En estos días en los que muchos de nosotros nos ponemos a recordar tiempos pasados, queremos acariciar uno de esos títulos que demuestran que compañías que aún quedan en pie tienen un pasado memorable.
Este año 2015 nos dejará a muchos con grandes reencuentros con juegos de la vieja escuela – tanto secuelas como remakes-, además de muchos títulos indie que demuestran que nosotros, el público que quiere divertirse con videojuegos, es capaz de premiar el talento que se pone detrás de muchas creaciones, aunque sea simplemente con un par de personas y modestos presupuestos.
Vamos a hablar precisamente de uno de esos juegos en los que se notaban las buenas intenciones y sobre todo, un trabajo casi artesanal, de la mano de New Frontier, que sorprendió con un videojuego variado, completo y realmente divertido: Hostages.
Comienza la cuenta atrás
El videojuego programado por los españoles New Frontier (estudio que posteriormente se convertiría en Bit Managers) fue toda una sorpresa. El mismo año de su fundación la empresa barcelonesa sacó al mercado el videojuego para una multitud de plataformas: Acorn Electron, Acorn Archimedes, Commodore Amiga, Apple II GS, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, MSX, MS DOS, ZX Spectrum y Nintendo NES.
Alberto José González, cofundador de la empresa y un pluriempleado programador, compositor y diseñador gráfico, sirvió su talento al teclado para la banda sonora que acompañó al título que, como dijimos al principio, fue uno de los pioneros que sirvió como ejemplo a juegos como Doom otros shooters en primera persona que vinieron después.
Hostages era un juego de acción en primera persona con una variedad de situaciones realmente sorprendente para la época, ya que en el año 1988 nadie se había atrevido a recrear esta perspectiva con unos resultados tan buenos. Somos un grupo de seis hombres del grupo de intervenciones de la gendarmería nacional, con la misión de rescatar a todos los rehenes que han sido capturados. Algo que teníamos que realizar en varias partes diferenciadas, por lo que era como tener tres juegos en uno.
Nuestra misión consistía básicamente en colocar a los tres francotiradores en buenas posiciones para que a posteriori nos ayudasen a eliminar a los enemigos con más facilidad. El juego nos marcaba en el mapa el sitio adecuado al que debíamos acudir, y los hacíamos como si de un plataformas de scroll lateral se tratase, teniendo que esquivar las luces enemigas para que no nos disparasen.
Podíamos rodar, meternos por algunas puertas, ventanas y muros, o gatear para esquivar la multitud de luces con las éramos acosados, ya que era muy importante que sobrevivieran los tres francotiradores, que eran claves en la segunda fase del juego.
La segunda misión nos llevaba a ver cómo otros tres compañeros bajaban en rápel desde un helicóptero para que los francotiradores abatieran desde sus posiciones a los enemigos que aparecían por las ventanas, algo que lográbamos si movíamos el cursor y esperábamos el momento adecuado. Posteriormente y si despejábamos adecuadamente las ventanas, los compañeros bajaban desde la azotea y empezaba la tercera parte del juego, dónde jugábamos desde una lograda perspectiva en primera persona.
Íbamos avanzando por los pasillos y entrábamos en las habitaciones para buscar a los rehenes, pero los enemigos no ponían las cosas fáciles ya que iban bien armados, a la vez que en muchas ocasiones usaban a las personas como escudo. Si lográbamos apuntar bien, terminábamos con la amenaza y acabábamos la misión en la que una agobiante cuenta atrás nos ponía las cosas más y más difíciles en cada nueva misión.
La mejor versión fue la de Commodore Amiga, ya que las demás fueron adaptadas al hardware sobre el que se movían, llegando incluso una versión de NES que logró encapsular el alma del juego.
Los gráficos y sobre todo, las melodías que Alberto logró traspasar a los chips de Commodore Amiga, hablan de una brillante factura técnica y una música que lograba ambientar de manera muy acertada cada momento del juego. Cabe destacar que en el modo de primera persona, cuando avanzamos por los pasillos y el escenario se está moviendo, no se trata de ningún motor gráfico, sino de gráficos totalmente dibujados frame a frame, lo que no hace más que engrandecer el excelente trabajo de New Frontier.
Hostages fue muy bien recibido por la crítica y es uno de esos juegos que muchos recordamos con cariño. La variedad de situaciones excelentemente representadas hicieron que este videojuego fuera recordado en toda plataforma en la que apareció, y no muchos videojuegos en la historia pueden decir lo mismo.