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Asteroide Oumuamua: El astrofísico Avi Loeb cree que era una nave extraterrestre

El cuerpo celeste salió en los medios de todo el mundo. El asteroide alargado, con forma de cigarro, fue clasificado por los expertos como algo natural. Avi Loeb cree que es una sonda alienígena.

Seguro que recordaréis al asteroide Oumuamua, un extraño cuerpo interestelar, que acaparó las portadas y noticias de todo el mundo allá por 2017. Muchísimos científicos explicaron que se trataba de un cuerpo celeste natural, inusualmente particular en su forma, similar a la de un cigarro o puro. Otros creyeron que este objeto era la prueba de la vida extraterrestre que estábamos esperando. Ahora Abraham Loeb, astrofísico que ha presidido el departamento de astronomía de la Universidad de Harvard, cree que era una sonda extraterrestre, el primer contacto con una civilización alienígena. Y no nos hemos dado cuenta.

Oumuamua: primer contacto con una inteligencia extraterrestre

Sí, sabemos que todo suena un poco a Cita con Rama, la novela de ciencia ficción de Arthur C. Clarke que relata el contacto de la humanidad con lo que parece un asteroide y acaba siendo una nave extraterrestre. Pero es que Loeb, que no es un nerd ufólogo cualquiera, cree que estamos ante el primer contacto con una civilización alienígena.

Loeb, que ha presidido el departamento de astronomía de una de las universidades más prestigiosas del planeta y que ha colaborado estrechamente con científicos como Stephen Hawking en libros, conferencias y proyectos varios. Pero, ¿por qué un científico reputado y con una carrera consolidada decide hablar de extraterrestres y naves o sondas espaciales? Loeb se ha extrañado por determinados aspectos relacionados con la trayectoria y el rumbo de este objeto, que no cuadra con las predicciones o los caminos que debería haber tomado.

Como explican en Gizmodo, cuando la humanidad descubrió el asteroide, este llevaba cierto tiempo dentro del Sistema Solar. ¿Cómo un objeto tan grande, de unos 798 metros de largo, puede pasar tantos meses o años sin detectar? Bueno, los sistemas de detección no son demasiado precisos, y cuesta bastante detectar e informar tempranamente de un objeto tan pequeño, y más complicado aún radiografiarlo con cierto detalle. Cuando fuimos conscientes de la existencia de Oumuamua, este asteroide llevaba una trayectoria de aproximación al Sol. Y aquí viene la principal rareza de este caso: contra todo pronóstico, el asteroide aceleró y cambió su trayectoria para salir disparado hacia el espacio profundo. El asteroide se detectó por primera vez en octubre de 2017, cuando se encontraba a una distancia de unos 33 millones de kilómetros de la Tierra. Acto seguido, rodeó el Sol y salió despedido hacia los confines de nuestro Sistema Solar. Con los datos en la mano, podemos decir que Oumuamua es el objeto que ha hecho una entrada más profunda en nuestro Sistema Solar. Parece que la ruta que ha seguido ha sido acceder entre el Sol y la órbita de Mercurio, a una velocidad bastante elevada, y eso es un dato bastante significativo.

Normalmente, los objetos más pequeños, como los planetas enanos y los cometas, adoptan una ruta más o menos errática que sigue la órbita de los cuerpos más grandes. Sin embargo, Oumuamua atravesó, por así decirlo, los recorridos habituales de Mercurio y el Sol. Los datos combinados del telescopio Hubble y de varios telescopios terrestres de la ESA y la NASA, demuestran que este objeto hizo esta maniobra a una velocidad mucho mayor de lo esperado. Sí, quizás no de forma exagerada, como la que se puede ver un film de ciencia ficción, pero sí particularmente sospechosa. Loeb apunta a que únicamente los cometas siguen este tipo de comportamientos inusuales o impredecibles. Los cometas son objetos que están hechos de polvo, hielo y rocas que entran en combustión cuando se acercan a las estrellas, calentándose la superficie, sublimándose el hielo y creando la cola de gas y polvo que vemos a sus espaldas. Quizás la gasificación pudo influir en el cambio de trayectoria y el aumento de velocidad, pero Oumuamua no dejó ninguna estela visible.

Loeb cree que la trayectoria seguida por el cuerpo era muy extraña incluso para un cometa

Y es por eso que Avi Loeb defiende que la única explicación plausible es que Oumuamua era una avanzada sonda creada por algún tipo de civilización o inteligencia extraterrestre. Este científico ya dejó caer esta posibilidad en 2018, desarrollando una hipótesis en la que comparaba la potencia y los sistemas de propulsión de las sondas LightSail con los que habría salido Oumuamua de nuestros radares. Este hecho, significativo al estar respaldado por un brillante científico, hizo que el SETI estuviera rastreando al cuerpo celeste durante meses intentando captar algún tipo de transmisión electromagnética o elemento discordante. Desgraciadamente, no se encontró nada. "Considerando un origen artificial, una posibilidad es que Oumuamua sea una nave ligera, que flota en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico más avanzado", se excusó el catedrático de Harvard hace unos años en un artículo que podéis leer aquí. Muchos han considerado que la opinión de este científico está plagada de inexactitudes, datos poco contrastados y problemas varios. Las críticas le han llovido por todos lados, y algunos colegas creen que detrás de todo se encuentra un interés comercial de cara a su proyecto con velas solares y a la idea de vender más libros sobre civilizaciones extraterrestres y contactos con las mismas. Pero Loeb se ha defendido y una otra vez.

"Las críticas no me sorprenden. Si le muestras un smartphone a un hombre de las cavernas que solo ha visto rocas toda su vida acabará llegando a la conclusión de que el móvil solo es una piedra especialmente rara y muy pulida. Necesitamos tener la mente abierta si queremos descubrir cosas nuevas", proseguía. Tanto Loeb como su equipo creen que hay que abrirse a nuevas posibilidades, y que muchos colegas tienen miedo de errar, ser controvertidos o pensar distinto por temor a que sus carreras se trunquen, se plaguen de titulares sacados de contexto y eso los lleve a no tener becas ni financiación externa por excéntricos. Pero no está solo. Hay un número creciente de astrónomos, como la experta en asteroides y cometas Natalie Starkey, que piensa que la idea de que Oumuamua sea una sonda de origen artificial es una hipótesis a considerar. En cualquier caso, y aunque cree que este asteroide o sonda no volverá a aparecer en nuestro Sistema Solar, Loeb no desistirá en su empeño a la hora de seguir buscando evidencias de la existencia de extraterrestres. Y será mejor que se pongan las pilas, pues nunca se sabe en qué momento pueden llamar a la puerta y montarnos una buena.