El mundo del streaming está atiborrado de 'las series del momento' y de las 'mejores series del año'. De vez en cuando, existen grandes miniseries de impacto fugaz como Adolescencia -con una serie de planos secuencias muy comentados- y producciones de alto calibre con ritmo pausado como Separación o ejercicios de nostalgia reinventada con toque marvelita como Daredevil: Born Again. Todas ellas son grandes éxitos.
Sin ir más lejos, cada una de ellas representa un modelo que encaja en esta nueva era donde las series son experiencias condensadas, destinadas a brillar intensamente durante un tiempo antes de apagarse hasta su regreso. Suena feo, pero para muchos son productos de usar y tirar. Tras su boom, y protagonizar decenas de titulares impactantes, pasan al olvido. Pero en Max acabamos de ver un episodio que nos recuerda a épocas pasadas. A una televisión mejor. Hablamos de una serie de médicos que es digna heredera de Urgencias y que demuestra, una vez más, por qué es la mejor serie actual.
El thriller médico de Max que ha pulverizado a 'Adolescencia' y 'Separación' con el mejor capítulo del año
The Pitt, el drama médico de Max, ha conseguido recuperar esa esencia de la era dorada de la televisión. Un proyecto que, sin renunciar a las ventajas del streaming, apuesta por la solidez del drama clásico y la intensidad del thriller moderno. Desarrollada por R. Scott Gemmill y Noah Wyle, la serie nos sumerge en un turno frenético del equipo de emergencias de un hospital en Pittsburgh. Cada episodio es una hora dentro de ese turno, una estructura que otorga inmediatez y urgencia a cada historia.
Aquí no hay saltos temporales ni elipsis que alivien la tensión: los casos médicos evolucionan en tiempo real mientras los conflictos personales van desgastando a sus protagonistas. Y el epítome de esta estructura narrativa es ‘6:00 P.M.’, el duodécimo episodio de la temporada, que no solo ha elevado las ambiciones de la serie, sino que se ha posicionado como uno de los capítulos más impactantes del año -con el permiso de Paradise-.
Lo que comienza como un día más en la sala de urgencias se convierte en un infierno cuando un tiroteo masivo en un festival de música desborda el hospital. El episodio pone a prueba los límites físicos y emocionales del equipo, atrapando al espectador en una montaña rusa de tensión que apenas concede respiro. La dirección de Amanda Marsalis es clave en esta experiencia. Cámara en mano, encuadres cerrados, un montaje que no deja un segundo de tregua.
El espíritu de Urgencias, la obra maestra surgida de la imaginación de Michael Crichton, está ahí, pero con un pulso más contemporáneo y adictivo. La serie mantiene su estructura tradicional, con personajes que evolucionan en paralelo a la crisis, pero sin perder esa sensación de inmediatez demoledora. The Pitt no solo ha reivindicado el drama médico de alto octanaje; con 6:00 P.M., ha elevado la televisión de 2025 a otro nivel. Y lo hace desde unas raíces clásicas, sin trucos publicitarios y sin tirar del consabido algoritmo.
