Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre un nuevo brote de psitacosis en Europa, que ha resultado en la muerte de cinco personas, cuatro de ellas en Dinamarca y una en los Países Bajos. La psitacosis, también conocida como fiebre del loro, es una infección respiratoria causada por la bacteria Chlamydophila psittaci, que comúnmente afecta a las aves y se transmite a los humanos principalmente a través del contacto con secreciones de aves infectadas, aunque también por vía aérea al inhalar aerosoles procedentes de secreciones orales o polvo derivado de material fecal, por la ingesta de su carne contaminada, e incluso al recibir un picotazo del ave enferma. Incluso algunos vectores como pulgas, piojos o moscas también pueden transmitirla.
Puede provocar neumonía y problemas respiratorios
Este brote ha llamado la atención de las autoridades sanitarias europeas, que han reportado un aumento significativo de casos en Austria, Dinamarca, Alemania, Suecia y los Países Bajos desde finales de 2023. La psitacosis afecta principalmente a individuos que tienen contacto cercano con aves, como trabajadores avícolas, veterinarios, dueños de aves de compañía y jardineros en áreas donde la presencia de C. psittaci es endémica en la población de aves nativas. La OMS ha subrayado que, aunque los casos son principalmente resultado del contacto con aves silvestres o domésticas, la enfermedad puede tener consecuencias graves, incluida la neumonía grave, lo que subraya la importancia de adoptar medidas preventivas adecuadas para aquellos en riesgo.
Síntomas de la gripe del loro
El periodo de incubación en las aves oscila entre tres días y varias semanas y los síntomas pueden variar desde una infección asintomática hasta una enfermedad grave que provoque la muerte del animal. Si provoca síntomas en el ave serían secreción nasal u ocular, respiración ruidosa, cambios de forma o color en las heces, fatiga, pérdida de apetito y de peso y plumas erizadas.
Cuando una persona contrae esta infección suele tardar entre una y tres semanas en experimentar síntomas que serían fiebre y escalofríos, debilidad, dolor de cabeza, dolores musculares, tos seca, dificultad para respirar, náuseas o/y diarrea, alteraciones cardiacas e incluso aborto.
Esta clamidiosis aviar se conoce como psitacosis u ornitosis en función del tipo de aves afectadas (se han identificado más de 450 especies susceptibles). La más común y afecta a psitácidas como loros, periquitos, guacamayos, agapornis…, y a columbiformes (palomas, tórtolas). Aunque las aves con la que en mayor frecuencia portan esta bacteria, también se ha encontrado en varias especies de mamíferos, incluidos perros, gatos, caballos, rumiantes y cerdos, y en reptiles.
En respuesta a este brote, los países afectados han emprendido investigaciones epidemiológicas detalladas para identificar las posibles fuentes de exposición y los conglomerados de casos. Esto incluye el análisis de muestras de aves silvestres sometidas a pruebas de influenza aviar, con el objetivo de verificar la prevalencia de C. psittaci entre las poblaciones de aves silvestres, lo que podría proporcionar pistas cruciales sobre la dinámica de transmisión de la enfermedad.
Un riesgo bajo, según la OMS
A pesar de la gravedad de la situación, la OMS ha evaluado el riesgo que representa este nuevo brote como "bajo" para la población en general, basándose en la información disponible. No obstante, este brote subraya la necesidad de vigilancia continua y esfuerzos de prevención para proteger a las poblaciones vulnerables, especialmente aquellos que están en contacto frecuente con aves. La organización sigue monitoreando de cerca la situación y colaborando con las autoridades sanitarias nacionales para mitigar el impacto del brote.
Dinamarca ha sido el país más afectado hasta la fecha, registrando un notable aumento de casos desde finales de 2023. Los casos recientes en los Países Bajos y otros países europeos también destacan la naturaleza transfronteriza de este brote y la importancia de la cooperación internacional en la respuesta a enfermedades infecciosas.
