La actriz Gina Carano y Disney acavan de enterrar el hacha de guerra. Han decidido poner fin a una batalla legal que llevaba más de un año ocupando titulares, según señala The Guardian, cerrando así uno de los capítulos más polémicos de la historia reciente de The Mandalorian. La actriz, que interpretó a la carismática Cara Dune en las dos primeras temporadas de la serie, fue despedida en 2021 tras publicar en redes sociales mensajes que Lucasfilm calificó de “aborrecibles e inaceptables”.
Entre ellos, uno en el que comparaba la situación de los republicanos en EE.UU. con la persecución de los judíos durante el Holocausto, lo que provocó una ola de críticas y un debate sobre los límites de la expresión en la industria del entretenimiento. Lo que parecía un asunto interno de un estudio se convirtió rápidamente en un caso mediático, alimentado por la polarización política y por el hecho de que la franquicia Star Wars es, para millones de fans, mucho más que un producto televisivo: es un símbolo cultural.
De la polémica a la corte y con el apoyo de Elon Musk
En febrero de 2024, Carano llevó el caso a los tribunales, acusando a The Walt Disney Company y Lucasfilm de despido injustificado y discriminación ideológica. Alegaba que otros intérpretes habían expresado opiniones políticas sin consecuencias similares y que su caso respondía a un intento deliberado de acallar voces incómodas. La actriz solicitó que la justicia obligara al estudio a reincorporarla al elenco y a indemnizarla con al menos 75.000 dólares en daños punitivos.
Lo sorprendente fue quién se puso de su lado: Elon Musk, dueño de la red social X (antes Twitter) y CEO de Tesla y SpaceX, que en 2023 había prometido financiar la defensa legal de cualquier usuario que fuera despedido por sus publicaciones en su plataforma. El magnate cumplió su palabra y cubrió los gastos de un litigio que, más allá del dinero, se convirtió en un altavoz para la narrativa de que Hollywood sanciona ciertos discursos mientras tolera otros.
Un acuerdo con cláusulas que dejan preguntas abiertas
El pasado 7 de agosto, ambas partes presentaron ante un tribunal federal de California una moción conjunta para desestimar la demanda “con prejuicio”, lo que significa que el caso no podrá reabrirse. Los términos financieros del acuerdo permanecen bajo estricta confidencialidad, pero lo esencial es que Carano retira todas sus reclamaciones y Disney/Lucasfilm cierran filas para evitar un juicio que podría haber expuesto documentos internos o testimonios incómodos.
En su comunicado oficial, el estudio elogió la profesionalidad y el trato de Carano durante su paso por la producción, afirmando que “siempre fue respetada por sus directores, compañeros y equipo” y sugiriendo que en el futuro podrían explorarse nuevas oportunidades de colaboración. Ese último punto ha sido recibido con escepticismo por parte de algunos analistas, que lo interpretan como una fórmula diplomática para suavizar el impacto mediático del caso.
Carano, que en el pasado había acusado a Disney de “querer controlar lo que dices y lo que piensas”, no emitió un comunicado formal sobre el pacto, pero sí publicó un mensaje en X: “... y la verdad os hará libres”. Días antes, agradeció de forma explícita el apoyo de Musk, al que definió como “un buen samaritano que ni siquiera conocía en persona”. La actriz ha insistido en que su batalla no fue solo personal, sino un ejemplo de cómo, en su opinión, las grandes corporaciones tratan de moldear la opinión pública y castigar el disenso.
Just a reminder that it’s not a different opinion Gina Carano. YOU are spreading lies and supporting the oppression of people’s rights. pic.twitter.com/jksomJ8SDR
— Satine Burgoa (@BurgoaSatine) January 7, 2021
Por su parte, Lucasfilm optó por un tono institucional y conciliador, alejándose de la dureza con la que comunicó su despido en 2021. El contraste entre el lenguaje actual y el de entonces refleja, para muchos observadores, un cambio de estrategia comunicativa en un contexto político y social distinto.
¿Volverá Cara Dune?
El acuerdo llega en un momento delicado para Disney, que atraviesa un escrutinio creciente sobre sus políticas internas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y que ha sido blanco de investigaciones federales. En los últimos años, el conglomerado ha sido acusado desde distintos frentes de inclinar su línea editorial y sus decisiones de casting hacia una agenda progresista, lo que ha generado fricciones con parte de su audiencia y con figuras públicas.
La 'buena' noticia es que el comunicado de Lucasfilm deja la puerta entreabierta a una eventual colaboración con Carano, pero la posibilidad de que vuelva a encarnar a Cara Dune parece, a día de hoy, más un gesto de cortesía que un plan real. Sin embargo, en un negocio tan marcado por la percepción pública y por la capacidad de reinvención de sus figuras, no sería la primera vez que un regreso improbable se convierte en una colosal maniobra de marketing.















