Juego de Tronos es una de las mejores series de la historia de la televisión contemporánea. Avalaba por un sinfín de premios y reconocimientos, la obra de HBO que adapta las páginas de George R.R. Martin es un espectáculo épico que terminó sin dejar buen sabor de boca a los fans debido a un precipitado final, que para muchos no hizo justifica a Canción de hielo y fuego y al desarrollo de tramas de diferentes personajes principales. Ciarán Hinds, actor que interpretó a Mance Rayder en la serie y que ha fichado por la temporada 2 de Los anillos de poder, ha asegurado en una entrevista para The Independent (recogida por Variety) que el mayor problema de Juego de Tronos residía en la cantidad de sexualidad que había en su historia, lo que restaba importancia a lo realmente importante.
Juego de Tronos se pasó con el contenido sexual durante sus primeras temporadas
"Me desanimó bastante la cantidad de sexualidad que había, porque restaba importancia a la narración política real. Pero eso es negocio, supongo, desde su perspectiva", explicaba Hinds. Además, el actor también mostró su opinión acerca de los coordinadores de intimidad, quienes se encargan de que las escenas íntimas entre actores se filmen con la máxima seguridad asegurando la comodidad de los implicados.
La hija del actor, Aoife Hinds, trabajó con este tipo de profesional debido a su participación en Normal People, que coprotagonizó junto a Paul Mescal para Hulu: "Le pregunté sobre ellos porque me parecía extraño", empezaba. "Yo no vengo de esa generación. Cualquier cosa que tuviéramos que crear juntos, en escenas de índole sexual, simplemente lo hablábamos. Se trata de cómo contamos la historia juntos, así que no entendía por qué los coordinadores de intimidad de repente estaban en todas partes", proseguía el actor.
"Como actores, dejas que tu propio espíritu informe lo que estás haciendo". Toni Collette, otra veterana actriz de Hollywood, desveló también que no se sentía del todo cómoda con la figura de los coordinadores de intimidad en sus proyectos: "Sentí que las personas que me traían para que me sintiera más cómoda en realidad me hacían sentir más ansiosa. No me estaban ayudando, así que les pedí que se fueran", desvelaba en una entrevista. "Les he negado el acceso porque no sentía que los necesitara. Están ahí como una red de seguridad. He trabajado con gente maravillosa y me he sentido muy segura. No siempre es una necesidad".