Tras 36 años de emisiones, Los Simpson siguen encontrando rincones ocultos en el árbol genealógico de los Bouvier. El último episodio de la temporada 37, “Sashes to Sashes”, ha revelado que Marge tenía una tía completamente desconocida para el público: Beatrice Bouvier, figura clave en su infancia y, de paso, protagonista de un romance trágico con el mismísimo alcalde Joe Quimby. La serie vuelve así a tirar de pasado familiar para mezclar sátira política y drama íntimo en un mismo capítulo.
El episodio arranca como una historia sobre poder y dinastías: Bart se presenta a presidente del consejo estudiantil y se enfrenta a Joe Quimby III, mientras unos extensos flashbacks reconstruyen cómo la familia del alcalde se hizo con el control de Springfield a base de barriles, dinero y campañas calculadas al milímetro. En esa relectura del “clan Quimby” aparece Beatrice, una joven idealista que reprocha al futuro alcalde su desprecio por los votantes y termina convirtiéndose en su asesora política… y en su esposa.
El pasado oculto de los Bouvier
La relación, por supuesto, se desmorona al primer choque con el cinismo del poder. Presionado por su padre para mantener amantes públicas “por imagen”, Joe promete que nunca la engañará, pero Beatrice se niega a sostener esa farsa y decide abandonar el matrimonio. El golpe no solo la amarga a ella: antes de irse, le suelta a una Marge de cuatro años una frase que la marcará de por vida —que no existen las princesas ni el “felices para siempre”—, rompiéndole el corazón y sembrando el motivo por el que la matriarca Simpson ha borrado a su tía de todas las conversaciones familiares.
Que la serie introduzca ahora a una tía “perdida” de Marge confirma algo que los seguidores saben desde hace años: en Los Simpson el canon es más plastilina que piedra. A lo largo de 37 temporadas, la continuidad se ha reescrito una y otra vez —infancias cambiantes, orígenes distintos, parientes que aparecen y desaparecen—, y Beatrice se suma a esa larga lista de retoques retroactivos que molestan a parte del fandom y divierten a quienes aceptan que Springfield funciona como un universo de memoria selectiva. Varios análisis ya señalan este episodio como otra prueba de que la serie nunca ha vivido esclava de su propia cronología.
Una temporada 37 en modo experimental
En lo creativo, el capítulo también presume de casting: Beatrice está doblada por Carrie Coon (The Leftovers, Fargo), que aporta a la tía Bouvier una mezcla de ironía cansada y vulnerabilidad que encaja con la biografía que le han escrito los guionistas. “Sashes to Sashes”, escrito por Ryan Koh y dirigido por Mike Frank Polcino, se inserta en una temporada 37 que, bajo la batuta de Matt Selman, está jugando a experimentar con nuevas dinámicas y a exprimir más el pasado de personajes secundarios como los Quimby.
Queda la incógnita de si Beatrice volverá a aparecer o será otro de esos familiares episódicos que desaparecen tras dejar su huella. De momento, el capítulo cierra con una reconciliación discreta entre tía y sobrina que añade matices al carácter de Marge y amplía, un poco más, el mapa emocional de una serie que se niega a vivir solo de nostalgia.
