En una reciente entrevista con The Times of London, el aclamado director Denis Villeneuve expresó su preocupación por cómo la televisión ha influido negativamente en el cine, argumentando que la esencia del séptimo arte se ha visto corrompida por la narrativa y el estilo dialogado predominantes en la pequeña pantalla. El director, conocido por su meticuloso enfoque visual en películas como Blade Runner 2049 y Dune, manifestó su deseo de crear una película que prescinda totalmente del diálogo, subrayando la importancia de la imagen y el sonido puros como las verdaderas fuerzas del cine. Esta postura desafía el statu quo actual y plantea un regreso a los fundamentos más básicos de la narrativa cinematográfica.
"Francamente, odio el diálogo", dijo el cineasta al periódico. "El diálogo es para el teatro y la televisión. No recuerdo las películas por una buena línea, recuerdo las películas por una imagen fuerte. No me interesa en absoluto el diálogo. Imagen y sonido puros, ese es el poder del cine, pero es algo que no es obvio cuando miras películas hoy en día. Las películas han sido corrompidas por la televisión", añadió.
Prefirió no hacer contenido para televisión
Además, Villeneuve compartió su experiencia al alejarse de un proyecto de serie limitada para HBO basado en la novela The Son (El hijo) del autor noruego Jo Nesbo, e incluso reclutó a Jake Gyllenhaal para protagonizar el proyecto, pero decidió bajarse del proyecto señalando que la televisión no es el medio idóneo para él. Este cambio de rumbo refleja la devoción del director por el cine como su medio preferido de expresión artística, a pesar de reconocer el potencial narrativo de formatos más largos para adaptaciones complejas. Su regreso a la dirección con Dune: Parte 2 ha sido recibido con críticas entusiastas, consolidando su reputación como creador de algunos de los espectáculos visuales más impresionantes de la industria.
"En un mundo perfecto, haría una película convincente que no parezca un experimento pero que tampoco contenga una sola palabra. La gente salía del cine y decía: 'Espera, ¿no hubo diálogo?' Pero no sentirán la falta del mismo", continuó el director.
Durante la entrevista también tocó el tema de la duración de las películas en la era moderna, con Villeneuve defendiendo su elección de dividir la adaptación del densamente poblado mundo de Dune de Frank Herbert en dos películas, sumando un total de 322 minutos. Su confianza en el público en cuanto la elección y el gusto por contenido significativo y sustancial, incluso en formatos extensos, refleja una comprensión profunda de las tendencias actuales de consumo de medios. A pesar de su éxito y la presión de Hollywood por fechas de lanzamiento predeterminadas, Villeneuve mantiene una postura cautelosa sobre apresurar la producción de una potencial tercera entrega de la historia de Paul Atreides, priorizando la calidad sobre la rapidez. Esta filosofía resalta una vez más su compromiso con la integridad artística frente a las demandas comerciales del cine contemporáneo.
