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Género/s: Roguelike / Rol
Fecha de lanzamiento:
PC, PS4, XBOne, Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Passtech Games
Distribución: Steam
Precio: 19,99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: -
ANÁLISIS

Análisis Curse of the Dead Gods, un roguelike sólido pero poco original (PC, PS4, Xbox One, Switch)

El enésimo roguelike nos sumerge en un mundo maldito y engullido por la oscuridad.
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Actualizado: 17:14 28/2/2021
Análisis de versiones PC, PS4, Xbox One y Switch.

No hay ni una semana sin sábado, y lo mismo sucede de un tiempo a esta parte con el tema de los roguelikes. Simple y llanamente, se trata del género de moda en estos momentos, casi por encima de los battle royale en cuanto a la frecuencia con la que aparecen en el mercado. Una moda que, como es normal, está trayendo como consecuencia la saturación por parte de los usuarios hacia ese tipo de propuestas. Eso sí, cuando aparece una tan buena como Hades, por ejemplo, la apreciación cambia, un título que como suele suceder con los referentes de cada uno de los géneros está siendo clonado en ciertos aspectos por multitud de títulos recientes. Y uno de ellos es precisamente el que nos paramos a analizar, Curse of the Dead Gods, una producción de PassTech y Focus Home Interactive que aparece en todas las plataformas actuales.

Eso sí, la ambientación que nos propone este título no tiene nada que ver con lo vivido en el megahit de Supergiant Games, dado que en esta ocasión el colorido y la viveza mostrada en dicha maravilla ha sido sustituida por la más absoluta oscuridad… la cual además forma una parte muy importante de la jugabilidad como más tarde comentaremos. Pero antes de entrar en profundidad en desgranar lo que nos ofrece Curse of the Dead Gods en materia jugable, primeramente vamos a centrarnos en su disposición narrativa.

Sin darnos demasiados detalles al inicio sobre esta materia, poco a poco vamos descubriendo que nuestra meta consiste en adentrarnos en sombríos templos antiguos repletos de tesoros, trampas y enemigos, siendo necesario acabar con ciertas deidades que los custodian. Un camino para nada sencillo como suele ser habitual en este tipo de propuestas, aunque es necesario afirmar que en este caso la dificultad no es tan desmedida como sucede en otros juegos similares, siendo un título más accesible dentro de lo que cabe.

En este roguelike debemos adentrarnos en templos sumidos en la más absoluta oscuridad en busca de tesoros… y acabar con los dioses que los custodian.

Oscuridad y maldición

Desde una perspectiva isométrica (muy familiar…), tenemos que ir atravesando las diferentes estancias del templo, las cuales como os hemos comentado se encuentran habitualmente envueltas en sombras. Por eso mismo la antorcha que puede portar el protagonista en todo momento se convierte en un objeto completamente imprescindible por dos motivos principales. El primero tiene que ver con su utilidad más básica, alumbrar el camino, el cual en muchas ocasiones está repleto de trampas que seguramente nos "tragaríamos" si no fuera por la luz que desprende dicha antorcha. Sin embargo, su empleo es todavía más fundamental cuando llega la hora de enfrentarnos a los adversarios que merodean por los fondos, batallas que tienen lugar en tiempo real y que resultan bastante intensas.

El sistema de combate es sencillo pero bastante gratificante, pudiendo ir mejorando nuestras armas y aptitudes a medida que progresamos.

Una de las mecánicas más curiosas de las que posee el título es que nuestro personaje recibe el doble de daño cuando es alcanzado por algún ataque rival estando en las sombras. Por eso mismo y así de primeras, es siempre muy recomendable tratar de prender las antorchas y demás objetos similares que suelen encontrarse en los fondos por aquello de tratar de minimizar daños. Pero claro, esto supone un problema, dado que cuando portamos la antorcha no podemos usar nuestras armas principales, creando siempre un dilema bastante interesante a la hora de priorizar nuestras acciones y movimientos. A esta mecánica tan llamativa se une otra igual de trascendente que tiene que ver con la corrupción que va consumiendo a nuestro protagonista.

