La historia de la humanidad ha tenido inventos de todo tipo y algunos, desde luego, han sido increíblemente revolucionarios. Los vehículos, la bombilla, la imprenta, el ordenador o el teléfono... Seguro que no son pocos los que se te vienen a la mente con solo pensar un poco. Sin embargo, por cada buen invento que ha visto la luz, probablemente ha habido varios otros inútiles que nunca jamás llegaron a colmar las expectativas de sus ideas originarias, ultimar sus propósitos, tener el impacto y la popularidad que sus creadores esperaban o no han servido en general para nada en particular.
En este artículo vamos a repasar algunos de los inventos más locos, inservibles o directamente nefastos que fracasaron estrepitosamente en su intento por resultar fructíferos.
Máquina de lectura Fiske
Bradley Fiske fue un famoso inventor del siglo XX que, entre otras cosas, es recordado por numerosos logros como el de acoplar miras telescópicas a las armas de los barcos. En 1922, Fiske tenía entre manos un invento que pretendía revolucionar la lectura y el mundo de la literatura: un artilugio similar a una lupa de gran aumento que serviría a los lectores para leer letras muy pequeñas en libros igualmente pequeños.
El invento llevó por nombre "La máquina de lectura de Fiske", pero naturalmente fue un fracaso, y eso que generó mucha atención por parte de variados medios, entre ellos el prestigioso New York Times.
Podría haber abaratado costes a la hora de imprimir libros, pero al público no acabó de gustarle aquello de tener que sostener una lupa en sus sesiones de lectura durante mucho rato. Por no decir que a partir de la década de los años 30 y 40 los libros de bolsillo comenzaron a ganar popularidad en el mercado, matando del todo la propuesta de Fiske.
El traje de bombero que no protege de las llamas
Se tiene constancia, e incluso fotografías (como la que puedes ver sobre estas líneas), de que a principios del siglo XX la Brigada de Bomberos de Londres desarrolló un prototipo de traje bastante bizarro que pretendía evitar que las llamas de los incendios quemasen a sus hombres. ¿Cómo? Instalando en la cabeza del bombero una especie de artilugio que hacía chorrear agua alrededor del trabajador para así evitar que el fuego le alcanzase. Claramente una mala idea, pues cuando el fuego entra en contacto con el agua esta se convierte en vapor y el mismo puede quemar a los bomberos debido a las alturas temperaturas.
'Pet Rock', la mascota perfecta
Aunque no se puede decir que las 'Pet Rock' fueron un invento que fracasó, sí podemos señalarlas como un invento inútil debido a su absurdo. Gary Dahl, en 1975, tuvo la idea de desarrollar una suerte de "mascota perfecta": simplemente una piedra gris ordinaria vendida como si fuese una mascota viva dentro de una caja de cartón que incluía un relleno de paja y un manual de instrucciones para cuidar a la roca. El manual estaba lleno de chistes y juegos de palabras acerca de cómo entrenar a la roca a lo largo de sus 32 páginas, pero más allá de eso, poco más se podía hacer con una de estas mascotas inmortales.
Con todo, la gente pareció recibir las 'Pet Rock' con gracia, al menos en sus primeros meses de venta en el mercado. Suficiente como para que Dahl vendiese 1,5 millones de mascotas, lo cual hizo de él un millonario. A día de hoy aún es posible comprarlas en algunos lugares de internet.
Xybernaut Poma
En el año 2002 la empresa tecnológica Xybernaut presentó al mundo la Xybernaut Poma, un ordenador portátil corporal. Sí, como lo lees. La estrafalaria idea de la empresa sonaba sobre el papel tremendamente innovadora, pero era de todo menos práctica (tal y como se puede intuir viendo fotografías de usuarios llevando encima este ordenador).
Aunque el proyecto creó una gran revuelo a su alrededor y en cierta manera estaba anticipando el futuro del potencial de los smartphones, no tardó en quedar relegado al olvido. El desastre fue tal que incluso estuvo considerado como uno de los grandes errores tecnológicos a finales de la década.
