San Diego Comic-Con Málaga 2025 abrió sus puertas el jueves 25 de septiembre con un arranque que ya se percibe como histórico para la ciudad. El Palacio de Ferias y Congresos (FYCMA), convertido en un auténtico templo pop de 80.000 metros cuadrados, recibió a más de 25.000 personas en su primera jornada, certificando con cifras y entusiasmo que la capital de la Costa del Sol no solo estaba preparada para acoger el desembarco europeo del evento, sino que lo ha abrazado con la pasión propia de los grandes estrenos.
El fenómeno Comic Con llega a Málaga: 25.000 personas abarrotan la primera jornada
Para los visitantes de esta convención, que sale por primera vez de Estados Unidos en toda su historia, había de todo: tiendas, exposiciones, figuras limitadas, cosplay. Y colas. Muchas colas. De hecho fueron las colas una de las grandes quejas y temas de conversación durante el evento. Pero el verdadero pulso de la convención, sin embargo, estuvo en las salas y auditorios, donde miles de asistentes se dejaron llevar por un programa inabarcable. En el Hall M, Luke Evans, Aaron Paul y Pedro Alonso protagonizaron uno de los momentos más esperados al reflexionar sobre la transformación de los héroes y villanos en la ficción contemporánea.
Paul recordó cómo Jesse Pinkman, en Breaking Bad, encarnaba esa ambigüedad moral que hoy resulta casi imprescindible, mientras que Alonso, con Berlín de La Casa de Papel, destacó la atracción del público hacia personajes contradictorios. Evans, por su parte, no solo habló de su recorrido en Hollywood, sino que dejó caer un anuncio enigmático: su regreso a La Bella y la Bestia en una nueva adaptación musical.
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Las charlas se sucedieron a un ritmo trepidante. Robert Valley y Rodrigo Blaas defendieron la animación independiente frente a los dictados del mainstream, mientras que Ian Livingstone, leyenda viva del videojuego británico y responsable de Games Workshop y Warhammer, repasó cinco décadas de creatividad y dejó espacio para firmas y fotos con los nostálgicos de Lucha Ficción. El cómic, como no podía ser de otro modo, tuvo su trono con mesas dedicadas al terror contemporáneo o a la experiencia de trabajar para Marvel y DC, con autores como Carmen Carnero, Rafa Sandoval o Álvaro Martínez Bueno compartiendo luces y sombras de la industria estadounidense.
En clave de empoderamiento, Gwendoline Christie, Natalia Dyer y la propia Keen se reunieron en “Mujeres guerreras”, un encuentro que celebró la presencia femenina en franquicias tan influyentes como Juego de Tronos, Stranger Things o Star Wars. Entre confidencias sobre preparación física y mental, también dejaron pinceladas sobre sus próximos proyectos. La jornada también contó con proyecciones exclusivas, como el esperado preestreno de Revival de NBC Universal, y con actividades que reforzaron la sensación de estar ante algo irrepetible.
La tarde finalizó con la ceremonia inaugural en el Hall M -con M de Málaga-, presentada por Dafne Keen y Taz Skylar, rostros reconocibles para el público joven gracias a su paso por Logan y One Piece. Allí, David Glanzer, chief communications & strategy officer de la Comic-Con original, dio la bienvenida a Málaga como “la primera ciudad del mundo en unirse a la familia Comic-Con”, arrancando una ovación que simbolizó el espíritu del evento: unir, emocionar y trascender fronteras.
A su lado, autoridades como Juanma Moreno, presidente de la Junta, y Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, subrayaron el impacto cultural y económico que supone el acontecimiento, mientras que el respaldo internacional de figuras como Robin Donlan, presidente de Comic-Con International, y ejecutivos de IMG y WME reforzaron la magnitud de la cita. Málaga no solo ha inaugurado su Comic-Con: ha firmado una declaración de intenciones. Lo que ayer fue un sueño, hoy es una realidad que ya tiene nombre, cifras y, sobre todo, un público que lo ha convertido en éxito desde el primer minuto.