Cuanto más tiempo pasa dentro de las salas del templo de turno, más corrupción va asumiendo el protagonista… hasta que se vuelve maldito del todo, momento en el cual es penalizado en aspectos aleatorios.

A medida que atravesamos salas, dicho personaje sufre las consecuencias de la maldición del templo… hasta que llega un momento que es consumido por ella. ¿Y qué sucede entonces? Pues que de manera aleatoria, una maldición condiciona los atributos del protagonista (como por ejemplo mantenernos siempre en la oscuridad, etc.), complicando todavía más las cosas… pero añadiendo un toque de frescura muy llamativo que a nosotros nos ha gustado bastante. Evidentemente, el tema del looteo y la mejora de las aptitudes del personaje también está muy presente. Tenemos tres huecos en el inventario para alojar diferentes objetos y armas que podemos ir obteniendo y escogiendo como deseemos, desde escudos a dagas, espadones, etc. Un arsenal bastante amplio que se combina a la perfección con el notable sistema de combate que ostenta el título, el cual nos permite efectuar las acciones habituales en este tipo de aventuras (rodar por el suelo, parrear, etc.) y que resulta bastante simple de asimilar pero no tanto de dominar, siendo uno de los puntos más llamativos de todos los que posee esta odisea.

Nuestro personaje recibe más daño cuando está en la oscuridad, por lo que siempre debemos tratar de prender las antorchas y demás objetos similares que suelen encontrarse en los fondos.

Está claro que varias de las ideas que pone en liza esta producción están basadas en otros juegos similares (Hades especialmente), pero también es cierto que a pesar de eso el título se las apaña para retener cierta personalidad y, lo más importante, para gozar de una jugabilidad más que atractiva. Además es un título que técnicamente cumple con creces, si bien debemos dejar claro que a nosotros nos parece demasiado oscuro, hasta el punto de que en ocasiones y cuando no portamos la antorcha, cuesta discernir lo que sucede en pantalla, sobre todo si jugamos en la versión para Switch en modo portátil como ha sido nuestro caso. Pero dejando esto de lado, los escenarios poseen bastantes elementos ornamentales, los rivales y el protagonista se mueven con total fluidez y la ambientación global es muy buena. Y en cuanto al apartado sonoro, este es más secundario, pero tampoco desmerece en absoluto.

Técnicamente se trata de un título muy correcto y bien ambientado, aunque a veces todo es tan oscuro que cuesta un tanto seguir la acción.

Un buen exponente del género

Con la desproporcionada cantidad de juegos de estilo roguelike que no paran de proliferar en la actualidad, resulta casi imposible destacar dentro de esta clase de obras por mucho que te lo propongas. En el caso de Curse of the Dead Gods lo consigue aunque solo a medias, dado que si bien se trata de un título muy disfrutable y notable dentro de su categoría, lo más probable es que termine pasando bastante desapercibido y sea engullido por obras más conocidas y valoradas como pueden ser Hades, Dead Cells y otros muchos grandes del género. A pesar de esto, seguramente los buenos aficionados a este tipo de aventuras disfrutarán bastante con lo que propone esta llamativa producción de PassTech.

Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código proporcionado por Focus Home Interactive.

Colaborador

NOTA

7.4

Puntos positivos

El sistema de combate y progreso están muy bien concebidos.
Es una aventura muy rejugable y absorbente.
La ambientación está bastante conseguida.

Puntos negativos

Copia descaradamente a Hades en varios aspectos.
En ocasiones cuesta discernir lo que aparece en pantalla con tanta oscuridad.
Puede hacerse un tanto repetitivo, como sucede con la mayoría de juegos de esta misma índole.

En resumen

Un roguelike bastante atractivo que no goza de demasiada originalidad pero, a cambio, posee un muy buen sistema de combate, una progresión muy satisfactoria y una ambientación más que aceptable.