En un fascinante viaje al pasado, la historia nos revela la adaptación y evolución de las prácticas de sueño a través de los siglos. Un de las costumbres que ahora percibimos más extrañas es la forma que tenían de dormir en la Edad Media que conocemos gracias a una pieza de mobiliario que se ha conservado: la cama caja. Este tipo de lecho, también conocido como cama cerrada, halló su origen en el norte y centro de Europa, manteniéndose relativamente común hasta el siglo XIX. Su diseño, cerrado y reminiscente de un armario, no solo servía como lecho sino también como refugio contra el frío, aprovechando al máximo el espacio limitado de las viviendas de la época. Por favor, no tomen ideas los propietarios actuales.
Protegerse del frío durante la pequeña Edad de Hielo
La cama caja era tan variada en su decoración como en sus propietarios, desde los más humildes agricultores y pescadores hasta miembros de la nobleza, cada uno ajustando su cama a sus medios y necesidades. La utilidad de la cama caja iba más allá de proporcionar un lugar para descansar. Estaba ingeniosamente diseñada para conservar el calor durante los crudos inviernos europeos, particularmente durante la Pequeña Edad de Hielo, un periodo de frío extremo que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del siglo XIX. Este tipo de cama, al estar cerrada por cuatro paredes y a menudo equipada con patas para aislarla de la humedad, ofrecía una solución práctica y efectiva para mantenerse cálido, al mismo tiempo que permitía una cierta privacidad y protección contra los elementos.
La importancia de estas camas se evidencia en las prácticas de sueño de la época, que también evolucionaron con el tiempo. El patrón de sueño dominante era bifásico, dividiéndose en dos bloques de aproximadamente cuatro horas cada uno, con un periodo de vigilia intermedio. Este patrón refleja no solo las adaptaciones culturales a las condiciones ambientales sino también una conexión más profunda con los ritmos naturales de la noche y el día. En la actualidad, aunque la cama caja pueda parecer una reliquia del pasado, su concepto encuentra resonancia en las tendencias modernas de diseño de interiores y mobiliario. La búsqueda de soluciones eficientes en el uso del espacio y el deseo de crear ambientes acogedores y protegidos reflejan un retorno, aunque en formas actualizadas, a las prácticas de nuestros ancestros.
