutar de una experiencia de juego llamativa y tremendamente adictiva.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Evolve PR.