Los mejores del 60 al 21
Los mejores del 100 al 61
20. Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito
19. Silent Hill 2
18. Jak and Daxter
17. Kingdom Hearts
16. Okami
15. Gran Turismo 4
El eterno modo Gran Turismo de costumbre y un original Photo Mode en el que poder realizar espectaculares fotografías a los fabulosos diseños de los coches, más y mejor sin revolucionar la infalible formula, cuya única novedad posible que aportar a la saga para que esta no se estanque es la inclusión del modo online, algo que no se consiguió en esta cuarta entrega pero que en la próxima primavera todo los usuarios de PlayStation 3 podrán probar y juzgar si la espera ha merecido la pena. Hasta esa fecha unánimemente aclamado como el mejor simulador automovilístico de la historia, un cetro que los chicos de Polyphony Digital van a vender caro visto el mimo con el que tratan a su saga y sus cuatro años de desarrollo entre cada entrega, un tiempo que pocas compañías se pueden permitir pero que Polyphony al ser el ojito derecho de Sony gracias a las millonarias ventas de Gran Turismo sí se pueden permitir.
14. Final Fantasy X
13. Devil May Cry
Una pena que los usuarios europeos no pudiésemos disfrutar de este juego en toda su plenitud debido a la desastrosa conversión al formato PAL que recibimos, con un descenso de la tasa de imágenes por segundo que lastraban la genial jugabilidad del original y una imagen deformada por unas enormes bandas negras. Qué lejos parece que quedan aquellos tiempos en los que una mala conversión de un juego a nuestro formato de imagen podía chafar todo el trabajo de sus creadores originales, y este caso es uno de los más recordados por todos los jugadores. Esperamos que para resarcirnos Capcom, a la que le gusta mucho realizar remakes de sus juegos, algún día nos den la oportunidad de disfrutar a los sufridos jugadores europeos de una versión que haga justicia a Devil May Cry, cuyas secuelas no supieron superar la genialidad del original.
12. God of War II
11. GTA Vice City
10. Ico
9. Final Fantasy XII
8. Gran Turismo 3
7. Metal Gear Solid 3
6. Grand Theft Auto 3
5. Pro Evolution Soccer (saga)
4. God of War
3. Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty
Con un desarrollo sorprendente en el que Snake no era el protagonista, con una historia compleja, densa, llena de giros y para algunos incomprensible hasta para su mismo creador, toda una genialidad y una locura a la vez, pero pura diversión aunque con muchos detractores debido a la exagerada cantidad de diálogos y escenas de vídeo, siendo por momentos más una película interactiva que un videojuego, con unos niveles de producción nunca vistos, todo adornado con una banda sonora de ensueño. Como todo lo que acompañó a este juego su salida en España no estuvo exenta de polémica, por la no inclusión de la opción 60 Hz y por no venir doblado al castellano como si lo fue su anterior entrega, algo que causó mucho revuelo y que dio pie a situaciones surrealistas en las que hasta se realizaron llamadas telefónicas por parte de algún forero al actor de doblaje de Snake en la primera parte, Alfonso Vallés, para preguntarle si iba a participar en la segunda entrega. Una anécdota que de solo recordar se nos dibuja una sonrisa, polémica esta del doblaje que acompaña siempre al lanzamiento de cada nueva entrega de la serie en nuestro país. En resumidas cuentas un juego mítico, discutido por muchos pero disfrutado por todos, nunca un juego dio tanto que hablar.
2. GTA San Andreas
1. Shadow of the Colossus
Los favoritos de la redacción
Sería injusto no considerar mi juego favorito de PS2 la saga Pro Evolution Soccer, ya sea durante largas tardes y noches acompañado de los amigos, ya sea jugando solo en las frías tardes de domingo mientras escuchaba Carrusel deportivo, es sin duda el juego al que más horas he jugado nunca y por tanto el que más diversión me ha proporcionado. Su perfecta jugabilidad, aunando un gran realismo y la máxima diversión, es uno de esos juegos de los que no te cansas de jugar, y cuando tienes rivales a tu altura menos todavía ya que se pierde la noción del tiempo jugando partidos que siempre son el último pero que acaban teniendo su respectiva revancha. Para valorar los Pro de PS2 en su justa medida hemos tenido que jugar las entregas de nueva generación para comprobar que pese a su mejora técnica como juegos son peores, demostrando que ni la propia Konami ha sabido mejorar los monstruos que creí.
