Elon Musk ha sido tajante. Tras anunciar su salida del Gobierno, lo que hasta hace poco era una alianza improbable pero funcional con Donald Trump, en las últimas horas se ha convertido en un cruce de acusaciones públicas que amenaza con sacudir el delicado equilibrio entre el poder político republicano y el músculo tecnológico de Silicon Valley.
El choque que el mundo entero no vio venir: Trump rompe con Musk y Tesla se desploma
En una rueda de prensa celebrada en el Despacho Oval, el presidente de Estados Unidos no ocultó su decepción ante las críticas de Musk a su última ley de recortes fiscales. “Estoy muy decepcionado. Preferiría que me atacara a mí antes que al proyecto, porque el proyecto es increíble”, afirmó Trump con tono agraviado, acompañado por el canciller alemán Friedrich Merz.
El detonante ha sido una cláusula incluida en el paquete fiscal que elimina los subsidios a los vehículos eléctricos, piedra angular de la estrategia comercial de Tesla. Trump, visiblemente molesto, aseguró que Musk está reaccionando por “intereses personales”, tras retirar “una protección que significaba muchísimo dinero para ellos”. La jugada, según el presidente, era conocida por el empresario. Musk lo niega tajantemente: “¡Falso! Nunca me enseñaron este proyecto. Lo aprobaron de madrugada y ni los congresistas pudieron leerlo”, publicó en X, dejando claro que no piensa quedarse callado.
Without me, Trump would have lost the election, Dems would control the House and the Republicans would be 51-49 in the Senate.
— Elon Musk (@elonmusk) June 5, 2025
La respuesta no se hizo esperar. Musk, que en el pasado llegó a apoyar a Trump en aspectos clave de su agenda energética y espacial, contraatacó: “Sin mi apoyo, habrías perdido las elecciones y el control de la Cámara”. Una afirmación cargada de veneno, a la que Trump respondió con ironía y un recuerdo amargo: “Estuvo aquí, en este despacho, posando feliz, incluso con el ojo morado... No sé si aún tenemos relación”.
False, this bill was never shown to me even once and was passed in the dead of night so fast that almost no one in Congress could even read it! https://t.co/V4ztekqd4g
— Elon Musk (@elonmusk) June 5, 2025
Pero la ruptura entre ambos no es solo personal. Llega en un momento en que Trump endurece su agenda: amenaza con reinstaurar el veto migratorio a países musulmanes y promete usar el Departamento de Justicia como ariete político. En este nuevo escenario, Musk representa una voz incómoda para un liderazgo republicano que empieza a ver a los gigantes tecnológicos no como aliados, sino como amenazas internas.
El conflicto no ha tardado en tener consecuencias, muchas de las cuales eran las esperadas: Tesla se desplomó en bolsa y perdió 100.000 millones de dólares en cuestión de horas. El mensaje es claro: cuando dos gigantes se enfrentan, la onda expansiva no se queda en los titulares.















