Los Yautja vuelven al cine. Lo hacen con Predator: Badlands, una nueva película de la saga dirigida por Dan Trachtenberg, el cineasta detrás de Predator: La presa, una de las mejores cintas de la licencia y el gran regreso del extraterrestre a la cultura popular.
Pero más allá de Predator: Killer of Killers, la antología de animación en la que hay muchos guiños a la mitología de la criatura, el nuevo adelanto de esta producción, con Elle Fanning y Dimitrius Schuster-Koloamatangi, nos traslada al futuro y nos sitúa en un planeta lejano, donde un joven Predator, marginado por su propio clan, forja una improbable alianza con Thia (Fanning). Juntos emprenden un viaje lleno de peligros en busca del rival definitivo. Y sí, hay numerosos guiños a Alien, la corporación Weyland-Yutani e incluso Independence Day.
Los secretos de ‘Predator: Badlands’: conexiones ocultas con ‘Alien’… ¿y un inesperado vínculo con ‘Independence Day’?
Todo comenzó con una calavera. En Predator 2 se mostró, casi como quien no quiere la cosa, una calavera de alien en la sala de trofeos de los Depredadores y, desde entonces, Dark Horse explotó la idea en tebeos, se hicieron videojuegos y otros productos como películas. La idea de hacer una nueva Alien vs Predator lleva sonando desde que Alien: Romulus fue un éxito y esta Badlands parece ir con todo.
El sello Alien vs. Predator se ha convertido, con el paso del tiempo, en una especie de subgénero y esta Badlands demuestra conexiones con Alien, pero también un detalle que ha dejado a muchos con la mandíbula desencajada. Si nos fijamos en los ojos de Thia, la androide interpretada por Elle Fanning, en el reflejo de sus pupilas se revela el inconfundible logo de la corporación Weyland-Yutani, ese titán empresarial que ha vertebrado las pesadillas corporativas del universo Alien desde sus orígenes.
¿Un simple easter egg o una pista más de que el cruce entre sagas sigue muy vivo? Bueno, en otra secuencia vemos incluso una excavadora de la corporación, lo que deja claro que la Weyland-Yutani está presente en este planeta. Pero en una de las secuencias más comentadas del avance, los Depredadores vuelven a lucir su macabra colección de cráneos. Entre fósiles reconocibles —algunos casi de museo— y otros de clara inspiración alienígena, destaca una calavera de gran tamaño que no ha pasado desapercibida para los más observadores.
Su forma, alargada y casi biomecánica, recuerda poderosamente a los Harvesters, los alienígenas de Independence Day, el taquillazo noventero de Roland Emmerich protagonizado por Will Smith y Jeff Goldblum que tuvo una secuela tardía hace unos años. ¿Una casualidad? Lo dudamos. ¿Un guiño consciente? Todo apunta a que sí.
Como buen cazador intergaláctico, el Depredador colecciona los restos de sus presas como recuerdo de sus cacerías más gloriosas y parece que ha pillado a una de estas criaturas en sus viajes. El tráiler no se queda ahí. La misma sala de trofeos incluye otras piezas tan bizarras como fascinantes: un cráneo que parece sacado de un Tiranosaurio rex, otro que recuerda a un gran simio —¿una referencia velada a King Kong?— y lo que muchos apuntan podría ser el retorcido híbrido xenomorfo-humano que vimos en el tramo final de Alien Resurrection.
Una colección que, más que trofeos, parece una declaración de intenciones por parte del equipo creativo de Predator: Badlands: esta vez, han venido a jugar. La película llegará a los cines el próximo 7 de noviembre, y lo hará envuelta en misterio, nostalgia y con un puñado de guiños.