Final Fantasy X
Elegir otros dos del inmenso catálogo de la consola se me hace muy difícil, y para elegirlos voy a usar más el corazón que la cabeza. Uno de ellos sería Final Fantasy X que objetivamente sé que no es el mejor RPG de PS2, pero sí es al que más he jugado y del que guardo mejor recuerdo con una partida que superaba ampliamente las 100 horas de juego, cosa que no me ha pasado nunca con ningún otro juego de rol, gracias a su ingente cantidad de búsquedas secundarias y lo adictivo de estas. Horas y horas de entretenimiento con Tidus y compañía que para muchos, ya que soy consciente de no ser el único, este Final Fantasy es de los mejores, ya que ninguno posterior de momento lo han superado, y alguno anterior tampoco es mejor, un juego con un innegable carisma y un "algo" especial difícilmente explicable.
Metal Gear Solid 3
Y por último me cuesta decidir entre los dos Metal Gear ya que fueron dos juegos que me entusiasmaron, pero me quedo con Metal Gear Solid 3, un juego que me conseguía sorprender a cada momento; con sus geniales diálogos, lo variado de las situaciones, sus giros argumentales, los infinitos guiños y curiosidades plagados de referencias a la cultura en los años de la guerra fría y como no su emotiva historia que me parece de las más redondas y emotivas vistas en juego alguno. Recorrer la jungla junto a Big Boss no pudo ser más emocionante, cuya historia nos dejo asombrados a todos, contando en su haber con unos de los mejores finales de la historia de los videojuegos, tanto por su combate final, mítico, como por el perfecto broche a la historia. Una muestra más de lo genial que puede llegar a ser Hideo Kojima, uno de los pocos autores en esto de los videojuegos con un sello propio y reconocible, que esperemos nunca abandone definitivamente la saga como siempre amenaza, y que si lo hace, que la saga se acabe con él.
Jorge Cano
Como aficionado a los juegos de velocidad obviamente Gran Turismo, especialmente la tercera parte, fue "mi juego" para PlayStation 2, pero quizás el juego que objetivamente más me tuvo enganchado, en relación a su verdadero "tamaño" o "contenido", como se dice tanto ahora, fue Burnout. Desde que el juego fue portada en la Edge capturó mi atención, y una vez lo tuve en mis manos, por suerte unos cuantos días antes de su lanzamiento, me cautivó su extraordinaria sensación de velocidad y su espíritu arcade, al que ningún juego de la generación se le acercaba en ese momento, tras la decepción que supuso Ridge Racer. Al contrario que las siguientes entregas, chocar, o mejor dicho, evitar chocar era algo muy importante, y la barra de turbo se usaba, como mucho, una o dos veces por carrera. Era esencial no chocar y aprovechar cada segundo para hacer locuras y así lograr turbo y conseguir acabar las carreras. El juego era tremendamente exigente, de hecho, y el modo campeonato estaba pensado de manera especialmente retorcida. En los niveles más difíciles, solo valía quedar primero. Tan adictivo era por este motivo, que acabábamos recordando con qué furgoneta habíamos chocado (el tráfico siempre era el mismo) para tenerla en cuenta en el próximo reintento.
Ico
Como ya mencionamos en la reseña anterior, Ico fue uno de esos primeros juegos que llegaron a hacer pensar a algunos "temerarios", en aquel 2002, que los videojuegos se estaban convirtiendo en un arte. Y el juego no solo era artísticamente extraordinario, también era técnicamente uno de los juegos más impresionantes del momento, especialmente por ciertos detalles (el molino reflejándose en el agua cerró unas cuantas bocas que hablaban demasiado sobre la potencia de PlayStation 2). Jugablemente nos "obligaba" a combinar puzle, plataformas y acción, esta última a veces desesperada, cuando las almas oscuras estaban a punto de llevarse a nuestra princesa. Pero sobre todo, esa combinación entre arte y jugabilidad, junto con esa extraña capacidad para sumergirnos en ese mundo desconcertante, lo convierten para mí en uno de los mejores juegos de PlayStation 2.
Metal Gear Solid 2
No recuerdo cuántas veces vi aquel tráiler, a una resolución descomunal para la época, en el que Snake caminaba por el puente de Brooklyn apurando un cigarro, se ponía a correr bajo la lluvia, activaba su camulfaje óptico y se lanzaba sobre aquel malogrado petrolero. Por desgracia, el resto de juego no fue como la demo. Aunque tras una primera hora extraordinaria comprobando de qué iba técnica y jugablemente la todavía por aquella nueva generación, nos veíamos obligados a controlar a un querubín inseguro, en las antípodas de antihéroe duro que representaba Snake, el juego marcó un nuevo hito en el género, aunque no tenía mucha competencia, y también en cómo contar una historia en un videojuego, y en algunos momentos en cómo no contarla. Como decimos páginas atrás, no dejó a nadie indiferente, y al contrario que Metal Gear Solid 3, su superior secuela, rejugarlo da mucha menos pereza.
