Friends lleva más de dos décadas convertida en una de las series más icónicas de la televisión, un fenómeno global que todavía hoy se mantiene entre los títulos más vistos en plataformas como HBO Max. Sin embargo, su legado no está exento de controversia. Lo que en los años noventa se consideraba humor blanco y accesible, en la actualidad se revisa con una mirada mucho más crítica. La última en señalarlo ha sido Zoë Kravitz, actriz de renombre internacional que no ha dudado en subrayar los aspectos más problemáticos de la sitcom.
Durante una entrevista con People para promocionar su película Bala perdida, ambientada en la década de los noventa, Kravitz abordó la influencia de Friends, que precisamente vivía su momento de mayor popularidad en esos años. Para la actriz, el contraste entre la nostalgia de aquella época y el presente es evidente: “Si ves Friends ahora, piensas: ‘¡Guau!’”, afirmó, refiriéndose a los chistes de tono homofóbico que, según ella, deberían quedarse anclados en su contexto histórico y no reproducirse en el audiovisual actual.
El revisionismo cultural
Las críticas no son nuevas. En los últimos años, tanto críticos televisivos como nuevos espectadores han revisado la serie con mayor sensibilidad hacia temas de género, diversidad y representación.
Entre los elementos más cuestionados están los chistes sobre la orientación sexual del padre de Chandler, las bromas sobre la bisexualidad o las constantes referencias a la masculinidad “comprometida” de los protagonistas. Para muchos, detalles invisibles en los noventa hoy resultan incómodos o directamente ofensivos.
Kravitz no estuvo sola en su valoración. Su compañero de reparto Austin Butler respaldó la idea de que ciertas bromas deben dejarse en el pasado. Ambos coinciden en que el revisionismo cultural no busca borrar la historia televisiva, sino señalar qué aspectos no deben repetirse. El debate, de hecho, no es exclusivo de Friends: otras series de éxito como How I Met Your Mother o The Office también han sido cuestionadas por reproducir estereotipos que hoy generan rechazo.
Contexto y legado
Pese a todo, muchos expertos en cultura pop defienden la necesidad de contextualizar. Tal y como apuntan académicos en medios de comunicación, Friends refleja las normas sociales y culturales de su tiempo. Ver la serie con los ojos de hoy sin tener en cuenta ese marco puede llevar a juicios simplistas. La clave estaría en un equilibrio: disfrutar de la comedia generacional y, al mismo tiempo, no ignorar las limitaciones de su representación.
Lo cierto es que el caso de Friends ilustra cómo la televisión no solo entretiene, sino que moldea percepciones colectivas. Las críticas de Zoë Kravitz ponen de relieve una cuestión central: las obras del pasado se mantienen vivas gracias a la relectura constante. Y aunque su humor pueda chirriar en ciertos aspectos, también ofrece una oportunidad para entender cómo ha cambiado la sensibilidad social en apenas tres décadas.















