En los últimos años, el número de establecimientos de comida rápida en España no ha dejado de crecer. Según los últimos datos del INE y asociaciones del sector, en nuestro país hay más de 5500 locales dedicados exclusivamente a este tipo de restauración, con franquicias internacionales como McDonald's, Burger King o KFC dominando el mercado.
Su presencia es especialmente notable en grandes ciudades, zonas turísticas y centros comerciales, donde se han convertido en una solución habitual para comer algo rápido y asequible. A pesar de la dieta mediterránea que tradicionalmente se asocia a nuestra cultura, este tipo de comida ha logrado consolidarse como parte del día a día de muchos consumidores.
No es un secreto para nadie que no se trata de la forma más saludable de alimentarse, aunque Jordan Luxfor, extrabajadora de una cadena de comida rápida en Irlanda, ha confesado al medio Irish Mirror qué es lo que jamás volvería a pedir como consumidora habitual.
“Nunca lo volvería a pedir”: la advertencia de una exempleada de una popular cadena de comida rápida sobre un plato muy demandado
Aunque hace apenas unas décadas era prácticamente imposible de imaginar, lo cierto es que la comida rápida ha llegado para quedarse: para darnos un capricho de vez en cuando, para socializar o para solucionarnos el almuerzo o la cena cuando no tenemos tiempo ni ganas de cocinar.
Tal y como explica Luxfor, estos locales no son apropiados para personas con alergias alimentarias debido a la frecuente contaminación cruzada en las cocinas. "Después de cocinar rebozados de pescado en nuestro aceite, lo seguimos con una tanda de patatas fritas. Es la forma de limpiar el aceite de pequeños trozos de masa que quedan", relata la exempleada, advirtiendo de los riesgos ocultos tras la aparentemente inocente combinación de fish and chips.
Además, Luxfor aconseja no pedir hamburguesas de carne frita, ya que —según su experiencia— carecen de la calidad que puede ofrecer una buena hamburguesa cocinada a la plancha en un restaurante especializado.
También sugiere evitar aquellos alimentos que se mantienen expuestos bajo lámparas de calor en los mostradores, ya que suelen estar recalentados y no siempre garantizan frescura. Sin embargo, puntualiza que en muchos casos los clientes pueden solicitar que su comida se prepare en el momento, algo que recomienda hacer siempre que sea posible.
