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Gamescom Project Morpheus

Nos enfundamos el casco de realidad virtual de Sony para confirmar que la tecnología está aquí, y que ahora sólo faltan los juegos.

La realidad virtual fue como el sueño del hombre que quería pisar la Luna. Muchos años intentándolo sin que estuviese disponible la tecnología necesaria, y seguramente, hasta alguno murió por el camino hasta que llegó. Ahora, con Oculus Rift y con Project Morpheus podemos decir que la inmersión es posible, a pesar de que todavía hay mucho margen de mejora.

En la gamescom nos hemos podido enfundar el casco de realidad virtual de Sony, llamado Project Morpheus precisamente porque todavía es un mero proyecto.

Sony tiene desarrolladas una serie de demos con las cuales podemos experimentar qué es esto de la realidad virtual, y lo cierto es que es raro no salir sorprendidos por la inmersión que suponen.

Como ya sabéis, Project Morpheus puede funcionar con el DualShock 4 y con PlayStation Move, aunque, obviamente, la inmersión que ofrece los controles de movimiento está por encima de cualquier otra cosa. Esto se hace particularmente latente en la demostración medieval, en la cual podemos utilizar diferentes armas con estos mandos. Pero vamos poco a poco.

Ponerse Project Morpheus es un pequeño proceso, ya que tenemos que ajustarlo –o hacer que los chicos de Sony nos lo ajusten– para poder verlo nítido. El casco tiene unas lentes entre nuestros ojos y la pantalla que si no están a la distancia adecuada harán que la imagen se emborrone. Este proceso es muy sencillo, y básicamente movemos el visor del dispositivo hasta que lo veamos bien y le damos el OK a la persona que nos acompaña para que nos ajuste Project Morpheus a la cabeza.

El dispositivo es comodísimo, y salvo que hagamos movimientos bruscos con la cabeza –algo que no recomendamos, ya que lo descolocaríamos–, apenas notamos que lo llevamos puesto. El sistema de sujeción nos parece muy acertado, y Project Morpheus no nos supuso ninguna molestia o carga durante el rato que estuvimos con él. ¿Cansará o molestará durante largas sesiones de juego? No lo sabemos, pero podemos estar cómodamente con él para partidas de media hora sin que siquiera lleguemos a "notarlo".

Una vez colocado, ya estamos dentro. Si habéis probado algún dispositivo de éstos, sabréis que la inmersión es prácticamente automática y absoluta. De hecho, si habéis probado el Oculus Rift original, tanto el nuevo modelo de Oculus Rift como Project Morpheus son otro mundo gracias a la mayor resolución de sus pantallas. Mientras que la resolución el primer Oculus se queda ya bastante atrás –casi parece que juguemos a una Game Boy, exagerando un poco–, ahora obtenemos una calidad parecida a la de jugar en una pantalla actual.

No vemos los píxeles con claridad como en el Oculus original, pero tampoco es una claridad "Retina" –por usar el término acuñado por Apple– que podamos confundir con la vida real. Es decir, sigue siendo un juego, pero la experiencia es ahora muchísimo más inmersiva, más creíble y pensamos que más cercana a lo que la gente espera. Si bien en todo momento eres consciente de que estás jugando, no hay duda de que con la calidad de imagen de Project Morpheus te sientes dentro, viendo todo a "escala real". Es decir, tú en tu televisor ves las cosas en función del tamaño de la pantalla, mientras que aquí si estás en un castillo de 20 metros de altura, ves un castillo de 20 metros de altura rodeándote.

El siguiente paso es la mencionada inmersión con PS Move. Con uno en cada mano, podemos, en la demostración medieval, coger espadas y atacar con ellas. Se nota que todo es una demostración técnica, pero es genial mirar hacia los lados, agarrar el arma de turno y liarte a espadazos con el muñeco que nos ponen frente a nosotros. Como ya sabéis –lo habéis podido probar con varios juegos en PlayStation 3–, el Move es muy preciso, y poder tener control sobre tus manos en tiempo real con el casco de realidad virtual es todavía más positivo para sentirnos dentro.

PS Move reconoce cualquier movimiento que hagamos con él y lo traslada en pantalla, y se refleja prácticamente sin retraso ninguno en Project Morpheus. Pudimos trastear con espadas, con mazas de cadena –cuyas físicas respondían perfectamente a nuestros movimientos– y con una ballesta, y siendo sinceros, estábamos tan metidos que echamos de menos que, por ejemplo, el mando vibrase para ofrecernos algún tipo de "respuesta". Es decir, estás tan dentro del juego que parte de tu subconsciente piensa que tienes la maza en la mano, y que ésta te ofrezca algún tipo de resistencia al moverse. Es curioso, cuanto menos.

La "escala" que comentábamos anteriormente es algo que puede dar muchísimo juego en el futuro. La demo medieval termina con un dragón que echa a volar y se planta ante nosotros, y aun sin estar demasiado bien hecho técnicamente hablando, impone. Por muy virtual que sea, estás viendo una criatura de cinco o seis metros de altura ante ti, que te ruge y se acerca a ti para finalmente comerte, y nosotros tuvimos que hacer un esfuerzo por decirle a nuestro cuerpo que no hiciera ningún acto reflejo que nos avergonzase delante de toda la gente que presenciaba la demostración.

La tecnología está ya aquí. ¿Lo está el público y los juegos?

Los que hayáis podido probar el Oculus Rift original, sabréis que tenía un gran potencial, pero que la resolución que mostraba no era quizás la más adecuada para sentirnos totalmente dentro. La de Project Morpheus –que es la misma que la del nuevo Oculus Rift, 960x1080p por ojo– ya es mucho más "creíble" a la hora de sumergirnos en los nuevos virtuales, y es realmente sorprendente lo natural que resulta sentirse dentro de un videojuego con este casco y un par de mandos.

No sabemos si la gente estará preparada para esta tecnología, y es cierto que hay juegos que no creemos que puedan adaptarse a Project Morpheus, pero sí que hay muchos géneros y experiencias –no necesariamente jugables– que pueden funcionar a la perfección y un público deseando probarlo. De hecho, esperamos que Sony permita probar este dispositivo en tantas ferias como sea posible, ya que es muy difícil de explicar lo que ofrece, cómo te "desconecta" del mundo real. Como jugadores de toda la vida, el estar dentro de un videojuego es algo con lo que todos hemos soñado en algún momento, y con Project Morpheus hoy nos hemos sentido dentro de uno.

Colaborador