Pablo Grandío
Aunque decidir entre SOTC e ICO es complicado, personalmente me quedo con las aventuras del joven solitario y su caballo por varios motivos. En primer lugar, por crear una secuela que mantenía toda la "magia" de ICO a partir de una historia completamente nueva -los lazos de unión son casi anecdóticos-, narrada de una forma atípica en los videojuegos. Los pocos diálogos de SOTC hacían volar la imaginación para rellenar los huecos de la historia que no se contaban.
En segundo lugar, el juego rompió muchos esquemas tradicionales al prescindir de enemigos genéricos y dar todo el protagonismo al héroe, su caballo y 16 colosos en un enorme mundo abierto que explorar. Y lo que podía haber salido mal, creo que ha dado como resultado uno de los juegos más inmersivos que recuerdo.
Y por último, por contar con una ambientación épica gráfica y sonora -compuesta por Kow Otani- de excepción, que sólo la ambición de este proyecto, a pesar de las limitaciones del hardware de la consola, ha conseguido transmitir. Es un título que recomiendo experimentar por uno mismo, ya que las sensaciones que produce no se pueden explicar fácilmente.. Una obra de arte por la que no pasa el tiempo.
Metal Gear Solid 3 Subsistence
Aunque cada jugador posee un favorito dentro de la saga Metal Gear, para mí posiblemente Snake Eater, y en concreto su versión definitiva, Subsistence, es la entrega más redonda de los juegos dirigidos por Hideo Kojima.
Si bien MGS cuenta quizá con algunos de los personajes más carismáticos de la saga, MGS2 fue una revolución técnica y tuvo giros imprevistos en la trama, y MGS4 supuso el reencuentro de todos los héroes y villanos posibles y tuvo la difícil tarea de poner punto final a la historia, MGS3 contó con el carisma sin igual de Big Boss y The Boss, posiblemente uno de los mejores dúos interpretativos que recuerdo, además de mostrar la evolución del joven Revolver Ocelot, quizás el auténtico protagonista de la historia, desde sus inicios. Tiene además uno de los combates más impactantes que recuerdo: la batalla contra The End.
Gracias a las innovaciones jugables de esta entrega -como el camuflaje, la alimentación o el sistema de curas-, y las que llegaron con Subsistence -la más importante, el modo online- y las difícilmente olvidables secuencias de la tortura, persecuciones y final, lo convierten en un imprescindible de PS2.
God of War II
Aunque durante mucho tiempo pensé que Dante reinaría fácilmente en el género del slash´em up, esos juegos en los que lo importante es acabar con las oleadas de enemigos encadenando los combos más dañinos posibles, fue Kratos quien supo dominar el arte de la guerra con mayor maestría.
Tras una primera entrega sobresaliente, Santa Monica lanzó en 2007 God of War II, que asestó un puñetazo en la mesa gracias a multiplicar todas las virtudes que habían hecho de las aventuras del Fantasma de Esparta una leyenda, manteniendo además en vilo a millones de jugadores en espera de GoWIII, que pondrá fin de este duelo entre dioses, titanes y Kratos en la mitología griega.
Acción brutal, variedad de armas y ataques especiales, enemigos épicos, localizaciones descomunales, una ambientación e historia muy superior al nivel medio del género, gráficos de infarto y una potente banda sonora son algunas de las cartas de presentación de GoWII, que además supo incluir fases de plataformas y puzles renovando el género cuando mostraba signos de estancamiento y creíamos haberlo visto todo en juegos de acción. Espectacular y divertido a partes iguales, ha sido, sin duda, el merecido broche de oro para el catálogo de PlayStation 2.
Ramón Varela
Quizás no sea uno de esos títulos indiscutibles, en términos absolutos, que pueblan el catálogo de la veterana PlayStation 2, pero esta creación de Tim Schafer tiene algo especial. Se trata de que el juego no respeta el canon, se sale de los límites impuestos por las convenciones más establecidas en la industria, y logra descolocar, sorprender, y crear nuevas sensaciones. Esta búsqueda continuada de lo heterodoxo le lleva a tener altibajos en su desarrollo, pero no en su singularidad artística y en su marcado sentido del humor, que son marca de la casa.