Cines iluminados como a la luz del día
A principios del siglo XX el cine supuso toda una revolución impresionante en el mundo. En la década de 1910 se comenzaron a crear las salas de cine con proyecciones que requerían bastante oscuridad ambiente, como es habitual hoy día. No obstante, algunas personas creían que las salas debían tener luz durante las proyecciones. Esto se debía a varios motivos; las mujeres y los niños podían ser violentados en la penumbra, había cierta fatiga ocular durante el metraje de las cintas y era difícil moverse por los pasillos de butacas sin armar jaleo o tropezar con otros.
Así, finalmente, se intentó durante un tiempo convertir las salas de cine en lugares con mucha luz (básicamente como estar a la luz del día, de ahí el apodo que recibió el proyecto; "daylight motion pictures"). Y esto fue tendencia en todo Estados Unidos, impulsado por proyectores más potentes y pantallas más oscuras. Pero, como es lógico, a los proyeccionistas esto no les agradó. Una sala con mucha luz carecía de la calidad de imagen que se necesitaba para disfrutar de una película en condiciones y la idea no terminó de calar, por lo que se regresó a la oscuridad para permitir que las estrellas brillasen en la gran pantalla.
Nokia N-Gage
Para el año 2003 el mundo ya había conocido varias consolas de videojuegos portátiles, especialmente las de Nintendo, sin embargo, Nokia trató de empujar los límites en este campo un paso más allá al inventar el Nokia N-Gage: un dispositivo cuyo objetivo era actuar al mismo tiempo como teléfono móvil y consola portátil.
La idea, no podemos negarlo, tenía potencial. Pero el mundo no parecía todavía preparado para algo como esto. Ya fuera por las quejas de los usuarios ante su extraño e incómodo diseño, la engorrosa dimensión de su pantalla o el elevado precio para la época (unos 300 dólares), el caso es que Nokia no tuvo éxito con este experimento.
Agua electrificada
De vuelta a principios del siglo XX, nos encontramos con uno de los inventos más sumamente extraños de la historia: el agua electrificada. La idea se vendía con el mensaje de que al utilizar una pequeña carga de electricidad a través del agua el líquido adquiriría nuevas y maravillosas cualidades. ¿Cuáles? Pues por ejemplo que el agua electrificada podría esterilizar y lavar la ropa sin necesidad de usar jabón en el proceso. Suena absurdo, pero también se tiene constancia de que hubo una tendencia en aquellos años a beber agua electrificada o rociar las plantas con ella. En la década de los años 20 un médico hasta dijo que sumergir las manos en agua electrificada ayudaba a curar la resaca.
En cualquier caso, al menos, este agua electrificada no era peligrosa en sí. Es decir, la carga se realizaba antes de que las personas entrasen en contacto con el líquido. Evidentemente, electrificar el agua no servía para ninguno de los propósitos descritos, y con el tiempo la moda pasó de largo.
La nueva Coca-Cola
Se suele decir que cuando algo funciona es mejor no cambiarlo, y esta valiosa lección la aprendieron en Coca-Cola en 1985, cuando a la empresa se le ocurrió la fantástica idea de presentar en Estados Unidos la New-Coke, una nueva versión de Coca-Cola que cambiaba la fórmula tradicional para dotar al refresco de un sabor más dulce al estar elaborada con jarabe de maíz de alta fructosa en lugar de azúcar común.
Este insólito cambio en Coca-Cola se produjo ante una pérdida de cuota de mercado entre el público joven, pero muchos no tardaron en echar de menos la versión original. Tras un rechazo generalizado, la empresa suspendió la producción de la nueva Coca-Cola solo unos tres meses después de empezar a producirla y regresaron a la fórmula de siempre nombrándola como la "Coca-Cola Classic". Hoy, este movimiento está considerado como uno de los mayores fracasos comerciales de la década de los 80.
