Desde su estreno en 1973, El exorcista no ha dejado de sumergir al público en un abismo de terror psicológico y espiritual, manteniéndose como una pieza clave en la historia del cine de terror. Dada su temática religiosa, estas fechas, Semana Santa, parece el momento perfecto para hacer un revisionado de este clásico del terror solo que en Galicia se lo han tomado muy en serio. Tanto que la van a proyectar en una iglesia.
Este año, el Festival Play-Doc en Tui, en Pontevedra, Galicia, que se realizará del 1 al 5 de mayo, ofrecerá una oportunidad única de experimentar la obra maestra de William Friedkin de una manera profundamente atmosférica en una proyección en una iglesia cristiana histórica.
Una decisión que ha llamado la atención por los blasfemo que es el propio film. Esta iniciativa no solo celebra el vigésimo aniversario del festival en sí sino que también propone una inmersión total en la narrativa y el espíritu del film, en un entorno que amplifica su carga temática y espiritual.
"Esta elección añade una capa adicional de atmósfera a la experiencia y refleja la profundidad temática y espiritual de la película, ofreciendo a los espectadores una oportunidad para sumergirse en su intensidad y su misterio en un entorno excepcional", explican desde el festival tudense según publica La Voz de Galicia.
El legado cinematográfico de William Friedkin
Enmarcado en este acto de homenaje, el festival profundiza en el legado cinematográfico de Friedkin, destacando su interés por el documental y la exploración de los límites entre realidad y ficción. A través de la retrospectiva que incluye títulos como Carga maldita, A la caza, Vivir y morir en Los Ángeles, y Conversation with Fritz Lang, Play-Doc celebra la habilidad del director para crear narrativas que se mueven en los márgenes de la experiencia humana, explorando temas de supervivencia, corrupción y la complejidad de la psique humana.
Play-Doc se ha establecido como un escenario esencial para la presentación y reevaluación de figuras y obras significativas del cine que habían quedado marginadas o poco reconocidas. A lo largo de los años, el festival ha servido de plataforma para cineastas de la talla de Albert Maysles, Charles Burnett, y otros, quienes han encontrado en Tui un espacio para el diálogo y la apreciación de sus trabajos. Con una audiencia caracterizada por su entusiasmo y diversidad.
