El remake de Los inmortales comienza a cobrar forma, y lo hace con una dupla que promete sacudir la pantalla grande. Han pasado casi cuatro décadas desde que la película original, protagonizada por Christopher Lambert, marcara a fuego en la memoria colectiva esa frase legendaria: "solo puede quedar uno". Una historia de espadas, inmortales y duelos eternos que definió un tipo muy concreto de fantasía urbana ochentera.
Ahora, con Hollywood más empeñada que nunca en reimaginar sus clásicos, una de las sagas de fantasía y acción más emblemáticas prepara su regreso. Y aunque Lambert cede el testigo, el papel principal cae sobre los hombros de un rostro que ya está curtido en iconos del género: Henry Cavill.
El actor británico, que ha encarnado a Superman, a Geralt de Rivia y hasta a Sherlock Holmes, será ahora el nuevo inmortal y no estará solo en esta cruzada. En las últimas horas se ha confirmado lo que muchos fans soñaban: Cavill volverá a compartir pantalla con Russell Crowe, más de diez años después de su última colaboración en El Hombre de Acero (vía Collider).
El remake de Los inmortales reúne a Henry Cavill con una figura mítica del cine de acción
Allí, Crowe dio vida a Jor-El, el padre kryptoniano del Superman de Cavill. Ahora, el destino los vuelve a reunir, y el hype no puede estar más justificado. Eso sí, el misterio está servido: ¿a quién interpretará Crowe? Aunque no hay confirmación oficial, las teorías ya llenan las redes. Algunos apuntan al Kurgan, el brutal villano original encarnado por Clancy Brown en 1986, pero otros apuestan fuerte por una relectura de Juan Sánchez-Villalobos Ramírez, el mítico mentor que llevó la voz de Sean Connery.
El director Chad Stahelski (John Wick) ya ha adelantado que su versión del universo inmortal no será una copia del original, sino una expansión ambiciosa y actualizada. Y con dos titanes como Cavill y Crowe al frente, todo apunta a una producción de alto voltaje. Si todo marcha según lo previsto, el estreno de esta nueva Los inmortales se espera entre 2027 y 2028. Hasta entonces, toca esperar.
