Steven Knight, el creador de Peaky Blinders, ha encontrado una nueva saga familiar en la que desplegar su inconfundible mezcla de intriga, violencia contenida y tensiones sociales. Se trata de La Casa Guinness, la ambiciosa serie de Netflix que llegará el próximo 25 de septiembre y que ya ha estrenado su primer tráiler. El título no es casual: se centra en la legendaria cervecera irlandesa y en los conflictos que marcaron a la dinastía Guinness en plena expansión durante el siglo XIX.
Una historia establecida unas décadas antes de 'Peaky Blinders'
La historia arranca en Dublín en 1868, cuando Benjamin Guinness, patriarca de la familia y artífice de la transformación de la marca en un imperio internacional, muere dejando tras de sí un testamento que reconfigura la vida de sus descendientes. Sus hijos Edward (Louis Partridge) y Arthur (Anthony Boyle) reciben la herencia de la empresa a partes iguales, mientras que Anne (Emily Fairn) y Benjamin Jr. (Fionn O’Shea) quedan excluidos para, según el propio fundador, “evitar las tentaciones de la riqueza”. La decisión abre la puerta a una lucha de poder tan despiadada como inesperada.
La serie se mueve en ese terreno que Knight domina con maestría: el retrato de las familias como campos de batalla, donde las lealtades se ponen a prueba y los vínculos de sangre no garantizan la confianza. Al igual que sucedía en Peaky Blinders, el contexto histórico no es un simple decorado, sino un motor narrativo que amplifica los conflictos privados. Aquí, los herederos de Guinness tendrán que enfrentarse no solo a sus resentimientos, sino también a un entorno social convulso, con Irlanda al borde de cambios políticos y económicos de gran calado.
Visualmente, La Casa Guinness apuesta por un clasicismo elegante, con vestuario de época y escenarios rodados en Manchester y Liverpool, que se combinan con una puesta en escena marcada por el estilo agresivo y contemporáneo de Knight. Los paralelismos con Succession son inevitables: disputas por el control de un imperio, estrategias calculadas y traiciones familiares. Sin embargo, la ambientación decimonónica y la figura omnipresente de la cerveza como metáfora de poder y legado otorgan a la producción una identidad propia.
La serie constará de ocho episodios y cuenta con un reparto joven pero prometedor, respaldado por secundarios de peso. La narrativa promete tanto giros inesperados como reflexiones sociales: el contraste entre tradición y modernidad, el papel relegado de las mujeres en los negocios familiares y la presión de mantener un emporio en tiempos de tensiones políticas. Todo ello convierte a La Casa Guinness en una apuesta que va más allá del drama histórico, acercándose a un retrato sobre las raíces mismas del capitalismo moderno.