Recuerdo, especialmente, las sensaciones de sorpresa en la primera partida, y ver cómo Schafer juega contigo pero, sobre todo, cómo consigue que sea el jugador el que se deje llevar de la mano, como sucede en las mejores obras. Tim Schafer ha hecho juegos que son, posiblemente, mejores, pero la sensación de que ha habido una amplia libertad creativa en este juego en concreto llevaba mucho tiempo sin saborearse.
El guión resulta cuidado, muy por encima de la media, sobre todo en lo que, en el fondo, no deja de ser una aventura de plataformas, con una jugabilidad que está siempre darle una nueva vuelta de tuerca a su propio concepto. Nacido, en un primer momento, como exclusividad para Xbox bajo el auspicio de Microsoft, que ésta abandonará la producción permitió a Double Fine (tras los problemas iniciales) convertirlo en un título multiplataforma, por lo que los usuarios de PC y PS2 (la conversión corrió a cargo de Budcat Creations) tuvieron mucha suerte. Cuando la originalidad no tiene el freno de cumplir con ideas preconcebidas entonces llegan videojuegos como éste.
Dragon Quest: el periplo del rey maldito
Tuvo que ser PlayStation 2. La saga nació en Famicom (NES), continuó en Super Famicom (SNES) y dio el paso a PlayStation, pero no fue hasta octava entrega cuando por fin se estrenó en Europa. Desde entonces, varios remakes han llegado a Nintendo DS, y esperamos la novena entrega (también para la portátil), pero el camino en nuestra región lo abrió este título. Con un estilo visual desenfadado, en la línea de la serie, gracias a los diseños de Akira Toriyama, el uso de la técnica cel-shading, y una clara preferencia por la jugabilidad más clásica son algunas de sus señas de identidad.
Y es que los aficionados al rol llevábamos años importando estos juegos de América (el japonés sigue siendo una gran barrera), con todos los dolores de cabeza de la importación (en una época donde no era tan fácil como comprar por Internet), no saber si iba a funcionarte bien... Así que el hecho de que esto nos llegase hasta la puerta de casa, y en castellano, fue todo un regalo digno de recordar, y una sensación novedosa, dentro del clasicismo imperante en la serie.
No en vano, éste es uno de los adalides del rol japonés más añejo, capaz de hacer que el país nipón se detenga, y con una aventura épica, de gran extensión, que nos mostró, por fin, la veterana saga creada por Enix que durante tantos años habíamos anhelado, y, además, con una de las entregas más destacada de esta serie, poco prolija. Yuji Horii y Akira Toriyama unieron fuerzas una vez más en la creación de este videojuego que, aunque nos llegó con dos años de retrasó (se lanzó en 2004 en Japón), bien valió la pena esperar.
Okami
Muchos son los desarrolladores que han admitido cierto grado de admiración por Zelda, pero pocos son los proyectos que han seguido su estela, y menos los que lo han hecho con dignidad. Cuando el -lamentablemente- ya desmantelado estudio Clover, de Capcom, apostó por Okami, estaba claro que Hideki Kamiya sabía muy bien lo que se hacía. Un mundo de leyenda, y un trabajo técnico y artístico a la altura, junto a un protagonista tan extraño como encantador y carismático: un lobo blanco que esconde a toda una deidad.
Okami es uno de esos juegos que te enamoran nada más verlo, gracias a su fuerte personalidad. Y la primera vez en muchos años que disfrutaba del mismo modo que con un Zelda en un juego que no es de esta saga, razón por la que volví a jugarlo con la misma frescura cuando se lanzó en Wii, y todos sus valores se mantenían intactos. Acertaron de pleno a la hora de crear este juego, y es uno de esos títulos que no pueden dejarse pasar.
La gran pena fue que no se molestasen en traducirlo al español (incomprensiblemente, tampoco se hizo en su paso a Wii, un año más tarde), por lo que no todo el mundo pudo disfrutarlo como se merecía. Y es que ante una aventura tan llena de emociones y de buenos elementos jugables, cuesta, y mucho, perdonar tan poca atención a nuestro mercado; sin embargo, manejar a Amaterasu, el lobo celestial, y su pincel mágico, dar nueva vida y color al mundo, y enfrentarnos a los terribles demonios que lo asolan, es toda una experiencia. Dentro de poco nos llegará una nueva entrega, en esta ocasión para Nintendo DS.
