El calendario cinematográfico de 2025 no da respiro a los amantes del género, y el próximo mes de octubre sumará una propuesta bastante llamativa: La casa en el árbol, un slasher dirigido por Luis Calderón, responsable de la inquietante Sabbat. La cinta no solo destaca por su ambientación en los espesos bosques de Zeanuri (Vizcaya), sino por un reparto que mezcla perfiles muy distintos, incluyendo a dos figuras que debutan en el cine: Apolonia Lapiedra, conocida por su trayectoria en el cine para adultos, y la rapera Mala Rodríguez, una de las voces más influyentes del hip hop en español.
Junto a ellas, la experimentada actriz Sandra Escacena —recordada por su papel en Verónica— aporta el anclaje con el público aficionado al terror nacional.
Una trama inspirada en el slasher clásico
La historia sigue a Ale, interpretada por Escacena, una joven que regresa al bosque donde, un año antes, presenció la misteriosa muerte de su novio. Su objetivo: demostrar que en ese lugar habita algo peligroso y sobrenatural. El tráiler, recientemente lanzado, bebe directamente de referentes noventeros como Sé lo que hicisteis el último verano o Leyenda urbana, con un grupo reducido de personajes atrapados en un entorno aislado y hostil. Calderón parece apostar por las reglas básicas del subgénero: atmósfera opresiva, tensión creciente y un enemigo que acecha desde las sombras.
El riesgo de un casting singular
La elección de Lapiedra y Rodríguez no ha pasado desapercibida. Para Apolonia, retirada del cine para adultos desde hace cinco años, el salto al terror supone un reto de reinvención artística, mientras que para Mala Rodríguez, con una carrera musical consolidada y varios premios a sus espaldas, se trata de su primera experiencia interpretativa en la gran pantalla. Su presencia, junto a una actriz ya curtida en el género, plantea una combinación que podría atraer tanto al público habitual del terror como a seguidores de sus trayectorias previas, generando un interés mediático clarísimo.
Localización con identidad propia
El rodaje en Zeanuri no es un simple telón de fondo: sus bosques, de densa vegetación y atmósfera húmeda, se integran como un personaje más de la historia. El norte de España, con su mezcla de paisajes verdes y brumas frecuentes, ha sido utilizado con acierto en otras producciones de suspense y terror, reforzando la sensación de amenaza latente. En este caso, el escenario refuerza el aislamiento de los protagonistas y amplifica el componente psicológico, ya que el bosque no solo oculta al posible agresor, sino que se convierte en un laberinto donde las certezas se desvanecen.
Calderón y la herencia de 'Sabbat'
Luis Calderón demostró con Sabbat que es capaz de generar inquietud sin recurrir exclusivamente a sustos fáciles, combinando imaginería perturbadora con un trasfondo cultural. En La casa en el árbol, todo apunta a que mantendrá esa filosofía, aunque adaptada a los códigos más directos del slasher. La presencia de un reparto tan heterogéneo podría permitirle explorar dinámicas entre personajes poco habituales en el género, aportando capas adicionales a la tensión narrativa. El tráiler insinúa un uso cuidado de la iluminación nocturna y un montaje que privilegia la acumulación de suspense sobre la exposición explícita del peligro.
