El aumento de la temperatura media del planeta representa una amenaza significativa para todos los seres vivos. Las proyecciones de un incremento de 1, 2 o incluso 4 grados Celsius para finales de siglo pueden tener efectos devastadores en los ecosistemas. En este contexto, el cuerpo humano se encuentra en una situación crítica, ya que al superar ciertos umbrales de temperatura, los mecanismos naturales de enfriamiento, como el sudor, se vuelven insuficientes. Esta situación deja a las personas dependientes de dispositivos mecánicos para su supervivencia, una opción no disponible para todos, y menos aún para otras especies animales y vegetales.
La vulnerabilidad de las mariposas
Los etólogos y conservacionistas han advertido durante décadas sobre las consecuencias del cambio climático en los ecosistemas. Recientemente, un estudio colaborativo entre el Institut de Biologia Evolutiva de Barcelona y la University of Cambridge se ha enfocado en el impacto de las temperaturas crecientes en las mariposas. Dado que estas criaturas son ectotérmicas y dependen del ambiente para regular su temperatura corporal, los cambios climáticos actuales presentan desafíos significativos para su supervivencia y reproducción.
El estudio analizó 23 especies de mariposas en Cataluña y midió la temperatura corporal de 787 ejemplares. Los investigadores encontraron que las mariposas catalanas, comparadas con sus homólogas en el Reino Unido, han desarrollado mecanismos más efectivos para regular su temperatura. Estas estrategias incluyen buscar microclimas más frescos y modificar su exposición al sol. Estos hallazgos son esenciales para entender cómo el cambio climático afectará a diferentes especies de mariposas y, por extensión, a otros ecosistemas.
Los investigadores sugieren que la creación de una mayor diversidad de hábitats es crucial para garantizar la supervivencia de las mariposas. Iniciativas como "No Mowing May" en el Reino Unido, que fomentan la biodiversidad al dejar crecer la vegetación natural, pueden ofrecer a las mariposas y otros animales una mayor variedad de entornos para regular su temperatura. Este enfoque es particularmente importante en regiones como Cataluña, donde las mariposas ya enfrentan temperaturas límite para su supervivencia.