Daniel Escandell
Cuando el primer Devil May Cry debutó en el país del Sol Naciente, en pleno verano de un ya lejano 2001, muchos fuimos los que ya vislumbramos la hazaña que este juego había conseguido: re-adaptar los clásicos arcades beat’em-up 2D (popularmente conocidos como "yo contra el barrio") de toda la vida a las siempre difíciles tres dimensiones, añadiendo además determinados elementos de exploración y puzles. Algo así tan sólo lo podía conseguir una veterana compañía como Capcom, abanderada en la época dorada del género de muchos de ellos –King of Dragons, Final Fight, Cadillac & Dinosaurs, Knight of the Round, etc.-, y mediante dos padrinos de lujo al mando de todo, Hideki Kamiya y Shinji Mikami, director y productor ejecutivo respectivamente.
Con un apartado técnico realmente apabullante que despejaba todo tipo de dudas acerca de una aún incipiente PS2, ante nuestros ojos desfilaban inmensos entornos 3D tales como un gran coliseo o un suntuoso castillo medieval, todo ello con una marcada ambientación gótico-tenebrosa –elementos arquitectónicos, inspirados en el gran Gaudí incluidos- y con una fluidez pasmosa gracias a las 60 imágenes por segundo. Todo un tour de force visual que se complementaba perfectamente con una grandísima jugabilidad marca de la casa.
Así es como nació el chulesco caza-demonios Dante Sparda, en su eterna lucha contra todo tipo de malignas criaturas del averno, y así es como se convirtió rápidamente en todo un éxito (con más de dos millones de copias vendidas), dando lugar a una prolífica saga que cuenta con cuatro entregas a día de hoy.
Klonoa 2: Lunatea's Veil
La saga Klonoa nació a finales de 1997 en la que era por aquel entonces la máquina predilecta de Namco: Playstation. Klonoa realmente nunca tuvo la intención de competir con los grandes exponentes del género ni de revolucionar o re-inventar las plataformas. La compañía de Pac-Man se limitó a crear un delicioso arcade de plataformas siguiendo el clásico desarrollo 2D que todos hemos jugado cientos de veces en los Sonic, Mario, Alex Kidd o Wonderboy –por citar algunos ejemplos significativos- pero a la vez dotando al juego de un fastuoso entorno 3D que se movía con una fluidez pasmosa y que dio como resultado un brillante plataformas 2’5D. Y pese a que no tuvo demasiada repercusión en su momento, como los buenos vinos, fue ganando con los años e incluso tuvo hace poco un gran remake en Wii.
La secuela, titulada Klonoa 2: Lunatea’s Veil (finales 2001) reprodujo fielmente la mecánica jugable de su antecesor con la consiguiente mejora gráfica, consecuencia directa de correr en un hardware netamente superior a la primera consola de Sony. El resultado fue nuevamente un encantador plataformas que destilaba coloristas escenarios, entrañables personajes bañados en cel-shading, dulces melodías, y una jugabilidad plataformera muy sencilla con apenas un par de botones, salpicada de algunos pequeños rompecabezas (usando la habilidad de nuestro felino protagonista de atrapar durante algunos instantes a los enemigos cercanos) que completaron un gran juego. Y es que pese a no ser muy conocido, supone una pequeña y mágica maravilla dentro del catálogo de PS2.
Prince of Persia: las arenas del tiempo
Si ya existiera un hipotético manual que nos explicara cómo realizar perfectas adaptaciones de juegos 2D a 3D, no nos cabe duda de que este juego ocuparía un lugar privilegiado en dicho libro. Y es que tras el primer intento fallido de llevar esta legendaria saga a las siempre complicadas tres dimensiones (Prince of Persia 3D, 1999), Ubi Montreal dio toda una lección magistral, realizando un soberbio juego que supo captar todo el espíritu del original de Jordan Mechner, actualizándolo además sabiamente con nuevos elementos.
De este modo, todos aquellos que pudieron disfrutar en las navidades del 2003 de este título, se encontraron con una fantástica aventura con muchas dosis de acción, y con un claro corte clásico que nos sumergía en exóticos y embriagadores paisajes orientales de bello diseño y ricos en detalles, sacados directamente de las mil y una noches. La perfecta combinación entre plataformas, pequeños rompecabezas y combates, encontraba su punto original en el arma principal, denominada "daga del tiempo", con poderes mágicos… una suerte de "tiempo bala" que nos permitía retroceder algunos instantes en el tiempo para enmendar un mal salto, movimiento o ataque enemigo que de otro modo llevarían irremisiblemente a la muerte del protagonista.
El gran éxito del juego llevo a la compañía gala a realizar dos entregas más: El Alma del Guerrero y Las Dos Coronas en los años siguientes, culminando así una fabulosa trilogía en Playstation 2 denominada como el primer juego, Las Arenas del Tiempo.
Jose Miguel Rubio