La larga marcha se estrena el 21 de noviembre en cines españoles y promete ser la adaptación de Stephen King más violenta y brutal hasta la fecha. Dirigida por Francis Lawrence, es tan devastadora como anticipan las primeras impresiones de la crítica.
Eso sí, a diferencia de la novela original de 1979, considerada una de las distopías más feroces del autor, esta versión cinematográfica no será un calco del libro. El propio equipo de producción ha confirmado que habrá un desenlace diferente, un movimiento arriesgado pero respaldado por el propio King.
“La larga marcha” mantiene la crudeza de Stephen King, pero adelanta un desenlace diferente al del libro
Roy Lee, productor del proyecto, ha explicado en declaraciones a ScreenRant que la película es extremadamente fiel al texto, salvo en ciertos puntos imposibles de revelar sin entrar en terreno de spoilers. El giro más evidente está en su conclusión, que no será idéntica a la planteada en la novela.
El agente de King llegó a advertir a Lee de que el escritor no aprobaría el nuevo final. Pero el productor decidió arriesgarse: “Le dije que se lo dejáramos leer a Stephen y que decidiera él mismo”. La jugada funcionó: King dio su visto bueno sin reservas.
No es la primera vez que ocurre algo similar. La aclamada La niebla de Frank Darabont cambió radicalmente el cierre del relato original y terminó ofreciendo uno de los finales más demoledores del cine reciente. En el libro, la trama gira en torno a una competición salvaje: un grupo de jóvenes debe caminar sin descanso a una velocidad constante. Cualquiera que se detenga, desfallezca o se rinda, es ejecutado.
El final escrito por King es ambiguo y poderoso. Stebbins, que parecía destinado a ganar, cae exhausto, dejando a Garraty como supuesto vencedor. Pero Garraty, en lugar de detenerse, continúa andando, siguiendo a una enigmática figura en la distancia. ¿Es la Muerte? ¿Un delirio provocado por el cansancio? La interpretación queda en manos del lector.
Aunque el escritor aceptó el nuevo desenlace cinematográfico, quiso introducir un pequeño ajuste en las reglas del juego: pidió reducir la velocidad de marcha, que en la novela era de 4 millas por hora (6,4 km/h), a 3 mph (4,8 km/h). Según explicó Roy Lee, fue su única sugerencia: “Nos dijo que nadie puede mantener 4 millas por hora durante tanto tiempo, y que era lo único que debía cambiar”.
Con este gesto, King demuestra que ha abrazado la adaptación y que el cambio en el final no supone una traición a su obra, sino una reinterpretación pensada para el cine. La larga marcha llegará a los cines españoles el 21 de noviembre y todo apunta a que será una de las películas más contundentes del otoño.
