Cinco años atrás, 5.000 millones de dólares compraban una empresa tecnológica completa. Hoy apenas te dan entrada al club de la inteligencia artificial. Microsoft lo confirmó hace escasos días al anunciar su entrada en Anthropic con exactamente esa cifra. Satya Nadella diversifica así su estrategia tras años apostando exclusivamente por OpenAI, donde ya lleva invertidos 13.000 millones desde 2023. NVIDIA respondió multiplicando su gasto hasta 10.000 millones en centros de datos propios. De locos. Y es que la industria tecnológica se lanza a una carrera sin frenos donde el gasto de capital alcanzará 1,2 billones de dólares antes de 2030.
Son números que provocan un gran pánico. Las empresas tecnológicas gastarán 390.000 millones de dólares cada año durante los próximos seis años solo en infraestructura de IA. Nadella diversifica porque OpenAI está perdiendo 8.000 millones anuales sin encontrar rentabilidad. Anthropic, en cambio, factura diferente con proyecciones de 9.000 millones en ingresos para 2025. Microsoft necesita un plan B y Anthropic es un buen candidato con rentabilidad demostrada.
Mientras, la vida laboral pende de un hilo más fino cada trimestre que pasa. Cada billón invertido automatiza más oficinas, elimina más puestos administrativos y convierte programadores en supervisores de máquinas. Microsoft alcanzó 4,04 billones en valoración tras conseguir el 27 por ciento de OpenAI. Cada dólar gastado multiplica la capacidad de sustituir trabajadores humanos por sistemas que nunca duermen ni piden vacaciones.
NVIDIA gasta 10.000 millones construyendo su infraestructura propia después de admitir que vender chips no basta para dominar la IA
Es una realidad difícil. NVIDIA fabrica los chips pero ahora también quiere los centros de datos. Microsoft creó un consorcio de 40.000 millones con NVIDIA y BlackRock para comprar Aligned Data Centers. Google inyectó decenas de miles de millones en Anthropic por 1 millón de chips TPU. Amazon destina 8.000 millones al mismo objetivo. Todos compiten por lo mismo, pero nadie puede comprar todo lo que querrían.
La pregunta dejó de ser filosófica para convertirse en matemática pura. Quien controle más infraestructura física escribirá las reglas económicas de 2030. Microsoft diversifica fuera de OpenAI porque aprendió la lección después de depender de una sola fuente. NVIDIA se verticaliza porque fabricar chips ya no garantiza el control. La industria gasta 390.000 millones anuales porque perder esta carrera significa desaparecer del mapa tecnológico antes de que termine la década. Y, mientras, el desconcierto impera cada vez más en la población mundial.
